Irene Paredes, capitana centenaria

Irene Paredes, capitana centenaria

Recuperó el brazalete de capitana tras el cisma de las 15 rebeldes, aquella revuelta en la que las futbolistas empezaron a pedir una profesionalidad que poco a poco encuentran ahora, y puede presumir de ser una líder dentro y fuera del campo. Irene Paredes (Legazpi, 1991) es la tercera futbolista de la actual campeona del mundo que logra llegar a las 100 internacionales después de que lo hicieran Alexia Putellas y Jenni Hermoso. Cuando el polémico Ignacio Quereda anunció la lista de futbolistas para el Europeo femenino de Suecia en 2013, la central vasca, la delantera madrileña y la doble Balón de Oro ya estaban ahí.

Las tres pertenecen a la mejor generación de futbolistas que la España femenina ha tenido hasta la fecha, y juntas simbolizan la lucha de las jugadoras españolas por desterrar comportamientos machistas de las instituciones tras la conquista del Mundial y el movimiento #seacabó, que provocó una revolución en la Federación Española de Fútbol. «Hemos crecido pensando que el fútbol no era nuestro lugar, que no nos pertenecía. Nos han hecho sentir así. Por suerte a medida que han pasado los años han mejorado las condiciones y la gente ya sabe que ese lugar también es nuestro. Que podamos ser referentes también es hacer historia», reflexionaba la internacional, única que ha disputado todos los minutos disputados en los 12 encuentros jugados por España en la Copa del Mundo.

Al último campeonato pudo acudir con su hijo Mateo tras un plan de conciliación familiar dispuesto por la FEF. «Para rendir al máximo nivel está también todo lo que hay alrededor del entrenamiento… Es necesario que yo esté con él y él esté conmigo. En el Mundial de 2015 había jugadoras que tenían que pedirse excedencia y vacaciones en su trabajo para poder jugar. El cambio que ha habido en ocho años se resume en esas cosas, en cómo estábamos entonces y cómo estamos ahora», dijo la futbolista del Barcelona -club con el que ganó la pasada temporada la Liga y la Champions- en una reciente entrevista.

La jugadora, que reconoce que la exigencia le hace disfrutar, ha tenido que recorrer un largo camino para cosechar el éxito actual. Tras empezar en el Ilintxa y jugar en la Real Sociedad, tuvo que salir al Athletic de Bilbao ya que en aquella época los proyectos de uno y otro no tenían color. Su siguiente paso lo dio lejos de los focos del fútbol español, en el Paris Saint-Germain, aunque por aquella época ya era una de las fijas en la selección española. Desde 2022 en el Barcelona está ganando todos los títulos habidos y por haber.

«Es la jefa. Marca los límites dentro del vestuario. Sabe cuándo reírse y cuando estar seria. Esto a las jóvenes nos va bien. Tener esa referencia dentro del vestuario ayuda siempre», dijo hace días Laia Codina, una de las parejas de baile que ha tenido la central en los últimos tiempos en La Roja femenina. «Trabajar con ella es muy fácil. Es una jugadora a la que admiro, un ejemplo. Es un lujo jugar a su lado», destacó Ivana Andrés durante el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

Referente y portavoz de las reivindicaciones del fútbol femenino así como de los derechos LGTBI, asegura que la lucha de las jugadoras «no es una pelea que haya acabado, esto es algo muy largo que puede allanar el camino a las niñas y que puede mejorar nuestra situación. Es un tema social y cultural», insiste la que ha sido nombrada mejor defensa de Europa en varias ocasiones. Nadie manda más que ella en el campo y pocas tienen un mensaje tan poderoso en las ruedas de prensa.

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