Cruz Roja se viste de largo en Murcia para celebrar su 150 aniversario

Rosa Navarro es una de esos miembros de la familia, a la que hace 30 años se unió, primero como voluntaria y socia y luego como trabajadora, y de la que hoy, ya jubilada, sigue formando parte. «Tengo muchos recuerdos, pero si algo debo destacar es la colaboración que siempre hay entre los distintos departamentos para atender lo mejor posible a las personas que llegan a nosotros». Es una red, destaca Rosa, que atiende «al vulnerable» en todas las necesidades detectadas, y «donde no llegamos se transfiere a la administración pública competente».

Detrás de la Asamblea Local de Murcia hay actualmente alrededor de 25.000 socios y 4.200 voluntarios «su gran riqueza», que hasta incluye a los cargos más altos dentro de la organización; y «mucha gente joven» que garantiza su futuro; aunque también hay «mayores» que no dudan en dedicarle su tiempo libre a quienes acuden a ellos, destaca la voluntaria y socia.

«Los jóvenes crecen y se forman en valores y habilidades que siguen aplicando años después», apunta. Es el programa de Socorro y Emergencias de los voluntarios el que más atrae a los jóvenes, y que es el más solicitado en la asociación juvenil.

De lo físico a lo psicológico

A ella le han asignado la ardua tarea de recopilar datos, historias y actuaciones del día a día, de esta Asamblea Local en sus años de vida; pero a la hora destacar algunos, se le antoja difícil. «Nació de la guerra y para la guerra, para atender a los heridos; pero de ahí fue derivando en una atención más centrada en lo sanitario», explica. Una intervención centrada en las personas que no tenían, o eran escasos, medios económicos.

De hecho estuvo muy presente durante epidemias, riadas, incendios y en cualquier catástrofe, así como accidentes, sobre todo si había niños involucrados.

Según consta en los archivos, que ha consultado Rosa, Cruz Roja abrió su primer centro de atención sanitario el 6 de enero de 1923, al que le bautizaron Policlínico Reina Victoria, en honor a la monarca, impulsora en España de la red de hospitales de esta entidad benéfica.

Esta atención pasó de lo físico a lo psicológico tras el desastre del camping de Biescas, en Huesca, al que una riada se llevó por delante las vidas de 87 personas, en agosto de 1996. Entonces nacieron los Primeros Auxilios de Apoyo Psicológico en Murcia, recuerda la voluntaria. Después llegó el Plan de Empleo de Cruz Roja, con el que se quiso «cerrar el círculo» de la atención a los más vulnerables, tras darles asistencia. alimentos y clases.

Si de algo, apunta Rosa, también se puede sentir orgullosa esta organización es de contar, entre sus voluntarios extranjeros, que antes pasaron por allí como usuarios de los servicios que presta, altruistamente, Cruz Roja desde hace siglo y medio.