Israel desaloja «a punta de pistola» el principal hospital de la Franja de Gaza

Israel desaloja «a punta de pistola» el principal hospital de la Franja de Gaza

Una hora. Es el tiempo que dio ayer el ejército israelí al personal del Al-Shifa para evacuar el centro sanitario de referencia de Gaza. Después de 72 horas de cerco total y del asalto al complejo en búsqueda de los túneles de Hamás, los militares lanzaron su ultimátum a través de altavoces, según informaron fuentes médicas a la agencia AFP. El director de los hospitales de la Franja, Mohammed Zaqout, confirmó que los soldados obligaron a vaciar el complejo «a punta de pistola» y que 450 pacientes tuvieron que salir, dejando atrás a unos 120 que no tenían capacidad de caminar, incluidos decenas de recién nacidos. Esos 120 esperan una evacuación milagrosa por parte de la ONU o el Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), que no se produjo durante la jornada.

Lo que médicos y periodistas describieron como «evacuación a la fuerza», Tel Aviv lo calificó de respuesta a la solicitud del director de Al-Shifa para permitir a quienes se refugiaban en sus instalaciones y deseaban salir a través de «un eje seguro». Los uniformados indicaron además que entregaron 2.300 kilogramos de alimentos y 6.000 litros de agua en un recinto semidesierto.

Consultado sobre la situación por el canal Al-Jazeera, Mohammed Abú Salmiya, director de Al- Shifa, confirmó la evacuación y dijo que se había quedado acompañado de un pequeño grupo de médicos y enfermeras al cuidado de los casos críticos «que morirán de forma inmediata si no se les puede evacuar».

Noticia relacionada

Israel logra un objetivo que perseguía desde hacía días, ya que sitúa el cuartel general de Hamás en los sótanos del hospital. El complejo y todo el barrio próximo pronto se convertirán en una enorme zona de excavación con el objetivo de encontrar esos supuestos túneles en los que se refugian los islamistas, según los servicios de Inteligencia judíos y estadounidenses.

Exhumaciones

De momento, lo único que ha mostrado el ejército es la supuesta entrada a un túnel, cubierta de escombros, y algunas armas que aseguran pertenecían a Hamás. Los soldados también se habrían llevado más de cien cuerpos de la fosa común cavada a las puertas del centro, según Ismael al-Thawabta, de la oficina de comunicación del Gobierno gazatí.

El ministro de Asuntos Exteriores en Ramala emitió un comunicado sobre esta evacuación en el que señaló que «las acciones de Israel representan otra faceta espantosa de los crímenes de limpieza étnica y genocidio» contra los palestinos.

En Ciudad de Gaza no quedan apenas periodistas para contar lo que sucede. A esto se le suma el apagón en las telecomunicaciones de los últimos días, solucionado parcialmente tras la entrada de combustible para la compañía Paltel. También la ONU informó de la llegada de los dos primeros camiones con gasolina anunciados por Israel la víspera para que pueda retomar su trabajo de reparto de ayuda.

Los evacuados de Al-Shifa salieron a pie, de uno en uno y con banderas blancas. Comenzaron a caminar a primera hora de la mañana en dirección a la carretera de Saladino, donde Israel abre cada día una ventana para el éxodo de civiles del norte. Se dirigen a una parte de la Franja no exenta de bombardeos, ya que Israel expande sus operaciones al sureste y también ha pedido a los civiles que vacíen esa zona.

En el sur se hacinan más de 1,7 millones de desplazados y se han levantado campos improvisados, ahora convertidos en lodazales tras la llegada de las primeras lluvias. Desde el Programa Mundial de Alimentos alertaron un día más de la falta de agua y comida y el riesgo inminente de hambruna.

Quedan miles de gazatíes en el norte, donde los bombardeos son más intensos. El ejército se dirigió a los residentes de barrios del este de la Ciudad de Gaza como Tel el-Hawa, Sabra, Zeitoun, Shejaiya y Tuffah, y les dijo que se fueran porque «es peligroso quedarse». La operación terrestre avanza con rapidez, ajena a las llamadas al alto el fuego que llegan desde el exterior y el discurso se radicaliza en Israel donde, hasta diputadas consideradas de centro como Debbie Biton, del opositor Yesh Atid, declaran a la radio pública israelí que «todos en Gaza son terroristas. Dejemos que el ejército haga su trabajo».

«Han optado por el odio y la rabia para vengar el ataque de Hamás»

Tras el asalto al hospital de Al-Shifa, la captura del puerto y la toma de Al-Shati, las tropas de Israel claman victoria al oeste de la Ciudad de Gaza y anuncian el inicio de una nueva fase en la operación terrestre. La presión internacional apenas se percibe en los despachos del Ministerio de Defensa en Tel Aviv y el discurso que se repite es que «no habrá alto el fuego hasta que Hamás libere a los rehenes», insiste cada día Benjamín Netanyahu.

Cuesta encontrar voces críticas con la marcha de la guerra en Israel, un país en el que «la sociedad ha optado por el odio y la rabia para vengar el brutal ataque de Hamás del 7 de octubre», opina Yehuda Shaul, fundador de Breaking The Silence, grupo de veteranos del Ejército que lleva dos décadas denunciando los excesos de la ocupación. Dos de sus miembros perdieron la vida durante el asalto de Hamás a los kibutz próximos a la verja de separación.

Netanyahu es tan apoyado desde el exterior como cuestionado dentro de su país, donde un amplio sector de la población le ve como máximo responsable del error de seguridad que abrió las puertas a Hamás y costó la vida a 1.200 personas en las localidades próximas a la verja de separación. Por eso, en las familias también se percibe el malestar con la estrategia del gabinete de guerra porque siente que antepone el avance de la operación terrestre en Gaza a la negociación por los suyos.

«Esta vez Hamás golpeó primero y lo hizo de una manera terrible, por lo que la operación militar posterior no tiene nada que ver con ofensivas anteriores. Cuando la sangre está hirviendo es muy difícil tomar decisiones racionales. Lo que debemos dejar claro es que los crímenes de guerra cometidos por Hamás no justifican que nuestro Ejército no deba respetar la ley internacional», piensa Yehuda Shaul.

El fundador del grupo de veteranos Breaking The Silence cree que «es hora de que la sociedad se dé cuenta de que nuestro problema es con los palestinos, con las décadas de ocupación y cerco sobre Gaza, y que la fuerza nunca lo resolverá». «Es necesaria –añadió– una solución política para que palestinos y judíos podamos vivir juntos en esta tierra».

Enlace de origen : Israel desaloja «a punta de pistola» el principal hospital de la Franja de Gaza