¿Por qué se llama ‘El Gordo’ al primer premio de la Lotería de Navidad?

¿Quién no ha soñado alguna vez con llevarse algún premio del sorteo de la Lotería de Navidad? ¿Quién no lo ha hecho en algún momento con ganar ‘El Gordo‘? Soñar es gratis, pero parece que cuando llega el 22 de diciembre, aún más. Loterías y Apuestas del Estado vuelve a emocionar a todos un año más con el sorteo de la Lotería de Navidad, ese que reúne frente al televisor y el directo de LA VERDAD a miles y miles de personas que aguardan con esperanza poder brindar porque la fortuna ha tocado a su puerta.

Son numerosos los premios que reparte este sorteo. Los principales son el primero, que se denomina ‘El Gordo’, un segundo premio, un tercero, dos cuartos y los ocho quintos. Después va la pedrea y las aproximaciones, pero todos se ilusionan con ganar, si no pueden ser los 400.000 euros (por décimo) del primero, alguno de los más grandes. Por ello es importante comprar uno o varios décimos con los que jugar, y aún más comprobar en el buscador de LA VERDAD si ese número que se tiene guardado desde un tiempo en el cajón tiene premio. Que nunca se sabe cuando le puede sonreír a uno la suerte.

El más preciado es el premio Gordo, que recibe este nombre desde hace varios siglos. ‘El Gordo’ de Navidad obtiene esta nomenclatura por un pequeño personaje de anchas medidas de finales del siglo XVII. Este se convirtió en una especie de mascota del sorteo de la Lotería de Navidad. Protagonizó varias campañas publicitarias y se le bautizó como ‘El enano afortunado’ o ‘El fanático por la Lotería’. Era un pequeño hombre vestido con numerosas bolas de la Lotería y a veces se le representaba junto a las cinco bolas con los números del sorteo. Aunque ya solo queda el valor simbólico de esta figura y se perdió su representación, el nombre sigue siendo una de las palabras con mayor relación con el sorteo.

Esta es una de las curiosidades de un sorteo que cada Navidad renueva las ilusiones de aquellos que confían en que salga ese número especial que siempre compran, o esos dígitos del décimo que este año han elegido. Hay quienes siguen una misma apuesta toda la vida y otros que prefieren cambiar cuando la suerte no llega.

Se acerca el momento del sorteo. De volver a confiar en la fortuna, de rezar porque te toque de una vez por todas o de ponerte en manos de San Pancracio, el santo de la Lotería de Navidad. Si no es el ‘Gordo’, puede ser uno de los muchos otros premios que entrega Loterías y Apuestas del Estado. Es el momento de enfriar el champán y tenerlo preparado: nunca sabes cuando puede llegar el momento de brindar y celebrar con los tuyos. Y de regalarte ese capricho o cumplir ese sueño que llevaba tanto tiempo aparcado.

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