Los restos del gran impacto que creó la Luna estarían en el interior de la Tierra

Los restos del gran impacto que creó la Luna estarían en el interior de la Tierra

Los científicos llevan décadas tratando de desentrañar el enigma sobre la formación de la Luna. La teoría más aceptada es la del ‘gran impacto’, que sostiene que hace 4.500 millones de años, cuando la Tierra estaba terminando de formarse, se produjo un choque con el embrión de otro planeta del tamaño de Marte conocido como Theia. El material despedido habría acabado reuniéndose para dar lugar al satélite terrestre. Un equipo internacional de científicos cree que también quedaron restos de aquella colisión en el interior de nuestro planeta. «El impacto gigante que formó la Luna parece ser el origen de la heterogeneidad del manto temprano y marca el punto de partida de la evolución geológica de la Tierra», explica uno de los autores del trabajo, publicado este miércoles en la revista ‘Nature‘.

Se trataría de dos enormes masas situadas a 2.900 kilómetros de profundidad, justo debajo de África occidental y el océano Pacífico. Son lo que los geólogos llaman ‘grandes provincias de baja velocidad’ (LLVP, por sus siglas en inglés). Una de las claves que avalan este origen es su comportamiento cuando hay un terremoto. Las ondas sísmicas reducen de forma significativa su velocidad, lo que implicaría que su composición es más densa que el resto del manto terrestre -entre un 2% y un 3,5%-, similar a la de las rocas lunares y enriquecido con hierro. En el momento del impacto, estos fragmentos más pesados de Theia habrían descendido y se habrían preservado hasta la actualidad.

«Una idea loca pero posible»

Hasta que se propuso inicialmente este «idea loca pero posible» en marzo de 2021, los especialistas habían hecho miles de simulaciones de aquel enorme impacto. La mayoría apuntaba que la Luna heredó su material de Theia, que se deshizo a continuación y sus restos acabarían desperdigados. Mientras, en la Tierra no habrían quedado demasiados. Gracias a una nuevo método de dinámica de fluidos computacional llamado ‘Masa Finita sin Malla’ (MFM), han descubierto que el manto de la Tierra primitiva se dividió en diferentes estratos, con un manto superior y otro inferior de composiciones muy distintas. El primero era un océano de magma creado a partir de una mezcla de material de la Tierra y Theia; el segundo sería sólido y conservaría la composición terrestre original, sin apenas ser alterado por aquel choque.

Esta heterogeneidad sugiere que las entrañas de nuestro planeta están lejos de ser un sistema uniforme y «aburrido», según los investigadores. De hecho, podrían emerger a la superficie en eventos como los que formaron las islas volcánicas de Islandia y Hawái. La investigación no solo contribuye a conocer mejor la estructura interna de la Tierra, sino también su evolución a largo plazo y la formación del sistema solar interior. E incluso más. «Proporciona inspiración para comprender la formación y habitabilidad de exoplanetas más allá de nuestro sistema solar», concluyen.

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