Lidó Rico homenajea a la Cartagena romana con 252 esculturas de cera

Lidó Rico homenajea a la Cartagena romana con 252 esculturas de cera

A la poeta y filóloga clásica Charo Guarino le gustan las manos de Lidó Rico (Yecla, 1968), de las que dice que son a la vez «instrumento y objeto artístico», y que el propio artista moldea incansable en cera y convierte en elementos clave de sus esculturas e instalaciones. A propósito de su nueva exposición, ‘Dádiva. La memoria horada’, que este viernes se inauguró en el Museo-Teatro Romano de Cartagena, donde podrá disfrutarse hasta abril de 2024, Guarino exclama: «Impacta al espectador y provoca la reflexión apelando a las emociones que su contemplación despierta». Puro Lidó Rico: extremo en la minuciosidad de su trabajo, inagotable en su fe en el arte como espacio sagrado. Creador de un particular universo al que dan forma esculturas, pinturas, vídeos e instalaciones, defiende que ojalá «el hechizo de un leve roce» fuese capaz de liberarnos.

‘Dádiva’ «es el resultado de una concienzuda investigación y un trabajo artístico inspirados en la historia de la antigüedad romana como motor de creación, estableciendo un diálogo entre pasado y presente en el despliegue de caminos de ida y vuelta, desde el arte antiguo al de nuestros días», explica la comisaria de la muestra, Miriam Huéscar, quien ya comisarió en Murcia ‘Amotinados’, el trabajo del yeclano que pudo verse en el Centro Cultural Cárcel Vieja. Asegura que «esta propuesta expositiva nos hace pensar el pasado como creación contemporánea, haciéndonos recordar que el fundamento de lo que somos y creamos, está en la historia de los que vivieron antes que nosotros».

Revelación

«El enigmático friso que se presenta en ‘Dádiva’», núcleo central de la muestra y «conformado por nada menos que 252 piezas singulares inspiradas en la iconografía romana, es un conjunto que intensifica y expande los contenidos que el museo custodia, revelándonos la historia, la memoria y el arte que perviven conservados en este espacio, ofrecidos ahora en forma de dádiva por el artista», precisa Huéscar.

El artista confía en que el público dialogue con sus «fragmentos de tiempo encapsulados en un gesto»

A juicio de la comisaria, «este océano de manos que gravita formulando el taumatúrgico friso instalado en consonancia con el museo, pretende convertir al visitante en un arqueólogo capaz de descubrir, en sus infinitos recursos, centenares de historias de un pasado ligado a la cultura romana, a la minería, al lugar y a importantes personajes romanos como Lucio y Cayo César, a los que su abuelo Augusto dedicó la construcción del Teatro Romano de Cartagena».

«Estos dos hermanos», recuerda, eran hijos de Julia la Mayor y Marco Vipsanio Agrippa, patronus de Carthago Nova, haciendo patente la especial importancia de la ciudad en la visión global imperial como uno de sus localizaciones estratégicas para su expansión territorial y cultural». «Nuestros dos protagonistas», apunta, «se convirtieron en los nietos favoritos del emperador pues, desde pequeños, vio en ellos a sus potenciales sucesores». Pero, «desgraciadamente, el fatal y despiadado destino quiso que ambos murieran recién estrenada la edad adulta, provocando una herida en el emperador que hizo que quisiera perpetuar lo que el devenir le arrebató, a través de la inserción de sus nombres por distintos edificios que se construyeron en su honor por el vasto Imperio Romano».

Nada nuevo bajo el sol

En efecto, «el tributo en memoria a esos dos extintos jóvenes, se muestra en la ciudad portuaria con un legado en forma de teatro, cuyas dos puertas de acceso, sobre las que se instalaron los dinteles dedicados a Caio Caesar y Lucio Caesar, dan testimonio paladino en nuestro presente de un apego incondicional que ha sobrevivido al inexorable paso tiempo».

Y más de dos mil años después, expone Guarino, Lidó Rico «establece un diálogo formal y de contenido con la Antigüedad, revelándose un eslabón más en la larga cadena que nos une con los romanos y que demuestra que tampoco en la creación más vanguardista hay nada nuevo bajo el sol». Lidó Rico, que ha escrutado al detalle cada rincón del Teatro Romano, construido con materiales como calizas, mármoles y areniscas de las canteras de los alrededores, así como con mármol pantélico blanco procedente de Grecia, habla de «arqueología injertada entre episodios de conmoción, luz y sorpresa», y confía en que el público visitante dialogue con sus «fragmentos de tiempo encapsulados en un gesto».

La inauguración este viernes de la exposición de Lidó Rico fue presidida por la consejera de Cultura, Carmen Conesa, y a ella acudieron también los alcaldes de La Unión, Joaquín Zapata; y de Mazarrón, Ginés Campillo. Les recibió Elena Ruiz Valderas, directora del Museo-Teatro Romano.

Enlace de origen : Lidó Rico homenajea a la Cartagena romana con 252 esculturas de cera