La negociación no mina el liderazgo de Puigdemont

La negociación no mina el liderazgo de Puigdemont

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha superado el primer obstáculo interno para poder seguir los contactos con Pedro Sánchez, aunque aún le queda el escollo más importante, que le dará la medida exacta de cuánta oposición tiene entre el independentismo más radical su apuesta por negociar la investidura española.

Puigdemont recibió este martes el aval de la militancia del consejo de la república para acometer cambios en la organización de esta entidad privada que preside desde Waterloo. Puigdemont y Comín suprimirán la asamblea de representantes (una especie de parlamento en paralelo), con el apoyo del 76% de las bases, que han votado a favor en una consulta celebrada esta semana.

La participación no obstante ha sido muy baja: apenas el 6% de la militancia del consejo (unas 90.000 personas) ha dado su opinión. Puigdemont sale ileso de esta operación, conserva el liderazgo y la autoridad a pesar de que ha habido sectores muy críticos con su decisión de suprimir la asamblea de representantes, que le han acusado de deriva autoritaria y hasta de desviar recursos económicos hacia personas de su entorno. La escasa    participación refleja que este asunto no inquietaba en la militancia del consejo.

Noticias relacionadas

En cualquier caso, el expresidente de la Generalitat aún tiene que afrontar una segunda consulta interna convocada entre las base de la entidad que dirige. Hasta el próximo lunes, los militantes están llamados a responder esta pregunta: «¿Debe promover el consejo de la república el bloqueo de la investidura del presidente del Gobierno español?».

Esta votación no la ha convocado la cúpula del consejo, como la de la reestructuración de la organización, sino que la ha impulsado un pequeño sector crítico. El plebiscito acabará el 23 de octubre. Por tanto, la militacia de la entidad que dirige Puigdemont emitirá su voto sin saber el resultado de las conversaciones para la investidura, lo cual es una enmienda en sí a la apertura del expresident a negociar aunque se mantenga en sus presupuestos de máximos. Es de suponer que esta consulta registrará un mayor porcentaje de participación, pues el asunto es de calado en las bases nacionalistas.

Un mediador

El expresidente de la Generalitat se juega en esta negociación su credibilidad como referente moral del independentismo. Un acuerdo a la baja, le situaría en el bando de los ‘traidores’, como han acusado a Junqueras estos años los sectores más radicales.

Puigdemont exige una ley de amnistía (ya no pide que esté aprobada antes de la investidura), un mediador internacional, reconocimiento de la legitimidad del independentismo y compromiso por escrito sobre el inicio del proceso para negociar la autodeterminación. «El Estado tiene un dilema de resolución compleja. O repite elecciones o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad», volvió a advertir el sábado desde las redes    sociales.

Enlace de origen : La negociación no mina el liderazgo de Puigdemont