María Luisa Leira Martínez, la mujer registradora que desafió a su época

María Luisa Leira Martínez, la mujer registradora que desafió a su época

María Luisa Leira Martínez nació en Cartagena el 4 de enero de 1936 y ha fallecido en su ciudad natal el el pasado 8 de octubre. Era hija única de un marino gallego y una cartagenera, y pertenecía a una familia grande y unida, integrada también por sus abuelos maternos, sus tíos y sus primos. Estudió en el colegio de San Miguel y ha conservado siempre muy buenas amistades de aquellos años, a las que añadió multitud de amigos a lo largo de su vida, vinculados a su trabajo o ajenos a él. Cursó la carrera de Derecho, examinándose como alumna libre en la Universidad de Murcia; durante el curso asistía a clase en la academia que tenían en Cartagena José Manuel Claver y Federico Trillo, en la que preparaban a estudiantes de Derecho y también a futuros jurídicos de la Armada. Terminó la carrera en 1958.

A pesar de que por ley desde 1945 las mujeres no podían presentarse a las oposiciones para proveer vacantes de registrador de la propiedad, ella decidió preparar estas pruebas al terminar la carrera; primero, porque necesitaba tiempo para tener una buena preparación y, en segundo lugar, porque estaba convencida de que la vieja prohibición tenía que suprimirse, ya que España estaba evolucionando y modernizándose. Y efectivamente, la ley de 2 de julio de 1961 de derechos políticos, profesionales y del trabajo de la mujer levantó la prohibición y María Luisa se presentó a las primeras oposiciones que se celebraron, en 1964. Encontró entonces otro obstáculo, ya que algunos miembros del tribunal de la oposición eran contrarios a que una mujer aprobara y ella siempre recordó y agradeció infinitamente al magistrado Pascual Marín que defendiera su aprobado.

Ingresó en la carrera por el Registro de la Propiedad de Grandas de Salime y ejerció en Valderrobles, Morella, Cuevas del Almanzora y Vera, llegando en 1976 a La Unión, donde se jubiló en 2006. Como profesional, María Luisa ha destacado por su inteligencia, su compromiso con el servicio público, su disposición a escuchar y resolver las cuestiones planteadas y su afabilidad en el trato. Siempre ha guardado muy buenos recuerdos de los profesionales con los que ha trabajado y del personal de los distintos registros, especialmente de su último destino, en La Unión, en el que tuvo una auténtica familia. Entre sus muchas virtudes, destaca su optimismo y alegría, su tesón, su gran bondad y su plena confianza en Dios. María Luisa Leira rompió un techo de cristal para las mujeres y es un ejemplo para todas las personas que se proponen conseguir sus metas solo con esfuerzo y constancia, sin atajos y sin darse importancia. Quiero recordar a su marido, José María Llamas Zapata, y a sus primas, Sara Martínez y María Luisa Izquierdo, que tanto la han querido, cuidado y acompañado. Somos muchos los que les acompañamos en el sentimiento.

Enlace de origen : María Luisa Leira Martínez, la mujer registradora que desafió a su época