Con una sola tumba o vistas al mar: la vida eterna de los cementerios

Con una sola tumba o vistas al mar: la vida eterna de los cementerios

Los cementerios, esos museos al aire libre cargados de arte, pero también de memoria y leyendas, rebosan estos días de la vida que les falta cuando cierran sus puertas y no se mueve un alma. Es entonces cuando el silencio recupera la paz que se debe a los muertos. No les despertemos. Aprovechando la oportunidad que nos brindan estas vísperas a sus fiestas del 1 de Noviembre, proponemos un recorrido por doce lugares fúnebres españoles que, ¡por todos los santos! merecen una visita.

Cementerio de Teresa, en el Pirineo de Lérida (Bausén)

Es el cementerio más pequeño de España, quizá del mundo. Su única moradora se llama Teresa y tras esa solitaria y hermosa tumba hay una historia de amor incondicional y de solidaridad de todo un pueblo.

Cementerio de Teresa

Cementerio de Teresa

Cementerio de Teresa

Cementerio de Teresa

Teresa murió en 1916 sin cumplir los 34. Tenía dos hijos fruto de su amor con su primo Sisco. La pareja no pudo casarse por la iglesia. Por su parentesco les exigían una dispensa canónica que no podían pagar. Cuando ella murió «en pecado» el párroco se negó a que la enterraran en el cementerio. Esa misma noche, los vecinos se conjuraron para dar a Teresa la dignidad de su última morada y le construyeron un cementerio para ella sola en mitad del bosque.

Cementerio de Montjuic (Barcelona)

Creado en 1883, además de su impresionante patrimonio funerario, ofrece al visitante el mejor mirador de Barcelona para ver la puesta del sol y la única gran colección de carruajes fúnebres de Europa.

Museo de Carrozas Fúnebres

Museo de Carrozas Fúnebres

Museo de Carrozas Fúnebres

Museo de Carrozas Fúnebres

El Museo de Carrozas Fúnebres alberga trece fantasmagóricos coches tirados por caballos que llevaron a sus definitivas moradas a personajes ilustres como Benito Pérez Galdós, Santiago Rusiñol o Tierno Galván. El más emblemático es La Estufa, de hechuras aristocráticas, aunque todos lucen una rica ornamentación y detalles como el reloj de arena alado (metáfora del ‘tempus fugit’), adormideras (símbolo del sueño eterno), plañideras y búhos.

Cementerio de Burguete (Navarra)

Es de los más evocadores. Se accede por una puerta que representa la letra alfa, el principio de todo. Y su perímetro tiene forma de omega (última letra del alfabeto). Alfa y omega, principio y final.

Cementerio de Burguete

Cementerio de Burguete

Cementerio de Burguete

Cementerio de Burguete

No hay nichos, ni panteones ni mausoleos para evitar diferencias entre difuntos pudientes y modestos. Sólo un muro y un jardín sobre el que se levantan las tradicionales estelas discoidales, como las que se utilizaban en el País Vasco y Navarra desde antes de la Edad Media hasta el siglo XIX. Al recuperar estos ancestrales monolitos de origen celta se ha conseguido también no hacer distinción de clases ante la muerte. El de Burguete fue el primer ganador del concurso de cementerios que organiza la revista ‘Adiós’ desde 2014.

Cementerio de la Ballena (Castro Urdiales)

Es uno de los ejemplos más clásicos de la arquitectura funeraria con monumentos de diferentes estilos, del neogótico al art decó… Su ubicación, en un enclave asomado al mar, es espectacular.

Cementerio de la Ballena

Cementerio de la Ballena

Cementerio de la Ballena

Cementerio de la Ballena

En su paisaje se acumulan elementos verticales como pináculos, chapiteles, torres, cruces y gran profusión de panteones de todos los estilos donde entran en escena candelabros, estatuas, relieves, vidrieras, frescos, mosaicos, obeliscos, antorchas… Todo ello le da un punto teatral a esa imagen de cementerio decimonónico que habría enamorado a Bécquer. Aún conserva la vivienda del sepulturero y en su día hubo una sala de autopsias.

Cementerio ficticio de Sad Hill (Burgos)

En un paraje natural cercano a Santo Domingo de Silos se encuentra este cementerio de cine, en el que se rodó el duelo de la escena final de ‘El bueno, el feo y el malo’, el mítico wéstern dirigido por Sergio Leone.

Cementerio de Sad Hill

Cementerio de Sad Hill

Cementerio de Sad Hill

Cementerio de Sad Hill

Cinco mil tumbas distribuidas en círculos concéntricos ocupan el cementerio de Sad Hill (colina triste), construido en 1966 para la película de Leone y recuperado hace unos años por una asociación cultural que ha disparado las visitas turísticas. Las cruces sobre los túmulos vacíos llevan los nombres de Leone, Morricone, Clint Eastwood, Carlo Simi o la banda Metallica, tan fans de la película que abren sus conciertos con imágenes de Sad Hill.

El osario de Wamba (Valladolid)

Un asombroso puzle de calaveras, fémures y tibias que contabilizan dos mil restos humanos. Impacta ver ese muestrario de la muerte con sus sonrisas cadavéricas y sus cuencas de ojos perfectamente apilados.

Osario de Wamba

Osario de Wamba

Osario de Wamba

Osario de Wamba

El mayor osario de España se encuentra en un pueblo de Valladolid, en Wamba (el único que empieza por ‘w’ y que en realidad se pronuncia Bamba). Allí, una capilla del interior de la iglesia medieval de Santa María de la O (en referencia a la Virgen embarazada), acoge este repertorio de huesos que recibe al visitante con un epitafio igual de turbador al mirar de frente a esas calaveras: ‘Como te ves, yo me vi, como me ves te verás. Todo acaba en esto, aquí. Piénsalo y no pecarás».

