Carlos Sobera y la comedia de Plauto, parodia de la virilidad

Carlos Sobera y la comedia de Plauto, parodia de la virilidad

Si hay algo con lo que sueña todo buen artista es a la posibilidad de encarnar uno de esos personajes clásicos que llevan tanto tiempo existiendo sobre la faz de la tierra. El que va a protagonizar el espectáculo de esta noche en el Teatro Guerra de Lorca existe desde hace más de 2.000 años. Corría el siglo II a.C. cuando el dramaturgo latino Plauto escribía ‘Miles Gloriosus’ o ‘El soldado fanfarrón’, una de las comedias más famosas de la antigüedad. Esta vez, la reencarnación de este ya clásico personaje correrá a cargo de Carlos Sobera, que se enfunda la armadura para convertirse en Miles, conocido en la versión original como Pirgopolínices.

‘Miles gloriosus’

  • Cuándo:
    Viernes, 20 de octubre, a las 21 horas.

  • Dónde:
    Teatro Guerra de Lorca.

  • Entradas:
    15, 20 y 22 euros.

En este espectáculo cargado de carcajadas, risas y entretenimiento, Sobera es Miles, un prototipo de hombre que a muchos les resultará familiar. Dejando de lado su condición de militar, invicto por supuesto, es un tipo empoderado, fanfarrón, narcisista y obsesionado con el sexo. Cree firmemente que todas las mujeres le adoran y a todas las mujeres pretende. Vive en Éfeso junto a Cornelia, una bella princesa a la que tiene secuestrada y de quien piensa que tiene totalmente embelesada. El criado de Miles, harto de tener un amo como Miles, decide ayudar a la bella Cornelia a reencontrarse con su verdadero amor. Pero el criado no se conforma con eso, sino que su plan está pensado para dar un escarmiento al militar, aprovechando la obsesión que este tiene por el sexo. En el camino, el criado encontrará la ayuda necesaria para castigar al militar en sus vecinos, que también ansían sus escarmientos.

Crítica

La obra, con tintes musicales, respeta en todo momento la esencia de su origen: una crítica a la sociedad de su época, que podría ser también la actual del siglo XXI. Sobera encarna el postureo constante, la superficialidad, hedonismo y narcisismo superlativo en la figura de un militar fanfarrón, soberbio y vulgar. Sin embargo, el director del montaje, Pep Antón Gómez, tiene un momento cumbre de la noche a imitación de lo que Plauto hacía con sus personajes. Después de tantos enredos, engaños y traiciones, Miles sufre una transformación al recibir una profunda lección de vida. Es entonces cuando la comedia deja paso a una mirada interior y una reflexión en busca de la felicidad, pero no a cualquier precio: el militar debe aprender a ser feliz sin pisotear a los demás. En el momento más emotivo de la noche, el militar fanfarrón invita a los espectadores a plantearse las claves que mueven la sociedad contemporánea.

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