El riesgo de desprendimientos obliga a precintar la entrada a la zona escolar de la Casa del Niño de Cartagena

El riesgo de desprendimientos obliga a precintar la entrada a la zona escolar de la Casa del Niño de Cartagena

La dirección del colegio San Isidoro y Santa Florentina ha precintado, por orden de la Comunidad, el vestíbulo del acceso principal a la zona escolar de la Casa del Niño, la de la calle Jabonerías. Lo ha hecho ante el mal estado que presenta la fachada y la puerta, donde hay desconchones, grietas y el enrejado está oxidado. Hay riesgo de cascotes.

Así, los 250 niños de Educación Infantil allí matriculados entraron este lunes ya por la puerta trasera, la que da a la calle Real, ante un dispositivo policial que obligó a cortar al tráfico en una parte de esta importante arteria de la ciudad. Es un signo más de la necesidad de invertir en este edificio, declarado Bien de Interés Cultural, para que los niños puedan asistir a clase con total seguridad. Los padres continúan denunciando el mal estado de conservación de las instalaciones y la falta de servicios.

Todo ello ocurrió mientras el consejero de Educación, Víctor Marín, anunciaba en El Batel que su departamento tiene previsto invertir dos millones de euros en la reforma integral de la zona del edificio histórico usada por los alumnos y profesores. Explicó que en los Presupuestos regionales del próximo año, aún sin aprobar, habrá una partida para la redacción del proyecto técnico. Él confía en que en 2025 puedan ser desempeñados los trabajos.

Obra integral

«Estamos hablando de un proyecto que acometerá la totalidad de las reformas del edificio. Con ello vamos a dar respuesta a las necesidades educativas que plantea el centro, mejorando las infraestructuras de este edificio», explicó el consejero. También dijo que hubo reformas en el centro escolar este pasado verano y que volverán a haberlas en los próximos meses donde sea necesario.

Los padres de los alumnos que asisten a clase en esas instalaciones ven en el año 2025 una fecha demasiado tardía para el inicio de una reforma que lleva años esperando.

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