Blancos y azules representan la Historia de la Salvación ante los jóvenes cofrades en Lorca

Más de cincuenta potentes focos en 12 torres de iluminación, cuatro pantallas gigantes, narraciones en off para que los jóvenes cofrades llegados de todo el país comprendieran el sentido de cada personaje en el cortejo y música épica, adaptada a cada uno de los grupos para su realce, contribuyeron a dar mayor vistosidad a un espectáculo único al que se entregaron ambas cofradías tras semanas de preparación.

El cortejo lo abrió el Paso Blanco, que lidera el comité organizador, con las Tribus de Israel. La biga del rey David, con manto blanco, Betsabé, su esposa favorita, a caballo y el grupo del rey Salomón, que desfiló en su biga triunfal. Junto a él su caballería y escolta a pie, además de los personajes Judá y Benjamín, a caballo.

La civilización asirio-babilónica estuvo representada por la infantería y por el personaje de Judit, una de las mujeres fuertes de la Biblia, que desfiló en cuadriga. Le siguió en el cortejo la caballería del rey Asuero, que escoltó a éste y a su esposa Esther, en sendas bigas.

Fue entonces cuando entró en escena el Paso Azul para exhibir la vistosidad y opulencia del antiguo Egipto representadas en la barca sagrada del faraón Ramsés y las esclavas egipcias. La infantería, el simbólico personaje de Débora, una de las mujeres libertadoras de Israel, y su caballería compuesta por siete jinetes, a los que se sumaron otros siete de la caballería egipcia. El dominio de la dinastía ptolemaica sobre Palestina entró en escena con la figura de Ptolomeo IV Filopátor en su biga triunfal. No faltó el grupo de Sesac con los jinetes etíopes, orgullo de la Hermandad, que dejaron al público sin aliento con sus volteos y otros arriesgados ejercicios mientras cabalgaban sin montura.

El poder de Roma se escenificó con su potente infantería y con las emblemáticas cuadrigas de los emperadores Vespasiano, Flavia Domicia y Trajano, que hicieron retumbar la carrera en su galope.

A los azules les siguieron los blancos, también con su espectacular puesta en escena del imperio romano. Desfilaron ante el público la infantería, las cuadrigas de Constantino y Teodosio y la caballería imperial. En esta cuidada representación hizo su aparición Santa Elena en el sillón imperial portado por 24 esclavos, un grupo de inspiración puramente bizantina.

La escena final fue el traspaso de la luz del Cristianismo de los jóvenes cofrades de Ceuta, anterior sede del encuentro, a los anfitriones, que serán los encargados de custodiarla en Lorca todo un año. La caballería de la Visión Apocalíptica de San Juan, uno de los buques insignia del Paso Blanco y formada por diez jinetes, participó en este momento que dio sentido al acto.

En la tribuna de autoridades se encontraba junto al alcalde, Fulgencio Gil, el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que resaltó que «citas como esta son emotivas y muy importantes, porque no solo ponemos en común aquello que nos une a quienes amamos la Semana Santa, sino que además podemos mostrar a los jóvenes de toda España la devoción y la manera de sentir» de los lorquinos.

El encuentro reúne hasta mañana a más de 1.650 participantes y genera 3.000 pernoctaciones en la ciudad y en poblaciones limítrofes. Asisten una treintena de delegaciones de todos los puntos de España, de León a Ceuta, pasando por Valladolid, Sevilla y Santander. Antes del encuentro, los jóvenes visitaron las exposiciones extraordinarias de los pasos Blanco y Azul e hicieron un vía crucis penitencial al monte Calvario organizado para el evento.

«Estamos impactados»

Una de las delegaciones más numerosas es la de Valladolid, con 50 integrantes. Dos de ellos, Daniel Coloma y Ernesto Melgar, calificaron de «maravillosos e increíbles» los bordados. «Es un gran contraste, nosotros no solemos ornamentar tanto. Estamos impactados».

María García, María de los Ángeles Ayala y Roberto Pérez, de León destacaron que «es muy impresionante y diferente. Nuestra Semana Santa es más lúgubre, más seria». También que Lorca es una «gran desconocida, no sabíamos cómo era pero hay que conocerla».

El obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, presidirá hoy la misa en la plaza de España, a las 20.30 horas, tras la peregrinación del cortejo religioso de las cofradías desde sus sedes. Aseguró que, aunque a veces pase desapercibido, «para muchos jóvenes pertenecer a una cofradía y vivir esa experiencia es una emoción». Tras este encuentro «Lorca se va a ir en el corazón de muchos hombres y mujeres que vienen de toda España», dijo convencido.