El otro partido entre el Real Murcia y el Málaga se juega en el juzgado

El otro partido entre el Real Murcia y el Málaga se juega en el juzgado

Es una pesadilla que no tiene fin. El Real Murcia, en 2023, todavía está haciendo frente a deudas generadas por Jesús Samper en los primeros años del abogado madrileño al frente del club grana. Una de ellas es la que reclama el Málaga Club de Fútbol, rival que visitará el Enrique Roca (18.00 horas) el próximo domingo, y que a través de una demanda en el juzgado de Instrución número 8 exige el pago de 156.481 euros más costas.

Esta cantidad son los rescoldos de una deuda aún mayor que la entidad centenaria generó con este club en 2003, cuando el propio Samper decidió sacar de forma unilateral al Real Murcia del G-30, grupo formado para defender los derechos audiovisuales de equipos de Primera y Segunda y al que ambos pertenecían. Un paso que le supuso al club una sanción de 5 millones de euros del Tribunal de Arbitraje del Deporte a repartir entre sus 28 exsocios (el Racing también salió) liderados por el abogado Javier Tebas, hoy presidente de la Liga de Fútbol Profesional. El entonces presidente grana rompió el acuerdo y firmó con Sogecable, movimiento que perjudicó al Real Murcia.

El total de la deuda, que en diciembre de 2019 era de 431.878 euros, procede de la sanción al Real Murcia por dejar el G-30 en 2003

De hecho, años más tarde, esta deuda seguía coleando y fue englobada en el concurso de acreedores grana de 2009, y más tarde en el reconvenio de 2014 que acabó en 2019. En este tramo esta deuda del Real Murcia dejó de ser colectiva para dividirse entre los clubes integrantes del extinguido G-30. En estos años apenas bajó y a 31 de diciembre de 2019 lo adeudado por el Murcia al Málaga y el Atlético Malagueño, su filial, ascendía a 431.878 euros.

Un culebrón de 20 años

  • 1 El origen:
    Samper decidió dejar el G-30 en 2003 y fue condenado a pagar 5 millones a su exsocios, entre ellos el Málaga y su filial.

  • 2 Concurso:
    En 2009 la deuda del G-30 pasó a ser concursal, pero el club no la pagó. En 2019 le debía al Málaga 431.878 euros.

  • 3 Primer acuerdo:
    El grupo de Tornel abonó 118.945 euros y aplazó a 2020 otros 312.963 euros.

  • 4 Segundo pacto:
    La directiva de Ramos pagó 156.481 euros, pero no abonó la otra mitad.

  • 5 Demanda:
    El Málaga reclama los otros 156.481 euros.

El primer pago de Tornel

El grupo de Tornel, al mando del club en 2019, consiguió abonar, pese a las grandes dificultades económicas y los momentos de incertidumbre jurídica en la entidad, 118.945 euros que evitaron la liquidación del Murcia, fijando paralelamente con el Málaga el 30 de junio de 2020 como la nueva fecha para abonar los 312.963 euros restantes. Un compromiso que, debido a la pandemia, no consiguió cumplir el Real Murcia y que provocó una demanda incidental por incumplimiento del Málaga que quedó disipada con un nuevo acuerdo.

El 10 de diciembre de 2021, y bajo el mandato de Agustín Ramos, esta deuda dejó de ser concursal tras un pacto entre clubes que consistía en un pago inicial de 156.481 euros y la firma de dos nuevos plazos de 78.240 euros cada uno a abonar el 30 de diciembre de 2022 y en la misma fecha de 2023. Pero el Real Murcia no cumplió el segundo de ellos y llevó al Málaga demandar a la entidad grana por una deuda total de 156.482 euros que ahora reclama.

Tras un escrito al registro general el pasado 24 de enero de 2023, el club andaluz, que está intervenido judicialmente desde enero de 2020 y que tiene al frente al administrador José María Muñoz, reclama esta cantidad que ahora podrá pelear en los juzgados una vez que la demanda fue admitida el pasado 27 de septiembre por el Juzgado de Primera Instancia 8 de Murcia. Es solo una parte de los cerca de 10 millones que el club adeuda a acreedores privados y que los servicios jurídicos de la entidad pretenden reestructurar.

Tornel y Ramos hicieron pagos para reducirla, pero el Málaga, el próximo rival grana y club intervenido judicialmente, quiere cobrar el resto ya

Eso sí, antes, el administrador del Málaga, que suele viajar a todos los partidos del equipo blanquiazul fuera de casa y visita Murcia frecuentemente por motivos personales, presenciará desde el palco del Enrique Roca el otro partido, el de fútbol, en el que ambos clubes se juegan tres puntos importantes en la pelea por el ansiado ascenso a Segunda.

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