Las familias comienzan a recoger los restos mortales de las víctimas

Los primeros en abandonar estas instalaciones fueron los de aquellos que residían en Caravaca de la Cruz, hacia donde partieron cuatro vehículos de la Funeraria Salzillo. Cinco coches fúnebres hicieron su aparición durante la mañana para hacerse cargo de los servicios. Según fuentes del Ayuntamiento de Murcia, tres de los fallecidos serán enterrados hoy finalmente en esta localidad del Noroeste, mientras que los restos de dos más descansarán en el municipio Murcia y el último será inhumado en Molina de Segura.

En el caso de los siete restantes, se está gestionando la repatriación a sus países de origen. Cinco serán trasladados a Nicaragua y los otros dos irán a Colombia y Ecuador. De hecho, está previsto que una de las víctimas mortales que partieron ayer a Caravaca de la Cruz sea repatriada tras ser incinerada, circunstancia que agiliza un proceso que se demorará, tanto burocrática como logísticamente, en el caso de aquellos cuyos restos vayan a ser trasladados sin este tratamiento. Deberá ser tras los velatorios cuando se encaren la mayoría de los preparativos necesarios para el envío, y que las funerarias llevarán a cabo en colaboración con las administraciones, incluyendo al Consistorio murciano, que está realizando actuaciones de coordinación.

En el caso de estos cinco primeros fallecidos, han sido mayoritariamente sus propios seguros los que se han hecho cargo en principio de los costes, aunque no se descarta que el Consistorio caravaqueño pueda prestar respaldo en algún caso. Por otra parte, el Ayuntamiento de Murcia ha ofrecido a las familias de las víctimas que serán enterradas en Murcia y que no dispongan de medios materiales la posibilidad de que la Funeraria del Carmen se haga cargo del servicio, en virtud del contrato suscrito con esta. En estos casos, los velatorios se celebrarían en el Tanatorio de Torreagüera.

Además, entre las peticiones que han realizado algunos de los afectados y a las que se está atendiendo por parte del Consistorio se encuentran, por ejemplo, el alojamiento en la ciudad de Murcia, ayuda para traer a hijos o padres de los fallecidos que residen en otros países, la adquisición de billetes de avión de ida y vuelta para familiares, atención psicológica para menores que han perdido a alguno de sus padres y ayuda con los costes de repatriación. En cuanto a los desplazamientos, en concreto se han comprado dos billetes de ida y vuelta desde Nicaragua (cuatro billetes en total), dos billetes de ida y vuelta desde Ecuador y un billete sólo de ida desde Marsella a Valencia.

Todo este proceso para llevar a cabo el enterramiento se ha iniciado después de que los informes de ADN hayan confirmado las identificaciones indiciarias realizadas previamente en base al examen de huellas y otros elementos circunstanciales (rasgos físicos, tatuajes, objetos personales, etc). Además, la autopsia preliminar ha avanzado la causa y las posibles circunstancias en que se produjeron las muertes, apuntando a si esta se produjo por asfixia, quemadura o traumatismo en cada uno de los casos, lo que se completará en el informe definitivo.

Rafael José Miranda hará un último viaje a la tierra que le vio nacer hace 37 años, un paisaje que, sin embargo, no podrá volver a contemplar tras perder la vida el pasado domingo en el incendio de las discotecas de Atalayas. Serán por tanto sus restos los que retornen a Milagro, en Ecuador, para recibir sepultura. Sus familiares lo velaban ayer en el tanatorio Salzillo de Murcia. Allí pueden también despedirse de él sus amigos y sus compañeros de la fábrica de globos en la que trabajaba en Alcantarilla. Tendrán algo menos de día y medio para hacerlo, tras una larga y dura jornada que concluirá con un oficio en las instalaciones. Su padre contemplaba por la tarde en ‘shock’ el féretro de su hijo, acompañado de dos hermanos pequeños de este. Es con todos ellos con los que Rafael vivía en Murcia. Es de su casa familiar de la que salió el pasado sábado para celebrar el cumpleaños de su amigo Erick, una fiesta que acabó en tragedia la discoteca Fonda Milagros. La ceremonia de hoy dará paso al periodo de preparación de ese viaje de vuelta, el que de ninguna manera se debía haber producido ahora ni de esta forma.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Murcia ha tomado ya declaración a diecinueve testigos en relación con los incendios de las discotecas ocurridos en la madrugada del pasado domingo, en la zona de ocio de Las Atalayas de la capital murciana, según informaron ayer fuentes de dicho Cuerpo. El siniestro acabó con la vida de trece personas, cuyos cuerpos ya han sido identificados, seis de ellos mediante huellas dactilares y los siete restantes por la obtención de perfiles genéticos (ADN), a cargo de la Policía Científica.

Hay que recordar que el Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia, que tiene como titular Ana María Martínez Blázquez, se ha hecho cargo del caso y las diligencias están abiertas por trece presuntos delitos de homicidio imprudente. Las primeras averiguaciones fueron practicadas por el titular Juzgado de Instrucción número 7, José Fernández Ayuso, en funciones de guardia. La investigación continúa bajo secreto de sumario. Por otra parte, los especialistas de la Brigada Provincial de Policía Científica continúa su labor con los trabajos de inspección ocular en el lugar de los hechos.