El Rayo hace perder la cabeza al Madrid

El Rayo hace perder la cabeza al Madrid

Ansiaba Carlo Ancelotti dar un golpe encima de la mesa en el primer capítulo del tríptico en Concha Espina para asentarse en lo alto de la clasificación liguera, donde el Girona continúa en las nubes tras dar guerra a los dos gigantes de nuestro fútbol. Con un tercio de Liga disputada, ahí continúa el equipo de Míchel, ofreciendo aire fresco y una pegada que le faltó al Real Madrid ante el Rayo Vallecano, rival ante el que se estrelló en su propio campo. Los blancos se quedaron secos y cedieron el liderato a los gerundenses del City Football Group, que amenazan una Liga bicéfala que hace una década que no conoce un campeón distinto a blancos y azulgranas. Nadie acudió al rescate esta vez ni tampoco sonó la flauta en el añadido.

No pudo el Madrid aprovechar el pinchazo del Atlético de Madrid ante una gran UD Las Palmas, ni meter presión al Barça tras su afortunada victoria ante la Real Sociedad. Una buena ocasión desperdiciada para abrir brecha en el torneo doméstico, tal y como deseaba el preparador de Reggiolo en la previa ante los de Vallecas, donde ‘picó’ sin éxito a Vinicius y Rodrygo para que afinaran su puntería en los próximos duelos, sabedor de las malas estadísticas de sus dos delanteros brasileños en este inicio de curso.

Real Madrid

Kepa, Carvajal, Rüdiger, Alaba, Fran García (Kroos, min. 72), Camavinga (Nacho, min. 85), Modric (Rodrygo, min. 69), Valverde, Bellingham; Vinicius y Joselu.

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Rayo Vallecano

Dimitrievski, Ratiu, Mumin, Lejeune, Pacha Espino, Valentín, Pathé Ciss (Kike Pérez, min. 60), Unai López (Trejo, min. 60), Isi (De Frutos, min. 88), Álvaro (Bebé, min. 75) y Raúl de Tomás (Falcao, min. 75).

  • Árbitro
    Martínez Munuera (Valenciano). Amonestó a Ratiu, Pathé Ciss, Trejo, Dimitrievski, Lejeune, Camavinga, Vinicius y Rudiger

  • Incidencias
    Partido correspondiente a la decimosegunda jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 70.220 espectadores.

Instantes después de que sonara el clásico indeleble del ‘Hey Jude’ antes del saque inicial en honor a Bellingham, que recibió sobre el verde el trofeo a mejor jugador del mes de octubre, Dimitrievski ya había negado a Fede Valverde un gol cantado en un mano a mano del uruguayo con el macedonio, presagio de lo que ocurriría durante todo el duelo. Los franjirrojos, que en el Bernabéu se presentaron con una elástica dorada con la banda transversal negra, situaban la presión arriba ante un rival que se hacía con el dominio del esférico desde los primeros compases.

Ante cualquier despiste, ahí iban a estar los de Francisco, que tuvieron que emplearse a fondo ante las acometidas de los locales por el flanco izquierdo, donde Vinicius se activaba y se perdía en sus batallas mientras Fran García subía motivado, titular contra el equipo que le catapultó de nuevo al club de su vida. El zurdo la mandaba arriba y repetía la acción Alaba poco después, con la misma fortuna que un juguetón Joselu, al que una manopla salvadora del portero rayista evitó inaugurar el electrónico. El atacante gallego, que hasta la fecha había anotado en los cinco encuentros que había jugado en el Bernabéu esta temporada, perdió su pequeño idilio con el gol en el Paseo de la Castellana.

El imprescindible Camavinga actuaba, en ocasiones de muro de contención en el pivote ante la ausencia por lesión de Tchouaméni, y otras en el interior. El ex del Rennes puede jugar donde quiera. El balón quemaba en las botas de los de Vallecas, que arriesgaba en las salidas y jugaba en exceso en largo buscando a un desaparecido Raúl de Tomás mientras Isi y Álvaro, habituales por los costados, perdían todos los duelos. Cada ataque local suponía un serio aviso para Dimitrievski y sus centinelas.

Aguantaron los de Francisco las llegadas de los de Ancelotti, con Bellingham y un rejuvenecido Modric gestionando los ataques con bien de ritmo pero sin premio. El guion fue el mismo en la prolongación, con un Camavinga demostrando un excelente despliegue físico, Valverde, profundo como pocos, haciendo volar a Joselu y Vinicius por los suelos.

El Madrid echa en falta la versión versión del fluminense, al que Martínez Munuera negó el gol al cantarle un fuera de juego cuando ya celebraba el tanto. El equipo necesita una mayor aportación de sus delanteros titulares, a quien Ancelotti ‘picó’ en el día antes para motivarles de cara al gol. Un problema que hasta ahora ha sido encubierto por la efectividad de Bellingham. Entró al campo Rodrygo, con quien el técnico transalpino ejerce en ocasiones de figura paternalista, y Kroos, al que el italiano confía sus servicios cuando se trata de resolver algún que otro crucigrama.

El asedio del Madrid continuaba, pero se mostraba muy previsible en sus ataques. Irrumpieron Bebé y Falcao cuando aún quedaba un mundo en Chamartín. El extremo es el rayista de moda y uno de los artífices de mantener el sueño de la zona continental en Vallecas. El colegiado Munuera Martínez prolongó la tortura del Madrid, al que la resistencia del Rayo desquició en su casa, donde recibe el miércoles al Braga en la Champions y el próximo fin de semana a un Valencia cuyo choque se prevé tenso tras el rifirrafe con Vinicius en Mestalla el curso pasado. Más de 20 remates no valieron para nada.

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