El Palacio Almudí de Murcia es desde hoy un espacio para dar un paso atrás en el tiempo y dejarse llevar por el arte, la poesía y la literatura que despegó hace un siglo, en los pasados años 20 y 30. Un crecimiento cultural del que Murcia y LA VERDAD fueron testigos clave. Esta tarde a las 17.00 horas se inaugura ‘La Edad de Plata en Murcia’, la exposición dedicada al centenario del Suplemento Literario de LA VERDAD, que tuvo su continuación en ‘Verso y Prosa’ y ‘Sudeste’, y en la que, a través, de obras, objetos y documentos se realiza un acercamiento a un tiempo en el que, en las páginas del Suplemento, que está de aniversario, se dieron a conocer los autores de la Generación del 27, así como artistas plásticos como Benjamín Palencia, Luis Garay, Gil de Vicario, Vicente Ros, José María Almela Costa y Daniel Vázquez Díaz.
Son 135 obras, sin incluir documentos, las que forman parte de esta propuesta de LA VERDAD respaldada por la Comunidad Autónoma, a través de la Consejería de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes y del Instituto de las Industrias Culturales y las Artes, y por el Ayuntamiento de Murcia.
«En las diferentes secciones de la exposición hemos confrontado la Murcia que había con la Murcia que llega», explica a los lectores Nacho Ruiz, doctor en Historia del Arte, galerista de T20 (junto a Carolina Parra) y comisario de esta muestra. «Por ejemplo, –continúa– vemos en ‘El viático en la huerta’, una pieza de Juan Antonio Gil y Montejano, de 1876, que no es el boceto del Mubam, sino el grande, un cuadro que apareció en Venezuela en los años 90, de una coleccionista de Los Alcázares que ya lo prestó una vez». Una obra en la que «es muy interesante ver cómo era esa Murcia, apreciamos entre el grupo de casas, torres y campanarios el Arco de la Aurora, el viático va a hacer su función en una Murcia que tiene condiciones duras de vida [el viático en la tradición católica acostumbra a llevar la Comunión a los moribundos]. Y aquí lo vinculamos con la portada de ‘Las caracolas’, novela de costumbres de Jara Carrillo (1920), y con las dos únicas caracolas de avisos que hemos encontrado, que vienen del Museo de la Ciudad».
«Hemos confrontado la Murcia que había con la que llega», explica el comisario, Nacho Ruiz
Este es solo un adelanto de lo que podrán encontrar los visitantes en la sala expositiva en la que «Sánchez Picazo, el gran pintor de las flores, aparece en contraste con el estudio de la calle Riquelme, donde encontramos a Planes, Pedro Flores y a Garay, pero también a Almela Costa y a Joaquín, ese personaje alucinante, y a Clemente Cantos y Garrigós».
Todo ello en esta propuesta artística, bajo la coordinación general de Maravillas Pérez, en la que colaboran 22 de prestadores de obras, tanto instituciones públicas y entidades privadas como coleccionistas particulares: Asamblea Regional de Murcia, Ayuntamiento de Murcia, Archivo Municipal, Museo de la Ciudad, Carolina Parra, Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, diario ‘El Norte de Castilla’, la familia Guerrero Ruiz, la familia Meroño Ros, la Fundación Antonio Ródenas García-Nieto, la Fundación Mapfre, Gabriel Batán, las galerías Guillermo de Osma, Leandro Navarro y Rafael Ortiz; Ignacio Ruiz, Jesús Egea, José López Albaladejo, el Museo Gregorio Prieto, el Museo Taurino de Murcia y la familia Aparicio García.
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