La mano invisible del mercado es de mujer

La mano invisible del mercado es de mujer

La aparición de anuncios bancarios dirigidos a mujeres en los años 1960 tiene detrás una intrahistoria singular que explica el papel femenino en el mercado financiero desde décadas antes. La llegada de clientas a este sector no sólo es un buen baremo de evolución social, sino que también evidencia la prosperidad económica del país. «La presencia de mujeres es una manifestación de que el sistema inversor ha alcanzado un determinado grado de madurez», explica la profesora de Historia Económica de la Universidad de Murcia (UMU) Susana Martínez, que lleva años indagando en este marco. Martínez pone como ejemplo la «muy relevante» presencia de mujeres en los mercados financieros estadounidenses y británicos «para su modernización económica contemporánea». En ambos países se produjeron cambios en la legislación civil y societaria que resultaron «determinantes para aumentar la diversidad en el perfil de los inversores, y particularmente», concreta, en «su feminización».

Con estas premisas, la especialista encabeza un proyecto, titulado ‘Inclusión financiera y diferencial de género en la tenencia de activos financieros: el caso español (1850-1936)’, en el que trata de desvelar «si en España también existió un aumento sustancial de mujeres accionistas en la consolidación de la modernización económica»; y, en caso afirmativo, «por qué es un hecho que ha sido invisibilizado por la historia».

LAS CLAVES

  • Dinero
    La capacidad de invertir en entidades financieras evidencia la prosperidad de quien la lleva a cabo.

  • Sociedad
    Si más gente accede a los mercados financieros, se puede concluir que esa sociedad prospera.

  • Inclusión financiera
    La creciente participación de las mujeres en este sector conlleva una mejora no solo social, sino también del propio sistema económico.

El grupo de expertos que coordina busca respuestas analizando el accionariado de varios bancos representativos del sistema financiero español durante el citado periodo clave en la evolución del sector. Para ello cuenta con algo más de 49.000 euros financiados por la Fundación Séneca y un plazo de tres años que comenzó el 1 de enero, de modo que concluirá en diciembre de 2025.

«La presencia de mujeres es una manifestación de que el sistema inversor ha alcanzado un determinado grado de madurez»

Se trata de un trabajo inédito. «Hasta el momento no había investigaciones que se preguntaran si en España también existió un aumento sustancial de mujeres accionistas en la consolidación de la modernización económica». En este marco, el objetivo del estudio es arrojar luz sobre el papel de la mano femenina que invirtió en estos mercados, o, mejor dicho, el de su dinero, y que alentaron «la modernización económica y social», resume la profesora. Si se confirma que existieron mujeres expertas en finanzas durante las décadas analizadas, como ocurrió en otros países, los investigadores ahondarán en los motivos por los que sus identidades no han trascendido.

De momento, por ejemplo, las investigaciones lideradas por la profesora de Historia Económica han revelado el papel de las accionistas de una entidad concreta, el Banco Hispano Americano en los años 1930. La información obtenida «demuestra que las mujeres españolas contribuyeron a la generación de riqueza y desarrollo del país porque su capital estaba invertido activamente». En aquellas primeras décadas del siglo XX, las mujeres incluso llegaron a componer el 40% de todo el accionariado de esa institución financiera. Son solo unos apuntes de la abundante información que todavía queda pos desgranar en este proyecto, y que en ocasiones trasciende el marco temporal inicialmente propuesto. Martínez explica cómo «los grandes avances que veíamos en la inclusión financiera en la década de 1930 quedaron totalmente paralizados con la guerra civil y posterior dictadura católico fascista», de modo que el incipiente interés de los bancos por captar mujeres como clientes se vio interrumpida, para regresar, en cierta medida, en torno a la década de 1960. En ese momento resulta sintomática la presencia en prensa de publicidad bancaria dirigida específicamente a las mujeres. Es la época en la que ellas comienzan a entrar al mercado laboral y, al mismo tiempo, «la sociedad de consumo se establece en los hogares de clase media». La compra a crédito, los cheques y los préstamos de consumo para las vacaciones, entre otras, eran decisiones en las que las amas de casa tenían una gran capacidad de influencia, evoca la experta, cuyo próximo estudio, realizado con un profesor de la Universidad de Northumbria (Reino Unido), se centra en esa publicidad financiera dirigida a conseguir clientas.

