Netanyahu avisa de que cualquier miembro de Hamás es «hombre muerto» y el Ejército aniquila a un alto cargo palestino

«Hamás es el Daesh [acrónimo la organización yihadista Estado Islámico] y vamos a aplastarlos y destruirlos tal como el mundo destruyó al Daesh», proclamó en su primer discurso dirigido a los miembros del nuevo gobierno de emergencia formado en el país. La situación en Oriente Próximo se ha desbordado tras el ataque de hace cinco días. La ofensiva de Hamás desde Gaza ha despertado un conflicto de raíces muy antiguas.

Cualquier miembro de esta organización será «hombre muerto», según Netanyahu, cuyo gobierno de coalición, el más derechista de la historia de Israel, controla 64 de los 120 escaños del Parlamento. Con la incorporación del Partido de Unidad Nacional de Gantz, llegará a 76 escaños. El principal líder opositor, Yair Lapid, no forma parte de la alianza, aunque el comunicado precisó que tiene «reservado» un puesto en el gabinete de guerra.

La cúpula de Hamás, en descomposición

El ataque por tierra, mar y aire de la organización terrorista dejó más de 1.200 muertos del lado israelí, entre ellos 169 soldados, según el ejército, así como cientos de civiles masacrados por los islamistas en cooperativas agrícolas y en un festival musical. Israel respondió con fuertes bombardeos sobre Gaza que dejan ya otros tantos fallecidos, se´un el ministerio de Sanidad palestino. Hay también 5.600 heridos. Y en total, la ONU calcula que 338.934 personas desplazadas de sus casas en la Franja, además de miles de desaparecidos y secuestrados por Hamás.

El Ejército hebreo se emplea a fondo para desmantelar a la organización terrorista y apunta alto. El líder islamista Mohamed Deif es su enemigo ‘número 1’, al que buscan de manera desesperada. Pero mientras lo encuentran, van descabezando la cúpula del movimiento de forma escalonda. El último en caer en combate ha sido Muhammad Abu Shamla. El Gobierno de Netanyahu ha confirmado que lo ha matado en un bombardeo.

«Aviones de la Fuerza Aérea mataron a Muhammad Abu Shamla, un alto operativo de la fuerza naval de la Brigada Rafah. La casa de Abu Shamla también se utilizaba para almacenar armas navales destinadas a llevar a cabo operaciones terroristas contra Israel», ha asegurado el Ejército en un tuit, que incluye un vídeo, supuestamente de ese ataque.

Asimismo, las fuerzas militares hebreas han reportado que sus aviones lanzaron «una oleada de ataques» para dañar los comandos de élite de Hamás, conocidos como Nukba. Estos órganos estarían formados por «terroristas seleccionados por altos mandos, designados para llevar a cabo atentados terroristas como emboscadas, incursiones, asaltos, infiltración a través de túneles terroristas, así como disparos de misiles antitanque, cohetes y francotiradores». Y serían los que el pasado sábado sorprendieron a Israel con su violenta e inesperada incursión.

Negociación por los rehenes

Por su parte, Hamás ha asegurado que en las últimas horas liberó a «una israelí y a sus dos hijos» y ha difundido en su cadena televisiva Al Aqsa las imágenes de una mujer en camisa azul junto a dos hijos y tres hombres armados alejándose de una zona con alambras de espino. Sin embargo, la televisión pública israelí señaló posteriormente que las imágenes mostraron a personas que «nunca habían sido llevadas a Gaza».

La prensa local indicó que se trataba de Avital Aladjem, del kibutz Holit que había sido llevada por la fuerza el sábado por hombres de Hamás junto a los dos hijos de un vecino a la zona fronteriza entre Israel y la Franja de Gaza tras el asalto del sábado.

Lo que se sabe con certeza es que los terroristas amenazan con ejecutar a los rehenes en caso de que se prosigan los bombardeos de Gaza sin previo aviso. Entre los cautivos hay jóvenes secuestrados cuando participaban en un festival musical el sábado por la mañana, donde unas 250 personas fueron masacradas, según una oenegé israelí. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, negocia con Hamás la liberación de estas personas, aunque todavía sin resultado.