Bree Van de Kamp: ¿la mujer perfecta?

Bree Van de Kamp: ¿la mujer perfecta?

Sabemos que un personaje es un icono global cuando Fabio McNamara lo convierte en protagonista de una de sus canciones («Soy Bree Van de Kamp, mi marido / se ha perdido en Sotogrande / Avisen a las autoridades, se me ha perdido / Soy Bree Van De Kamp»). Si a eso unimos que Farfetch ha recuperado dicho personaje en 2023 para una nueva campaña publicitaria, es que ese icono, además, perdura en el tiempo. Nadie ha olvidado a Bree Van De Kamp, a pesar de que hayan pasado 11 años desde que la ABC pusiera fin a ‘Mujeres desesperadas’.

La mejor definición de Bree la da Mary Alice Young, la amiga muerta de las desesperadas cuya voz en off nos va guiando a lo largo de la serie: «… y todos en la calle Wisteria pensaban que era una esposa y madre perfecta; todo el mundo, excepto su familia». Porque Bree era, aparentemente, el ideal del ama de casa norteamericana. Todo lo hacía bien: cultivaba rosas, mantenía la casa en estado de revista y hacía las mejores tartas sin mancharse, sin despeinarse y sin perder la sonrisa. Pero, en cuanto cerraba la puerta, aparecía una mujer controladora, obsesiva, neurótica, angustiada permanentemente por lo que la gente pudiera pensar de ella y regida por unos principios religiosos y conservadores tan inamovibles e inmutables que acababan asfixiando a quienes la rodeaban: a su marido, a su hijo Andrew, homosexual y ateo, algo inadmisible para Bree (dicen que el personaje está inspirado en la madre de Marc Cherry, creador de la serie) y a su hija Dannielle, con la que mantiene una tormentosa relación.

Marcia Cross dio el tipo

Marcia Cross fue la actriz que interpretó a Bree, y dio perfectamente el tipo: su piel blanca e inmaculada, sus ojos gatunos de mirada dura, altiva e inquisitiva y su elegancia innata contribuyeron a crear la imagen perfecta para un personaje que requería frialdad y autocontrol: Bree era capaz de decir las cosas más terribles desde la contención, sin mover un músculo. De hecho, tampoco lo movió cuando, en una escena inolvidable de la serie, Bree se encuentra en un hotel con un moribundo George, su prometido, tras descubrir que es él quien mató a su primer marido, Rex. Y Bree, vestida con un impresionante vestido blanco de noche, se sienta a ver cómo muere George.

De las cuatro mujeres desesperadas, el personaje de Van De Kamp fue el más carismático y el que tuvo una evolución más rica a lo largo de la serie. Su máscara de mujer perfecta comienza a caer cuando ve cómo todo se va desmoronando a su alrededor, cuando comprueba que nada es lo que ella esperaba y, en los sucesivos episodios, pasa por la viudez, el divorcio o el alcoholismo. Todos esos sucesos (contados, a veces, de una forma exagerada y grotesca, pero con una tremenda capacidad para enganchar al espectador) la llevan a cambiar, y pasa de ser la caricatura de un ama de casa tan perfecta que no se permitía, ni le permitía a nadie, ningún fallo, a convertirse en una persona real, capaz de asumir sus errores y solucionar sus problemas, hasta el punto de comenzar una carrera política: al final de la serie, Bree es elegida por Kentucky para la Cámara de Representantes. No hay ninguna duda de que se presentó por el Partido Republicano.

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