Recopilar y analizar todos estos datos del pasado también persigue un fin inclusivo de utilidad ahora: «Conocer desde cuándo las mujeres acceden a los servicios financieros y, sobre todo, qué lo hizo posible (qué barreras se eliminaron, cuáles fueron las modificaciones legales o las normas sociales que lo posibilitaron) permitirá tomar mejores decisiones políticas para que la brecha de género siga mermando», concreta Martínez. Su proyecto, confía, «contribuye al debate actual sobre el empoderamiento financiero y sobre las causas por las que las mujeres siguen teniendo un perfil inversor menos activo que los hombres».

«Poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres es cimentar una sociedad futura más próspera y sostenible», manifiesta la investigadora, consciente de que la historia «nos muestra que los derechos ganados no son irreversibles». De ahí la importancia de «conocer cómo se han logrado los avances en igualdad», explica, y de comprender «qué se precisa para que continúen avanzando». En último término, expone, «recortar la brecha de género financiera permitirá que millones de mujeres tomen mejores decisiones económicas sobre el uso de sus recursos y el acceso al crédito para forjar un futuro mejor».

El proyecto también abunda en las características particulares de esas accionistas pioneras. Adentrarse en los lazos familiares, el estado civil, la antigüedad de las acciones en propiedad y el volumen de participaciones con el que llegó a contar cada una, entre otras variables, permite comprender mejor el fenómeno que protagonizaron. En el caso español, puntualiza la especialista, la aparición de las primeras inversoras en el primer tercio del siglo XX estuvo muy condicionada por los vínculos familiares. «Fue determinante la presencia de regímenes hereditarios igualitarios», en aquel contexto de escaso acceso al mercado laboral y a los contactos sociales para las mujeres.

El equipo de Susana Martínez, entre los que se encuentran colaboradores de las universidades de Barcelona, Granada y Pontificia Católica del Perú, además de otros dos expertos de la UMU, centra sus pesquisas en España, con lo que resultan pioneros en un campo en el que, en cambio, sí se están acometiendo más trabajos en otros países. De hecho, la que nos ocupa tiene, en palabras de su investigadora principal, «claras conexiones con otros países occidentales y con investigaciones que particularmente se están desarrollando en Francia, Italia, Inglaterra o Suecia», con los que, de hecho, «barajamos la posibilidad de quizá establecer marcos de trabajo conjuntos». Un reciente, y también pionero, estudio sobre mujeres accionistas en España elaborado por este grupo se ha publicado en una revista internacional de gran impacto, ‘Feminist Economics’. Y otro de sus trabajos ha sido igualmente aceptado en una de las revistas de historia empresarial más relevantes, ‘Business History’. En este último, por ejemplo, «desvelamos, con fuentes originales, que la banca española de los años 1960 se preocupó por elaborar una estrategia de publicidad dirigida específicamente a las mujeres». Buscar el dinero de las mujeres es un buen síntoma de que algo, a mejor, comenzaba a cambiar en una sociedad a la que aún le quedaba mucho camino por delante para ser igualitaria, y, aunque menos, todavía le sigue quedando.

Activos femeninos que generan sociedades más prósperas

Las importantes consecuencias que tiene para el sistema la incorporación de las mujeres al ámbito financiero es un asunto corroborado por el propio Banco Mundial, templo internacional de las finanzas. Esta entidad, explica la profesora Susana Martínez, del departamento de Economía Aplicada de la UMU, « ha subrayado que cuando las mujeres tienen acceso a activos, particularmente dentro de una familia, las comunidades prosperan». ¿A qué se debe?, se pregunta la especialista. Poseer activos, por ejemplo, aumenta la capacitación para emprender un negocio, al emplearlos «como la garantía para obtener un crédito, sin caer en redes extorsionadoras o prestamistas informales». Lo que la investigación que lidera Martínez se pregunta es desde cuándo han tenido las mujeres este acceso a los activos financieros, sobre todo en España.

Enlace de origen : La mano invisible del mercado es de mujer