Desestiman los recursos de Carreteras y Cambiemos a la construcción de Cala Mosca

Mientras continúan las obras que terminarán por acabar con el último kilómetro de litoral virgen en Orihuela Costa, la Justicia va cerrando los últimos cabos a un culebrón que se ha extendido más de una década. La única vía que quedaba abierta para parar las excavadoras quedaba este lunes cerrada de un plumazo. La sala del Contencioso-Administrativo número 1 del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha desestimado los recursos presentados por la Demarcación de Carreteras del Estado y el partido político Cambiemos Orihuela contra el acuerdo plenario del 2 de septiembre de 2021 por el que se aprobó la modificación puntual del Plan Parcial de Mejora del Sector D-1 ‘Alameda del Mar’, el nombre por el que, en el argot urbanístico, se conoce a Cala Mosca.

Precisamente ese recurso era clave para la formación municipalista y al que Cambiemos se aferró hasta el último momento para intentar que el PSOE de Carolina Gracia, entonces alcaldesa de Orihuela, desatendiera los argumentos de sus entonces socios de Ciudadanos, que alertaron en multitud de ocasiones de las responsabilidades patrimoniales en las que el Ayuntamiento podría haber incurrido de no haber dado luz verde en Junta de Gobierno a un proyecto del que la izquierda local en pleno siempre ha renegado por su presunto impacto ambiental.

La sentencia, sin embargo, no es firme y es susceptible de ser recurrida en casación ante la Sala 3ª del Tribunal Supremo o, en su caso, ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJCV. Dicho recurso deberá prepararse ante esta Sección en el plazo de 30 días a contar desde el siguiente al de su notificación justificando el interés casacional, es decir, los recurrentes deberán probar ante alguna de estas dos salas que procede anular esta sentencia por contener una incorrecta interpretación o aplicación de la ley o que ha sido dictada en un procedimiento que no ha cumplido las solemnidades legales en su fondo o su forma. Algo sin duda complicado.

De ello dependerá, en este sentido, que tanto la institución dependiente del Gobierno central como la formación local ahora encabezada por Leticia Pertegal se libre, entre otras cosas, de pagar de sus bolsillos las costas. La sentencia también es clara en este extremo. «Se imponen las costas a la parte actora, por importe de 2.000 euros a cargo de la Demarcación de Carreteras, y 1.000 euros a cargo del grupo municipal Cambiemos Orihuela, correspondiendo por mitades al Ayuntamiento demandado y codemandada».

2.200 viviendas

Cabe recordar que, por enmedio, continúa en juego un proyecto que sin duda hoy constituye el mayor desarrollo urbanístico en marcha en Orihuela Costa y que ha despertado una oposición, no solo política, sino también vecinal a través de plataformas como ‘Salvemos Cala Mosca’. El promotor, el Grupo Gomendio, tiene ahí proyectado levantar más de 2.200 viviendas en primerísima línea.

El contenido de los recursos de ambos versaban ‘grosso modo’ sobre dos asuntos que han plagado especialmente de dudas la viabilidad de tamaño proyecto. Carreteras avisaba que la población que tiene previsto albergar este nuevo desarrollo supondría poner un granito más en el vaso de un problema de saturación de tráfico en la N-332 a su paso por Orihuela Costa, así como una merma en la calidad acústica. Cambiemos se sumó a las peticiones del Estado y alegaba también que el proyecto no contó con informe favorable de este organismo estatal.

Por otra parte y fuera de este procedimiento, Cambiemos siempre ha alegado la insuficiencia de recursos hídricos en la costa ya alertada por la empresa de aguas Hidraqua. El litoral oriolano está pendiente en este sentido de la construcción de un depósito que garantice que los vecinos del litoral no se quedarán sin suministro de agua potable en pocas horas si hay una avería en la red, que está al 99% de su capacidad.

El asunto Cala Mosca llevaba en letargo desde el final del pasado mandato y nunca ha llegado a salir a la palestra en estos cuatro meses de gobierno del nuevo equipo PP-Vox. Las excavadoras llevan trabajando, por su parte, ya más de cinco meses, desde el 24 de abril. Incluso Cambiemos estuvo a punto entonces de detener las obras al no encontrar acta de replanteo que diera fe del reinicio de los trabajos en Cala Mosca. Pero todo empezó a caldearse en el seno del gobierno PSOE-Cs antes, cuando el entonces concejal de Urbanismo, Jose Aix (Cs) levantó la voz ante los requerimientos de la constructora por las responsabilidades en las que podía incurrir el Ayuntamiento si no daba luz verde definitivo al proyecto antes del pasado 4 de mayo.

