Poder femenino en el mundo rural de Lorca

Poder femenino en el mundo rural de Lorca

«Las mujeres rurales siempre han sido las guardianas de la tradición y ellas son las que mueven el mundo asociativo», afirma convencida a LA VERDAD Noemí Sánchez, psicóloga y técnico de la Federación Espartaria Tierras Altas. Fue una de las ponentes de la jornada de convivencia para conmemorar el Día de la Mujer Rural, que se celebró ayer en la pedanía de Aguaderas y en una sección interactiva invitó a las mujeres a compartir sus experiencias y perspectivas en el mundo rural. Sus aportaciones serán el germen del proyecto ‘Nuestra memoria’, que la Concejalía de la Mujer pretende desarrollar para «registrar» los recuerdos «de nuestras mayores con el fin de que perduren en el tiempo sus quehaceres y vivencias», dijo la edil María Huertas García.

El trabajo ‘Las enfermedades populares y la conservación de sus remedios como patrimonio cultural inmaterial’ le valió a la joven estudiante de Zarcilla de Ramos María Belén González, otra de las ponentes, el primer premio de la Cátedra Poncemar de Gerontología. Plasmó las oraciones que escuchó desde pequeña a su abuela para «quitar el mal de ojo, sacar el sol de la cabeza o quitar el dolor de la carne cortada». Estas prácticas no están en desuso en pedanías y «creo que es un legado que se debe conservar», opina. En su ponencia también habló del futuro de las mujeres rurales, de su evolución y de sus ganas de «salir y ver mundo. Eso antes era impensable», dijo. Lamentó que «las instituciones siguen pensando en las abuelas del pueblo pero los jóvenes necesitamos medios de transporte» para acceder a la educación, a actividades extraescolares y «poder elegir quedarnos o no en la pedanía».

Trabajo físico

En la jornada también se expuso el mundo rural visto desde los ojos de una veterinaria, desde los de representantes de agrupaciones agrarias y de artesanas. Una de ellas, Paca Molina, que regenta junto a su hermana una empresa de tallado en piedra, habló de las peculiaridades de su trabajo, «considerado siempre masculino». Aseguró que percibe por ser mujeres «más dudas a la hora de que nos hagan encargos que requieren más fuerza física, hay muchas cosas que cambiar todavía».

«Necesitamos disponer de los medios para poder elegir quedarnos o no en la pedanía»

Para Molina, las mujeres de pedanías están muy acostumbradas a realizar trabajos físicos, pero «eso no se elige ni te hace mejor ni peor». Se recuerda ayudando en su casa, en Torrecilla, en todo tipo de tareas, en recolectar bola en el campo siendo aún adolescente y tiene grabada la imagen de su abuela, que «tenía una fuerza increíble», recogiendo leña en el monte. Exposiciones de actividades que realizan las asociaciones de mujeres, talleres y demostraciones artesanas completaron la jornada de convivencia que culminó con una comida y la música y el baile tradicionales de la cuadrilla de Aguaderas.

Esta acción se enmarcó en el área de ruralidad del Plan de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres del Ayuntamiento y estuvieron implicadas las concejalías de Mujer, Desarrollo Rural, Política del Mayor y Cultura. La Federación de Mujeres, la Fundación Cepaim, Espartaria y la asociación de artesanos Artelor colaboraron en su organización.

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