Los niños deben hacer ejercicio pero… ¿cuánto exactamente?

Los niños deben hacer ejercicio pero… ¿cuánto exactamente?

Nos quejamos de que los índices de obesidad infantil están disparados y de que el sedentarismo de niños y adolescentes es un enorme problema (ay, todo el día con el móvil y con el ordenador). El discurso nos lo sabemos, pero luego, en casa… se nos olvidan los buenos propósitos con nuestros hijos e hijas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para niños y adolescentes un mínimo de 60 minutos al día de actividad física de intensidad moderada o vigorosa. «Sin embargo, es alarmante el hecho de que el 70% de los niños y adolescentes españoles no hace la cantidad mínima de ejercicio recomendada. Es alarmante», advierte la doctora Elena Roldán, médica rehabilitadora de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).

Según la experta, las ‘soluciones’ al problema del sedentarismo infantil deben abordarse desde todos los ámbitos (familia, escuela, instituciones), ya que todos los esfuerzos son pocos para cumplir esos mínimos establecidos. ¿Cómo podemos hacer que se cumplan?

Cosas cotidianas y cole

«Los niños seguirán el ejemplo del estilo de vida que observen en casa -asegura Roldán-. Lo más sencillo sería empezar por aprovechar las situaciones cotidianas, adoptando rutinas activas para empezar a sumar minutos de intensidad moderada: desplazarse caminando o en bici al centro escolar, bajar del bus una parada antes o aparcar algo más lejos para caminar un poco más. Por supuesto, evitar ascensores. Se puede, además, involucrar al niño en alguna tarea doméstica, adecuando la dificultad (barrer o fregar, por ejemplo) a su edad». También aconseja que los descansos y recreos sirvan para realizar alguna actividad de intensidad moderada a vigorosa. «Así sumamos unos cuantos minutos más al marcador diario», apunta.

En el tiempo de ocio

«Las tardes de entre semana han de aprovecharse para introducir tres o cuatro sesiones de actividad moderada o intensa. En el caso de niños de edad infantil, 20-40 minutos de juegos en el parque sería adecuado o, en caso de clima adverso, actividades en casa que promuevan el movimiento (construir un refugio, jugar a buscar el tesoro o, simplemente, bailar unos minutos en varias tandas)», sugiere. Tal y como señala, en el caso de preadolescentes y adolescentes (a partir de los 9 o 10 años), quizá ya sean más adecuadas las actividades regladas, deportes organizados (en clubes o en la propia escuela), además de jugar con los amigos y amigas al fútbol, al baloncesto….

¿Y el fin de semana, descanso? No. «Brinda la oportunidad de realizar actividades deportivas más prolongadas, con el beneficio adicional de poder pasar tiempo en familia: un paseo por el campo, una pequeña excursión en bici o ir a la piscina», por ejemplo.



Cada edad, lo suyo

En edad infantil, el juego que pueden hacer en un parque reúne todos los componentes beneficiosos (correr, trepar, saltar, meterse en los módulos y casetas de columpios…). «Y de la preadolescencia en adelante lo mejor es combinar dos tipos de ejercicio (natación con escalada, patinaje con pilates…) para trabajar tanto el aspecto aeróbico, como la fuerza y la flexibilidad».

Habrá a quien le parezca mucho, «pero hay que recordar que acumular los sesenta minutos al día activos es la recomendación mínima: realizar más aportará beneficios adicionales». Según orienta la experta, la actividad total diaria puede repartirse en varias sesiones cortas e intermitentes (juegos en el recreo, en el parque o en casa, actividad deportiva reglada…), «sobre todo en el caso de los niños pequeños».

Huesos y mente fuertes

¿Intensidad moderada o vigorosa? ¿Cómo distinguirlas? La médica rehabilitadora Elena Roldán nos enseña. «Esto se puede comprobar de manera sencilla con el ‘test de hablar’: con una intensidad moderada se puede mantener una conversación; con una vigorosa, no». Según repasa, el ejercicio ayuda, entre otras cosas, a prevenir la obesidad, aumenta la masa ósea (se formarán huesos ‘con buenos cimientos’), mejora la memoria y reduce el riesgo de depresión y ansiedad».

Enlace de origen : Los niños deben hacer ejercicio pero… ¿cuánto exactamente?