Funeral por los 13 de Atalayas: «Dios también estaba allí, cerca de ellos, y lloraba en silencio»

Funeral por los 13 de Atalayas: «Dios también estaba allí, cerca de ellos, y lloraba en silencio»

No hay consuelo que alivie el desgarro por la trágica muerte de sus familiares y amigos, pero el calor y el afecto de decenas de vecinos y fieles ha sido refugio en el duro trance. El recuerdo de Erick Torres, Sergio Silva Hernández, Marta Hernández, Orfilia del Carmen, Tania y John, Yosi Esteban, Rafael, Jorge Enrique y Rosa María Rosero, Kevin Alejandro Gómez y Leidy Paola Correa y ‘Lula’ palpita en el corazón de la ciudad, la Catedral de Murcia, en la misa funeral en su memoria celebrada por el obispo de la Diócesis, José Manuel Lorca Planes.

La evocación de sus nombres, de sus rostros, de sus luchadas vidas interrumpidas de la forma más cruel, arrancaba las lágrimas de sus familias y la compasión de decenas de fieles unidos a su dolor en una eucaristía cargada de emoción. La misa funeral por las trece víctimas mortales del incendio en las discotecas de Atalayas ha reunido a los familiares de los fallecidos, algunos de ellos procedentes de Nicaragua, Ecuador y Colombia, tras un viaje que nunca planearon ni quisieron. Presentes en el funeral han hecho que la compasión se abriese paso en una Catedral envuelta en un espeso silencio. Y en el respeto por quienes dejaron sus países para labrarse, con todo el esfuerzo, una vida en la Región que les acogió y hoy les despide con pena.

Apurados por el horario de sus trabajos, los amigos y familiares de los fallecidos han ido llegando apresurados al templo. Con ellos, las abultadas comitivas de autoridades de la Comunidad, la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Murcia. Entre ellos, el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras; la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en representación del Ejecutivo de la nación; el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo; y el alcalde de Murcia, José Ballesta. En los alrededores de la puerta barroca de la Catedral, decenas de personas esperaban la entrada y la salida de los familiares de los fallecidos y de las autoridades. El silencio y la tristeza del momento solo han sido rotos en el exterior por los aplausos que han recibido los familiares de las víctimas.

El obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha sido el encargado de oficiar la eucaristía ante decenas de personas aún impactadas por el suceso ocurrido el 1 de octubre, cuya investigación está judicializada. «Estoy convencido de que Dios estaba allí aquel día, cerca de ellos, les sostenía en esperanza y lloraba también en silencio», ha arropado Lorca Planes en su homilía. Este ha entregado también a los familiares una rosa blanca. El pasado 6 de octubre, vecinos Caravaca despedían en la iglesia del Salvador, rotos de dolor, a cuatro vecinos del municipio, Rosa, Jorge, Kevin y Paola, que perdieron la vida en la tragedia.

La ‘Lacrimosa’ del Réquiem de Mozart de la Coral Discantus ha acompañado a los familiares, cuyos rostros reflejaban tanto pesar como dignidad. Entre ellos, Lorena, tía de tres de los fallecidos. «Las familias no podremos descansar hasta que podamos regresar sus restos a casa; es duro estar lejos», se lamentaba al recibir a otros familiares llegados de Nicaragua.

Al término de la ceremonia, en el momento en el que las autoridades y políticos se disponían a dar el pésame a familiares y amigos, buena parte de estos han abandonado la Catedral sin esperar las condolencias.

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