El español Iván Illarramendi y su mujer murieron asesinados por Hamás

Las circunstancias del fallecimiento no están claras. La información aún es escasa, pero algunos medios conocedores de la investigación adelantan que Iván Illarramendi, de 46 años, pudo ser asesinado por los yihadistas sin ni siquiera entrar en suelo gazatí, lo que indicaría que no habría estado cautivo de la organización. Al parecer, esta es la primera hipótesis con la que trabajan las autoridades israelíes y que confirma su embajada en España, que este mediodía ha publicado un tuit donde expresa su pésame por el «brutal asesinato» de Ivan y Dapna, cuyos cadáveres acaban de ser identificados por los forenses.

En un primer momento no se había descartado que la pareja hubiera fallecido durante los ataques a la infraestructura subterránea de Hamás en Gaza. En estos refugios se supone que permanecen muchos, o todos, los 240 rehenes capturados por la milicia, que este fin de semana hizo circular el dato de que al menos 60 de ellos habrían perecido por el colapso de decenas de kilómetros de túneles en los bombardeos israelíes.

La familia de la pareja ha señalado en repetidas ocasiones que prefería considerarlos «desaparecidos» y no «secuestrados» y nunca llegaron a recibir una «prueba de vida».

La confirmación de la muerte de Ivan sería resultado de las intensas labores realizadas por los forenses de Tel Aviv, que estos días están reportando decenas de identificaciones a raíz de restos que los servicios de emergencia han encontrado o siguen localizando en el escenario de la masacre. De los 1.400 fallecidos en aquel atentado masivo, unos 400 todavía figuran como desaparecidos. En el Centro Nacional de Investigación Forense de la capital israelí se siguen analizando a diario restos oseos o de tejidos de miles de restos que permanecen en el depósito. Dada la violencia empleada en los crímenes y el hecho de que numerosos cadáveres fueron quemados por los propio terroristas, las investigaciones avanzan con lentitud.

El caso que mejor ejemplifica la complejidad de estas labores es el de la joven germanoisraelí Shani Louk, cuya imagen semidesnuda y con múltiples fracturas a bordo de la caja de una ‘pick up’ dio la vuelta al mundo como muestra del salvajismo de la matanza. Semanas después de esta imagen, sumidas en la incertidumbre sobre si seguiría con vida aunque en estado muy grave, se ha podido comprobar que Louk murió el mismo día de los atentados tras identificarse un pequeño fragmento de su cráneo. La pieza fue localizada no demasiado lejos del festival de música electrónica donde fue sorprendida por los yihadistas.

Se da la circunstancia de que en la última lista de rehenes manejada por el Gobierno de Israel no figuraba desde hace horas, en concreto desde la pasada noche de este martes, ningún cautivo de origen español, según verificó EL CORREO, lo que había despertado ya las alarmas entre los conocedores de este tipo de negociaciones con cautivos. Cabe la posibilidad, por tanto, de que la identificación de los restos de Illarramendi se produjera en la tarde de este martes y hubiera sido comunicado a las autoridades israelies.

Iván Illarramendi Saizar desapareció el día de la matanza junto con su mujer, que tenía nacionalidad chilena y raices israelíes. Los dos vivían en el kibutz Kissufin, apenas a dos kilómetros de la Franja de Gaza. La familia de Dafna llevaba 30 años en Israel.

La última noticia de ambos se produjo el mismo día del atentado. Comunicaron sus padres que alguien intentaba irrumpir en su domicilio y decidieron esconderse en una habitación segura de la casa. Sin embargo, las fuerzas israelíes no les localizaron posteriormente en la vivienda y tampoco se encontraron indicios de que hubieran sido asesinados, por lo que los consideraron rehenes de Hamás. Sin embargo, a tenor de los primeros informes difundidos esta mañana, no llegaron a territorio gazatí.