Cementerio de la Almudena (Madrid)

Considerado el más grande de toda Europa Occidental (ocupa el equivalente a 150 campos de fútbol), allí descansan cinco millones de difuntos desde su creación en 1884, aunque más tarde fue remodelado e inaugurado oficialmente en 1925.

Cementerio de la Almudena

Cementerio de la Almudena

Cementerio de la Almudena

Cementerio de la Almudena

Entre las tumbas descansan los restos de destacados personajes como los Nobel Santiago Ramón y Cajal y Vicente Aleixandre, otros escritores como Pérez Galdós o Umbral y artistas como Fernando Rey, Lina Morgan o Lola Flores y su hijo Antonio, cuyo panteón es uno de los más visitados. La Almudena forma parte de la necrópolis del Este, que acoge un cementerio judío y otro civil, donde descansan desde Pío Baroja y Almudena Grandes al fundador del PSOE y la UGT, Pablo Iglesias, o La Pasionaria.

El panteón de hombres ilustres (Madrid)

Oficialmente denominado Panteón de España, el llamado Panteón de hombres ilustres, a tiro de piedra de la estación de Atocha, es un gran desconocido de Madrid en el que reposan 13 personajes de la historia política y militar de nuestro país.

Panteón de España

Panteón de España

Panteón de España

Panteón de España

Antonio Cánovas del Castillo, José Canalejas, Juan Prim, Eduardo Dato (cuatro presidentes del Consejo de Ministros, los cuatro asesinados) son algunas de las figuras políticas, junto a Mateo Sagasta, con sus propios monumentos funerarios en el Panteón de España, que alberga bellísimos conjuntos escultórico firmados por Mariano Benlliure, Pedro Estany y Agustín Querol. El actual Gobierno se ha comprometido a reconocer también el legado de las mujeres.

Cementerio de Fisterra (A Coruña)

Obra del Premio Nacional de Arquitectura, César Portela, es un camposanto muerto en vida. Su diseño, aplaudido en Europa como una de las grandes obras funerarias de los últimos decenios, no ha convencido a los vecinos.

Cementerio de Fisterra

Cementerio de Fisterra

Cementerio de Fisterra

Cementerio de Fisterra

Más de 25 años después de su construcción, los cubos diseñados por Portela no albergan ni un alma. Los vecinos de la Costa de Morte no quieren ser enterrados allí arriba, en un cementerio sin muros sobre un acantilado que mira al Atlántico, azotado por un viento salvaje y junto al cabo del fin del mundo. De diseño modernista, consta de catorce cubos de granitos con doce huecos para nichos cada uno. Y ahí siguen, todos vacíos y abandonados, hasta que la muerte les dé algo de vida.

Cementerio de Montánchez (Cáceres)

La Sierra de Montánchez, conocida como el Balcón de Extremadura, alberga este cementerio de 1810. Erigido a los pies de un castillo, su peculiar construcción responde a un sistema de terrazas para salvar la escarpada ladera en la que se halla.

Cementerio de Montánchez

Cementerio de Montánchez

Cementerio de Montánchez

Cementerio de Montánchez

Periodistas como Luis Carandell y escritores como Fernando Sánchez Dragó alabaron la belleza de este camposanto construido sobre un cerro y sus impresionantes vistas. Contemplar el amplio horizonte desde sus alturas refuerza la sensación de paz y la mirada a su interior del visitante. El de Montánchez fue elegido el cementerio más bonito de España en la segunda edición del concurso de la revista ‘Adiós’. Desde entonces (2015), se ha convertido en la otra gran atracción turística del pueblo junto a su castillo.

Cementerio alemán de Yuste (Cáceres)

Muy cerca del monasterio de Yuste donde expiró Carlos V, se levanta el único camposanto militar alemán de nuestro país, con los restos de 180 soldados fallecidos durante la I y la II Guerra Mundial en España.

Cementerio alemán de Yuste

Cementerio alemán de Yuste

Cementerio alemán de Yuste

Cementerio alemán de Yuste

A un lado de la carretera que conduce a la última morada en vida del emperador alemán y rey de España Carlos V, se encuentra este peculiar cementerio germano con su formación marcial de cruces grisáceas, todas iguales. Bajo ellas están enterrados aviadores y marinos alemanes, la mayoría pertenecientes a la Luftwaffe y la Kriegsmarine (el Ejército del Aire y la Armada nazi), que llegaron a las costas y tierras españolas debido a naufragios o al derribo de sus aviones.

Cementerio inglés de Málaga

Fundado en 1831 es el camposanto protestante más antiguo de España. Hasta entonces, los cadáveres de los no católicos eran llevados de noche a las playas malagueñas enterrándolos en la arena, a merced de las olas.

Cementerio inglés

Cementerio inglés

Cementerio inglés

Cementerio inglés

William Mark, nombrado en 1824 cónsul británico en Málaga 1824, logró que las autoridades locales le cedieran un terreno a las afueras para inhumar a los miembros de la comunidad protestante. El primer enterramiento data de 1831. El mantenimiento del camposanto y sus jardines fue decayendo hasta llegar a un total estado de abandono a finales del siglo XX. Hoy lo gestiona una fundación que ha logrado su declaración como Bien de Interés Cultural y su registro en la asociación de cementerios significativos de Europa, gracias a su valor artístico, histórico, literario y botánico.

Imágenes de Daniel Ochoa de Olza, Luis Millán, Maya Balanya, Óscar Corral, Javier Lizón, Francis Silva, Lobo Altuna, Sergio García, J. López-Lago, Asociación Sad Hill, Ayuntamiento de Bausén y Museo Montjuic.

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