Un español muestra las tapas típicas de las tabernas japonesas: «Es otro rollo»

Un español muestra las tapas típicas de las tabernas japonesas: «Es otro rollo»

Si por algo desentona España, gastronómicamente hablando, es por la cultura del ‘tapeo’. Esos pequeños manjares que se comen hasta de un bocado y que solemos acompañar con una buena caña. Una tradición que engatusa a autóctonos y foráneos, que se suman a la tradición nada más aterrizar. Pero, ¿y si te dijeran que en Japón también hay tapas? Por extraño que pueda parecer, un influencer afincado en el país nipón ha exhibido algunas de las réplicas con las que se ha topado en las tabernas de la ciudad de Fukuoka. «Es otro rollo la verdad», confiesa Alejandro Mesa en su vídeo de TikTok.

Como si de un maridaje se tratase, no falta una copa de vino tinto por el módico precio de 380 yenes, lo que equivaldría a unos 2,37 euros. El primer trago ya es suficiente para catear esta añada: «El vino es para cerrarles el local», bromea. No obstante, todavía queda recorrido por delante para equilibrar la valoración final.

Tapas al estilo japonés

Para abrir boca, el camarero posa un recipiente con brotes de soja fermentada, una elección que sorprendería a cualquier chef español. No es de extrañar si consideramos que este ingrediente es uno de los pilares de la cocina asiática: líquida, texturizada o al natural. De hecho, en ocasiones, la casa suele invitar a esta degustación.

De segundo, unas tiras de pollo frito con miel y mostaza, de aspecto muy similar a los que ofrece cualquier menú español. El precio impacta, pero para bien: 2,68 euros unas cinco o seis piezas en forma de palomitas. El sabor tampoco deja indiferente al joven, que califica este plato positivamente.

«Esto sí que mola», asegura sonrientemente mientras se acerca el camarero con la siguiente degustación. En esta ocasión, se trata de unas patatas que emulan a las tan populares bravas. Eso sí, sin la clásica salsa que altera la lengua con su toque picantón y con un aspecto que difiere de cualquier bar de la Península Ibérica. Como punto negativo, el plato tan solo se presenta con cinco trozos, elaborados con una base de mantequilla. El veredicto lo tiene claro: «A ver, las bravas están mejores, pero están muy buenas», y más si el coste acompaña (390 yenes, unos 2,43 al cambio).

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Como colofón, unas empanadillas fritas, que se asemejan notablemente a las populares ‘gyozas’. El plato incluye seis unidades por unos tres euros (480 yenes) y vienen acompañadas de una salsa de cacahuete. «Son de verdura y además están buenísimas», asegura el ‘tiktoker’. Tras el banquete, el joven posa los palillos sobre la mesa y procede a limpiarse las manos con una toallita: «Aquí las que ponen son siempre húmedas». Con el estómago lleno, Alejandro ya tiene su dictamen final. Tras suspender el vino porque está «superaguado», la comida parece compensar ese primer resbalón: «Está bastante buena».

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