Unos 30.000 ecuatorianos votan en la Región de Murcia en unas elecciones marcadas por la grave crisis de seguridad del país

Para estas elecciones se han habilitado cuatro sedes en la Región. En Murcia, el Auditorio Víctor Villegas; el Hotel Los Habaneros, en Cartagena; el Hotel Jardines de Lorca, y el Hotel Monreal de Jumilla.

Patricio Villegas, vicecónsul de Ecuador en la Región, explicó este domingo en la sede de la capital que, hasta las 13 horas, habían votado en la Región unos 6.000 ecuatorianos. «Son muchos más sufragios respecto a elecciones anteriores. La comunidad ecuatoriana ha tomado muy en serio su derecho al voto en el exterior y se han hecho presentes desde las nueve de la mañana, de forma continua». Hasta la media mañana, la jornada transcurrió sin incidentes «en el marco del respeto de lo que dice la normativa electoral» en un proceso «muy organizado y coordinado», apuntó el vicecónsul.

Los comicios presidenciales de este domingo, explicó Villegas, son «únicos, en el sentido de que se trata de elecciones anticipadas». El exmandatario Guillermo Lasso convocó el pasado mes de mayo el adelanto electoral y el candidato que salga elegido en las urnas decidirá el destino del país para los próximos 18 meses. «La población está muy expectante y a la espera de que el resultado de las elecciones sean para un cambio significativo del país, sobre todo en camino hacia la paz», afirmó Villegas.

El terror de las bandas

La grave crisis de seguridad que sufre el país puede ser una de las explicaciones del incremento en la participación en las elecciones que busca un cambio de gobierno que ataje el principal problema para la población. Así lo asegura David Ernesto, un ecuatoriano que reside en la Región desde hace 22 años. «En mi país tenemos los problemas de la corrupción, los carteles de la droga y la delincuencia por los malos gobiernos que no han querido atajarlos. Espero que el gobierno que salga elegido tome las riendas y los solucione». Además, desde el fin de la pandemia, un nuevo fenómeno tiene sumida a la población en el miedo, que ahonda en la profunda crisis de seguridad.

Así lo destaca Mercedes Garcés, que tuvo que cerrar su negocio en Ecuador debido a la proliferación de bandas armadas que amenazan a los comerciantes si no se les paga una especie de impuesto. «Le llaman ‘la vacuna’. Si no les das el dinero que te piden, te señalan el negocio con un papel. Eso significa que pueden ponerte una bomba, pueden secuestrarte, pueden matarte, a ti y a tu familia». Mercedes asegura que tuvo que dejar su país y venir a España con un familiar porque no tenía el dinero de una deuda que una banda le reclamaba.

Juani López, de 57 años, confirma que el Gobierno ecuatoriano no atajó la violencia callejera de las bandas, que aumentó tras la crisis sanitaria de la Covid-19, y los grupos criminales crecieron hasta hacerse con las calles de las ciudades. «No hay seguridad en el país, y las bandas van creciendo, van formando grupos y a los empresarios les extorsionan. Muchas familias han tenido que huir, están emigrando, porque el Gobierno no reacciona, es corrupto, porque no puede ser que estés inseguro en tu propio país».