Los chefs de Oba y Cañitas Maite presumen de territorio

Javier Sanz y Juan Sahuquillo presumen de territorio. Los chefs de Cañitas Maite y Oba, restaurante con una estrella Michelin y dos soles Repsol, se sienten orgullosos de trabajar en su pueblo, Casas Ibáñez. «Con 4.000 habitantes, es el más grande de la zona. Allí no tenemos las mismas oportunidades que en una ciudad como Murcia», explica Sanz sobre este municipio albaceteño.«Mi abuelo empezó con un bar de carretera y nosotros hemos hecho que la tradición vaya cogiendo forma», dice el joven chef -veinteañeros los dos- sobre una herencia de más de seis décadas de historia.

«La pandemia nos vino muy bien. Al ser un proyecto pequeño, pudimos abrir antes. Aprovechamos el tirón e hicimos platos como arroces para poder pagar la luz», dice Javier. «Pasamos de ser 3 a dirigir a un equipo de 80 personas en tres años y medio», añade Juan Sahuquillo sobre el crecimiento del proyecto de dos cocineros que en 2021 ganaron el premio a Mejor croqueta del mundo en Madrid Fusión, una joya que dieron a probar durante la ponencia en Región de Murcia Gastronómica, así como otros platos, donde explicaron cómo surgió la idea de su elaboración y los productos que utilizan.

Durante la ponencia, los cocineros explicaron también cómo mantienen la tradición en la técnica usando utensilios y procesos antiguos. Por ejemplo «una heladera Elma de 120 años en la que se hacen los helados manualmente. Eso sí, hay que estar fuerte -bromea-. No salen perfectos pero sí ruiquísimos», dice Juan. «Tenemos nuestro propio huerto, vamos a la zona del valle a recolectar… ahí está nuestra esencia en la cocina», añade. Con todo ello se crea la «experiencia» de Oba, que dura más de cuatro horas y donde se mantiene el misterio hasta que el comensal se sienta en la mesa.

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