ERC sitúa el acuerdo de paz de Irlanda como referencia para negociar un referéndum

ERC sitúa el acuerdo de paz de Irlanda como referencia para negociar un referéndum

Esquerra sigue con la política de gestos para marcar perfil frente a Junts, que tensan más la cuerda con los socialistas, en un momento en que los republicanos advierten a Pedro Sánchez de que las negociaciones para la investidura están encalladas por culpa de la carpeta de la autodeterminación, la cual el PSOE dice no estar dispuesto a abrir.

El lunes pasado, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, presentó la propuesta de referéndum que tratará de acordar con el Gobierno en la próxima legislatura, si hay investidura. Su fórmula es un acuerdo de claridad a la canadiense, a fin de pactar las condiciones que den como resultado una consulta sobre la secesión como la que celebró Escocia en 2014 y en la que se acabaron imponiendo los partidarios de la permanencia en Reino Unido.

En el pasado, el independentismo catalán buscó inspiración en los casos esloveno o montenegrino. Y aunque Aragonès apuesta por el ejemplo escocés, su partido reivindica también el modelo irlandés: en concreto, el espíritu plasmado en el Acuerdo de paz de Viernes Santo de 1998 que puso fin al conflicto armado en Irlanda del Norte, saldado con 3.500 muertos.

El presidente de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, se desplazará desde este lunes y hasta el viernes, a Irlanda y a Irlanda del Norte para reunirse con el líder histórico del Sinn Féin, Gerry Adams, y otros dirigentes del partido católico y nacionalista irlandés. ERC asegura que el objetivo del viaje es «compartir experiencias en resolución de conflictos políticos especialmente en la negociación del conflicto irlandés que dio lugar al Acuerdo de Viernes Santo». El independentismo catalán mira hacia allí como una de sus referencias para resolver con un referéndum el pleito separatista con el Estado español.

En concreto, el secesionismo busca un ejemplo de autodeterminación que pueda ser aplicable para Cataluña. El Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin al conflicto armado en Irlanda del Norte y permitió que el IRA abandonara el terrorismo, deja en manos de los ciudadanos de Irlanda del Norte si así lo quieren y mediante acuerdo entre las partes ejercer su derecho a la autodeterminación para decidir sobre la creación de una Irlanda unida o mantenerse en Reino Unido. Esta es la parte que reivindica el secesionismo, que valora del acuerdo de Belfast que reconoce la autodeterminación para un territorio que no es una colonia. Está por ver también si Junqueras tomará nota de la polémica ley de amnistía aprobada por el Gobierno de Rishi Sunak hace un mes en relación al conflicto de Irlanda del Norte, que tiene en contra a los partidos norirlandeses, las víctimas, la oposición laborista y el Ejecutivo de Dublín. La que podría aprobar el Gobierno español puede tener en contra a casi la mitad del Congreso, al Senado y a la mayoría de los Ejecutivos autonómicos.

Negociación verde

Aragonès, que en el debate de política general catalán celebrado en septiembre destacó del Acuerdo de Viernes Santo que deja el futuro de la isla en «manos de los ciudadanos del norte y el sur de la misma», viajó a principios de año a Dublín. Se reunió con las líderes del Sinn Féin, Mary Lou McDonald y Michelle O’Neill. La primera sustituyó a Adams en 2018. El Sinn Féin se comprometió a reconocer una eventual independencia de Cataluña, como la de octubre de 2017, si gobierna en Irlanda. ERC y el Sinn Féin son aliados europeos, de la misma manera que en las Cortes españolas los republicanos son socios de EH Bildu.

Pero la reunión de Junqueras y Adams incrementa el ruido en torno a la negociación de la investidura, y vuelve a poner la autodeterminación en el centro de los focos, como ocurrió este jueves con la comparecencia de Aragonès en el Senado. El president desgranó un discurso muy contundente sobre la amnistía y la autodeterminación que acota el margen del Gobierno.

Desde el Govern se mostraron ayer satisfechos con la comparecencia de su líder en la Cámara alta, con el argumento de que si no hubiera ido, solo se habría escuchado el «nacionalismo rancio» y el «anticatalanismo» de Isabel Díaz Ayuso y el PP. La consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, insistió en que las negociaciones para la investidura siguen «verdes». El Gobierno catalán advirtió de que están encalladas y no avanzan en las carpetas de la autodeterminación y el traspaso de Cercanías. Aragonès vinculó en el Senado la amnistía y la autodeterminación: la primera es el paso previo para un referéndum, cuyas condiciones exige ERC negociar durante los próximos cuatro años si hay investidura.

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