Hamás combate a muerte y siembra de cadáveres los pueblos cercanos a Gaza

Hamás combate a muerte y siembra de cadáveres los pueblos cercanos a Gaza

La cifra de muertos no para de subir en la guerra de Gaza. En cada localidad a la que llega el ejército en los alrededores encuentra nuevos cadáveres y la cifra oficial ya supera los 700 fallecidos en Israel. En el interior de la Franja, los bombardeos son cada vez más intensos y ya han muerto más de 400 personas, según datos del Ministerio de Salud. Todos se preparan para un conflicto «largo y duro», como anunció el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Milicianos de Hamás y numerosos residentes salieron el sábado de Gaza con un ansia de venganza que llenó de sangre las pequeñas poblaciones agrícolas que rodean el enclave. La mayoría de víctimas se produjo en esas primeras horas de confusión y caos en las que un fallo colosal del sistema de seguridad abrió al enemigo las puertas de Israel y el enemigo masacró a unos vecinos que se pensaban seguros tras la verja de separación. Algunos se libraron de la muerte porque les eligieron como rehenes y fueron llevados al interior de la Franja convertidos en un valioso botín para un futuro intercambio de prisioneros.

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La pesadilla que empezó el sábado para los israelíes no ha terminado, ni mucho menos. Hamás y Yihad Islámica mantienen sus posiciones fuera de Gaza y el ejército informó de combates en «Be’eri, Kfar Azza, Zikim, Nahal Oz, Kissufim y otros puntos». El paso de Erez, principal punto de acceso a la Franja, también sigue en manos de unos islamistas dispuestos a alargar esta situación todo lo posible porque saben que la guerra será larga y pronto les tocará combatir en sus propias calles. Las fuerzas armadas elevaron a 29 el número de huecos abiertos por los palestinos en la verja de separación y reconoció que la mayoría no ha podido cerrarse hasta el momento.

Caos e inseguridad

El caos y la inseguridad reinan en el sur de Israel, donde los nervios llevaron a las fuerzas de seguridad a abrir fuego contra israelíes a quienes confundieron con enemigos infiltrados. El deseo de los uniformados es evacuar a la población civil para llevar a cabo una operación de limpieza calle por calle, casa por casa, pero eso es imposible en mitad de los combates. El portavoz militar, Daniel Hagari, aseguró que han matado a «cientos de terroristas» y han logrado detener a «decenas», pero la lucha sigue. Hagari apeló a la paciencia para pedir explicaciones sobre el error en los sistemas de seguridad porque «ahora estamos en mitad de una guerra».

Hay un riesgo alto de que algunos milicianos ya estén en otros puntos más alejados del interior de Israel para cometer ataques en el futuro

Un portavoz de Hamás confirmó su intención de alargar los combates en el exterior todo lo posible y dijo que «hemos logrado repeler el ataque enemigo durante la noche y el día». Explicó además que mantienen una línea de suministro para llevar ayuda y munición a sus tropas. Esta situación supone una amenaza de seguridad permanente por el alto riesgo de que algunos milicianos ya estén en otros puntos mucho más alejados del interior de Israel para cometer ataques en el futuro.

En las últimas operaciones aéreas, el ejército derribó las casas de los líderes de Hamás, pero los cabecillas del movimiento se encuentran en los túneles desde el primer minuto de la ofensiva. Los civiles de la Franja son quienes no tienen ningún tipo de refugio para protegerse de los bombardeos masivos de esta «venganza» prometida por Benjamín Netanyahu.

Egipto y Líbano

Hamás pidió a los árabes de Israel y Cisjordania que se levantaran contra el Estado judío, pero de momento lo que ha conseguido es la solidaridad en forma de ataques desde Líbano y Egipto. La milicia chií Hezbolá lanzó morteros contra las Granjas de Shebaa y la artillería israelí respondió de manera inmediata. Pocas horas después, los medios egipcios informaban de la muerte de dos turistas israelíes y su guía en Alejandría, abatidos por un policía.


Un grupo de policías examina los cadáveres de varios combatientes palestinos frente a una comisaría en la ciudad israelí de Sderot.


Jack Guez/AFP


Los frentes se multiplican para un Gobierno de Israel que, como el resto del país, sigue en estado de shock tras la operación sorpresa por tierra, mar y aire de Hamás. Además de mantener sus posiciones dentro de territorio israelí, los islamistas lograron otro objetivo importante con la captura de decenas de rehenes. ‘The Wall Street Journal’ informó de los primeros contactos del Ejecutivo de Netanyahu con Egipto para pedirle mediación en esta crisis de prisioneros a gran escala. El grupo radical adelantó que tiene dos exigencias para liberarlos: «Limpiar totalmente las cárceles israelíes de presos palestinos» y «el levantamiento del bloqueo».

El papel de Egipto volverá a ser fundamental en una futura negociación y, desde Turquía, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, también se ofreció para poner en marcha esfuerzos diplomáticos que logren calmar la situación. Los turcos tienen buena relación con los israelíes y con Hamás, que tiene en Estambul una oficina política. Erdogan recordó que «este conflicto ha estado siempre en el centro de la mayoría de conflictos de la región« y defendió que «ahora es necesario establecer un Estado palestino con su capital en Jerusalén», tal y como reclama la solución de los dos Estados.

Hamás tiene dos condiciones para liberar a los rehenes: «Limpiar totalmente las cárceles israelíes de presos palestinos» y «el levantamiento del bloqueo»

Mientras Israel recibió los mensajes de apoyo de Occidente y Netanyahu habló por segunda vez con Joe Biden, el respaldo a Hamás llegó desde Irán. El presidente, Ibrahim Raisi, defendió el «derecho legítimo de los palestinos a defenderse» y señaló a los israelíes como «responsables de la inestabilidad en la región».

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