Una mujer recoge su título universitario 70 años después de terminar sus estudios

Su mentalidad y su empoderamiento en aquellos años le hicieron tomar un camino diferente al del resto de mujeres de esa época, donde la mayoría se dedicaba a sus quehaceres en casa. Ella quiso estudiar y lo hizo, pero cuando le obligaron a prestar servicio en esa organización, «dedicada a dirigir la vida de las mujeres», dijo, se negó y perdió la oportunidad de titular. Para una mujer, en aquellos años, era necesario prestar ese servicio para conseguir el certificado que le daba derecho a solicitar el diploma acreditativo de su formación.

Los estudios los cursó en la Escuela Pericial de Comercio, que desde 1921 impartía esa formación. Posteriormente pasó a ser la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales y tras ello las instalaciones fueron reconvertidas en lo que la actualidad es el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Carlos III. En aquella promoción había una veintena de estudiantes de los que mujeres era media docena.

«Me siento muy contenta de haberlo conseguido y muy agradecida a la universidad. Me he acordado muchas veces de mis estudios. A cada persona le toca vivir una época, la mía fue aquella y lo asumí. Después tuve suerte en mi vida familiar. No me puedo quejar. He sido muy feliz», contó este jueves tras recibir el diploma en el salón de Grado de la UPCT, en la sede de la Facultad de Ciencias de la Empresa.

Trabajó en el despacho de su padre, pero no ejerció nunca de lo que había estudiado y desde entonces desarrolló varios empleos. Pasados los años, Salinas Sánchez, ahora con 86 años, se casó. Siete décadas después, una de sus siete hijos, Manuela Navarro, comenzó los trámites para resarcir a su madre de esta «injusticia».

Libro de escolaridad

«Le pedimos toda la documentación que tenía de sus estudios, lo que antes era el libro de escolaridad, y enseguida nos la sacó. Con ello nos fuimos a la UPCT y allí nos ayudaron desde el primero momento, sobre todo el profesor Juan Patricio Castro. Nos sacaron su expediente, que aún guardaban, y pusieron la maquinaria a funcionar. Un año después de comenzar este camino lo hemos conseguido gracias a la universidad y al Ministerio de Educación y Formación Profesional», detalló.

«En aquella época y con los estudios que tenía, mi madre podría haber trabajado en una buena empresa o en un banco, como hicieron sus compañeros», añadió Navarro emocionada de ver a su madre. Ella, junto a sus hermanos, arropó a su madre, quien además de cumplir su sueño de recibir el título volvió a sentirse estudiante. Visitó un aula del grado de Administración y Dirección de Empresas (ADE), donde los alumnos la recibieron con un aplauso, admirados al conocer su historia.

La rectora invitó a que otras personas en esas circunstancias soliciten a la Universidad la tramitación de su título universitario. Señaló que el de María Salinas es un ejemplo de que “las condiciones que hoy tenemos las mujeres no siempre las tuvimos, el acceso a la Universidad y titular no era tan fácil”.