Misivas «intimidatorias»

La elevación a Junta de Gobierno no llegó, sin embargo, hasta el 18 de abril. Solo después de que la entonces alcaldesa, Carolina Gracia (PSOE) retirara el punto del orden del día una vez y convocara a los medios en la sede consistorial para denunciar que había recibido unas misivas de Gomendio que consideró «claramente intimidatorias» y ante las que aseguró que no se iba a achantar e incluso, dijo, estudiaba llevar ante la Justicia. Ciudadanos siempre ubicó esto en una estrategia de desmarque de la decisión por parte de los socialistas, pues dar este paso, reconocían, no traía rédito político alguno para ninguno de los dos integrantes del equipo de gobierno. La decisión llegaba a apenas unas semanas de las elecciones municipales del 28 de mayo.

Cala Mosca era sin duda uno de los temas que más controversia y suspicacias reconocidas públicamente creaba en el seno del equipo de gobierno, pues paralizar el proyecto fue la línea roja impuesta por Cambiemos para dar su apoyo a la moción de censura que desalojó al PP de Emilio Bascuñana y aupó al poder al PSOE y a Ciudadanos en abril de 2022. Al poco de llegar, el nuevo equipo de gobierno ya recibía en julio de ese año el jarro de agua fría de una declaración de impacto ambiental favorable del gobierno del Botánico, de un área en manos de Compromís, para más inri. Esto dejó escaso o nulo margen a los socialistas para cumplir con lo firmado con Cambiemos, un partido no del agrado de Ciudadanos y cuyos votos pronto dejaron de ser necesarios en algunas cuestiones, lo que deterioró sobremanera la relación entre los dos partidos de la izquierda oriolana.

Cambiemos, en este aspecto, siempre reprochó a la alcaldesa Gracia que cediera a Ciudadanos la mayoría en la Junta de Gobierno. La formación entonces encabezada por Carlos Bernabé siempre albergó la esperanza de que la dupla entre socialistas y naranjas acabara por romperse, cosa que nunca que sucedió. Sin ir más lejos, cuando llegó el tema Cala Mosca a la mesa de la Junta de Gobierno, salió adelante con los votos de Ciudadanos en solitario. Los socialistas se desmarcaron con una simbólica y nada determinante abstención.

Oposición y pragmatismo

El PSOE ha manifestado de cara al público en multitud de ocasiones su firme oposición a las obras en Cala Mosca y trató de hacer ver que su postura ayudó a garantizar al menos el cumplimiento de las exigencias que la Generalitat obliga a observar al promotor para continuar la obra. Ciudadanos, pese a tampoco mostrar un agrado abierto al proyecto, siempre vendió su no-obstaculización como la postura más prudente y responsable con la integridad de las arcas municipales. 200 millones de indemnización, varias veces el presupuesto anual del Ayuntamiento, era lo que José Aix cifraba que podía costar al Consistorio negarse por las bravas a los deseos de Gomendio.

Cabe recordar que la primera versión del proyecto de urbanización, gestado ya en los años 90, tuvo que modificarse tras hallarse en los terrenos en 2007 algunas especies de fauna y flora protegida como son el caracol Tudorella Mauretanica y la jarrilla cabeza de gato. El modificado del proyecto obligaba a Gomendio a reservar una parte de su desarrollo a la constitución de una microrreserva que protegiera a estas especies del peligro del ladrillazo.

La exalcaldesa, Carolina Gracia, antes de verse acorralada por las prisas de una decisión que todos menos Cambiemos calificaban de improrrogable, constituyó en octubre de 2022 una mesa de negociación con la constructora a fin de encontrar alternativas a la construcción de este enclave costero. Entre otras opciones, se ofreció una permuta de los terrenos por otros de similar valor o una compensación económica asumible. Ambas finalmente fueron descartadas. Ni siquiera hubo un segundo encuentro, al menos en público.

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