Sánchez logra un sí claro de las bases del PSOE a sus pactos pese a las dudas por la amnistía

Sánchez logra un sí claro de las bases del PSOE a sus pactos pese a las dudas por la amnistía

Nunca hubo mucha duda de que Pedro Sánchez lograría el aval de las bases de su partido a sus negociaciones para una investidura que está tardando en llegar más de lo previsto pero en la que la dirección socialista aún confía plenamente. Él mismo lo dio por hecho el pasado sábado en el comité federal en el que defendió su decisión de aceptar una amnistía para los encausados del ‘procés’, que hace tan solo tres meses consideraba inaceptable, como única vía para garantizar la continuidad de su Gobierno «progresista». «Tenemos una militancia –presumió– que nunca falla cuando se le pide que dé un paso adelante». Así, fue, le dieron el sí el 87,13% de los participantes en la consulta celebrada a lo largo de esa semana de manera telemática, y presencial solo durante este sábado, segundo día con una protesta convocada por redes sociales y alentada por parte de la derecha a las puertas de la sede del PSOE en Ferraz.

El éxito cosechado tiene, no obstante, algún pero. Porque lo que sí estaba en cuestión era en qué medida la inquietud o la incomodidad de una parte del partido con la polémica medida que borrará de un plumazo los delitos cometidos por los independentistas en el ‘procés’ desde 2013 hasta la actualidad tendría reflejo bien a través del voto negativo, bien mediante una baja participación. Y la participación no fue baja, De los alrededor de 172.600 socialistas con carnet llamados a pronunciarse en un proceso ajeno a controles externos, votaron el 63,4%. Pero los noes casi rozaron el 12% (también entre los militantes del PSC)

En 2019, cuando se consultó, en un solo día, sobre el pacto alcanzado con Unidas Podemos para formar Gobierno, la participación llegó también al 63%, pero hubo un 92% de síes. En la de 2016 acerca del acuerdo con Ciudadanos –insuficiente y luego nunca materializado– fue, en cambio, del 51,1% y el rechazo llegó al 21% frente al 79% de síes. Pero aquel pacto suscitaba muchas reservas en unas bases escoradas a la izquierda.

El voto en contra alcanza el 12%, relevante, aunque nueve puntos por debajo de lo que obtuvo el acuerdo con Cs en 2016

Que el núcleo duro de la dirección albergaba algún temor sobre la participación se hizo obvio ayer cuando a través de mensajes en las redes empezaron a mandar mensajes –ya el viernes lo hizo el propio Sánchez– animando a votar. Lo hizo el primer secretario del PSC, Salvador Illa, apelando a la responsabilidad de su formación: «Estoy seguro de que hoy sabremos estar, una vez más, a la altura de las circunstancias», dijo. Lo hizo el exlehendakari y portavoz en el Congreso, Patxi López, con el argumento de que hacen falta «decisiones valientes». Y lo hicieron otras figuras como el ministro de la Presidencia en funciones, negociador de la investidura, Félix Bolaños, o la titular de Educación y portavoz de la ejecutiva, Pilar Alegría, con alusiones a los «avances en derechos y oportunidades» que están por venir.

Voces críticas

Las voces críticas con los planteamientos de Sánchez a lo largo de los tres meses transcurridos desde el pasado 23 de julio han sido relevantes –históricos como Felipe González, Alfonso Guerra, Ramón Jáuregui, Jesús Egiguren, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, los exministros Ramón Jáuregui, Jordi Sevilla, Virgilio Zapatero, Tomás de la Quadra…– pero numéricamente poco cuantiosas. La plana mayor de la formación reunida hace una semana en Ferraz aceptó e incluso elogió –con la única excepción del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y del exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza– el viraje emprendido por su secretario general bajo la premisa de que, visto el resultado de las generales, que dejaron al PSOE en segunda posición y sin más posibilidad de reeditar un Ejecutivo de coalición que la de solicitar el apoyo a Carles Puigdemont y su partido, tocaba «hacer de la necesidad virtud».

La dirección del partido se volcó ayer con mensajes en redes para animar a la participación que fue, finalmente, del 63,4%, prácticamente igual que en 2019

Durante esta semana, sin embargo, sí se ha producido un goteo de desmarques de militantes rasos o con cargos medios a través de medios de comunicación y de redes sociales. Entre ellos, el del ex secretario general de los socialistas riojanos y defensor de Sánchez en su intento de retomar las riendas del partido en 2017, Francisco Ocón, a través de un artículo en el diario ‘La Rioja’ titulado ‘Por qué votaré no’, en el que advertía que su voto negativo no sería al acuerdo con Sumar sino a la amnistía. «Porque creo –apuntaba– que no mejorará la convivencia en Cataluña y la deteriorará en España en su conjunto».

En realidad, Sánchez no ha preguntado a las bases del PSOE por una amnistía cuyo alcance está aún pendiente de los tiras y afloja con el expresidente de la Generalitat, con el que el número tres del partido, Santos Cerdán, ha estado negociando estos últimos días en Bruselas. La pregunta planteada a los militantes es mucho más abierta y ambigua: «¿Apoyas el acuerdo para formar un Gobierno de coalición con Sumar y lograr el apoyo parlamentario de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria?».

Los críticos ya expresaron sus recelos el día de su aprobación. «Con esta redacción lo sorprendente sería que el sí bajara del 100%», aducían en el entorno de Page. «En esta coyuntura, la consulta, sobre un programa incompleto y acuerdos desconocidos, se convierte en un mero trámite exprés de mera adhesión», insistió ayer Elorza. La mayoría, sin embargo, ya tenía asumido, aunque en algunos casos fuera «con dudas» o «no excesivo entusiasmo», según diversos cargos territoriales, que lo fundamental es «tener Gobierno» y «frenar a la derecha».

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