Dime cómo tienes los pies y te diré qué enfermedad padeces

Dime cómo tienes los pies y te diré qué enfermedad padeces

Además de llevarnos de un lado para el otro y sostener el peso del cuerpo, los pies también pueden funcionar como un pequeño ‘chivato’ de lo que pasa en otras partes de nuestro organismo; un zapato desgastado por un lado, una uña de color amarillento, un par de dedos deformados, un dolor insoportable en el talón nada más levantarnos, úlceras o un picor persistente pueden estar detrás de numerosas enfermedades que no siempre están directamente relacionadas con un problema en las extremidades inferiores.

«Cada vez hay una mayor concienciación social sobre la importancia de cuidar la salud de los pies y el impacto que tiene en nuestro bienestar general, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Una ampolla mal curada en una persona con diabetes, por ejemplo, puede terminar en una amputación», destaca Pilar Nieto, presidenta del Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV).

Otro ejemplo de un síntoma que puede enmascarar una patología que va más allá de una enfermedad exclusiva de las extremidades inferiores es el dolor de talón, que puede ser causa de un espolón o de una fascitis plantar, producida por una inflamación de la placa del tendón que recorre toda la planta del pie. «Es una lesión muy frecuente en corredores, pero también en personas con sobrepeso o con alguna alteración anatómica, como un pie con mucho arco o demasiado plano. El uso de un calzado inadecuado también puede estar detrás de esta patología», explica el doctor Raúl Torre, traumatólogo especializado en pie y tobillo del hospital vizcaíno San Juan de Dios.

De hecho, abusar de zapatillas con puntera de goma robusta y plataforma también puede causar retroquinia, un tipo de uña encarnada muy frecuente entre los adolescentes por «el uso y abuso» de este tipo de calzado. «Visualmente lo que se observa es que el nacimiento está enrojecido o inflamado y en ocasiones la zona afectada supura líquido. Pese a que en la mayoría de los casos esta alteración de la uña se origina por microtraumatismos repetidos en la zona de la matriz, es importante hacer un diagnóstico diferencial con una infección por hongos o por cándidas o algunas tumoraciones que pueden presentarse también con una inflamación crónica del borde de la uña», precisa la podóloga valenciana.

Signos de envejecimiento

El aspecto y coloración de las uñas no solo pueden esconder una infección (tono amarillento, grisáceo…) sino que también revelan nuestra edad. «Las de las manos se vuelven más finas y débiles con el paso de los años, mientras que con las de los pies ocurre lo contrario: ‘engordan’ y pierden su característico color nacarado. A veces también se acompañan de laceraciones o muescas en los extremos, pero no tiene mayor importancia. Forma parte de los signos del envejecimiento y se pueden considerar como las ‘arrugas’ de las uñas», explica la dermatóloga Lourdes Navarro. Una curiosidad: las de las manos tardan entre 6 y 8 meses en recambiarse por completo. Sin embargo, las uñas de los pies pueden tardar más de un año.

Una de las enfermedades más graves relacionadas con las extremidades inferiores es el pie diabético. Pese a que solo afecta a las personas con diabetes, «se trata de una patología grave si no se hace un buen seguimiento», coinciden los especialistas. Los datos son incontestables: 4 de cada 10 personas afectadas por esta patología se tienen que someter a una amputación. «Por eso es muy importante que las personas con diabetes lleven un control estricto de su patología y de los factores de riesgo, además de mantener una higiene y cuidado de sus pies muy exhaustiva», añade Pilar Nieto. En cualquier caso, los expertos aconsejan a la población en general estar siempre atentos a cualquier cambio en la coloración de las uñas o del tacto de la piel.

10 señales que indican problemas de salud


  • Alteraciones en el color de las uñas:

    «Los tonos amarillentos pueden ser síntoma de una infección por hongos o bacterias», advierten en el colegio valenciano de podólogos.


  • Aparición de rugosidades en las uñas:

    también puede esconder una infección


  • Dolor en el talón:

    este síntoma suele estar relacionado con casos de fascitis plantar o espolones.


  • Falta de sensibilidad:

    «es muy común en personas con diabetes y problemas sistémicos o neurológicos. En estos casos es especialmente importante realizar revisiones periódicas en el podólogo porque esa falta de sensibilidad impide muchas veces que el paciente detecte la aparición de úlceras. Y si no se tratan a tiempo pueden terminar en una amputación», alertan los expertos.


  • Desgaste irregular del calzado:

    puede indicar un «desequilibrio en la marcha que afecte a más partes del aparato locomotor».


  • Dolor al caminar:

    señalan los podólogos que en el caso de las personas mayores, este síntoma puede resultar incapacitante e incluso mermar seriamente su salud general. «Un dolor de este tipo puede deberse a muchas causas: sabañones, verrugas plantares, papilomas, callos, ‘ojos de pollo’…», enumeran.


  • Niños que se caen con mucha frecuencia:

    «cuando sucede esto de forma exagerada a partir de los 3 o 4 años, es necesario realizar una revisión porque podría ser la causa de pies planos, por ejemplo».


  • Deformaciones en los dedos:

    es necesario determinar la causa lo antes posible para «evitar futuras complicaciones».


  • Picor:

    si se decta un picor o un enrojecimiento persistente en la piel de los pies «podríamos estar padeciendo una infección por hongos u otro tipo de patógeno, que pueden ser bastante contagiosas y requieren tratamiento con celeridad».


  • Dolor en la zona lumbar, de las caderas o las piernas:

    «muchas veces las causas de este tipo de molestias en esta zona se deben a problemas en la pisada», aclaran los podólogos.

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