La inteligencia artificial diseñará tus próximas vacaciones

La inteligencia artificial diseñará tus próximas vacaciones

La inteligencia artificial (IA) aspira a poner el mundo patas arriba. No hay sector que no sea susceptible de verse afectado por su uso. Y el del turismo, que no deja de ser uno de los grandes motores económicos de España, evidentemente, no es una excepción. Las empresas nacionales de este tipo, además, cada vez lo tienen más claro y, poco a poco, van abrazando el uso de esta tecnología. Así lo demuestra que, actualmente, el 14,2% de firmas pertenecientes al sector servicios en el país recurran a la IA. Si hablamos solo de hoteles y campings vemos que el empleo está fijado en el 11,8%, que es, justo, la media total española.

La adopción, además, avanza, de acuerdo con los datos facilitados por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (dependiente del Ministerio de Economía), pero eso no significa que todo el trabajo esté hecho. Y merece la pena seguir avanzando, porque gracias al buen manejo de los datos las empresas dedicadas al turismo son, sin duda, de las que más partido pueden sacar de esta tecnología. Para empezar, a la hora de personalizar la oferta de viajes y alojamientos de acuerdo con los gustos y la economía de los consumidores.

«Hay que diferencia entre lo que te puede ofrecer una inteligencia artificial generativa, como ChatGPT, que te puede ayudar a generar hipótesis para atraer al turista, y en la posibilidad de recurrir a la tecnología para hacer estudios de mercado basados en la huella digital que dejan los usuarios cuando visitan páginas web o redes sociales», explica en conversación con este diario Ibo Sanz, director de estrategia Deep Digital en la empresa de negocio digital Llorente y Cuenca.

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Efectivamente, gracias al análisis de los datos, por ejemplo, se pueden personalizar campañas dirigidas en concreto a llamar la atención de potenciales turistas para un destino concreto. Porque, evidentemente, no es lo mismo intentar llamar la atención de un joven con pocos ingresos, y, por ejemplo, cierta conciencia climática, que apostar por un consumidor más adulto y con otras inquietudes. Para que el empleo de la IA sea óptimo, también es capital tener bien claro cuál es el tipo de público general que, hasta la fecha, ha decidido invertir su tiempo y dinero en visitar un destino concreto.

Mejorar la satisfacción

«Predecir la afluencia de visitantes en un destino turístico gracias a la IA es una herramienta fundamental para adecuar los servicios públicos a la demanda real en cada momento y tiene un impacto directo en la satisfacción de los turistas. Además, conocer a los visitantes es esencial para que las empresas turísticas o las administraciones públicas puedan adecuar su oferta. Saber sus ciudades o países de origen, las noches que pasan en el destino, el medio de transporte por el que llegan y el gasto medio diario (entre otros) proporciona información muy relevante para ofrecer servicios personalizados enfocados a los patrones de comportamiento de los turistas. Un turista que encuentra lo que iba buscando es el mejor embajador posible de cualquier destino», señala a este diario Elena Gil Lizasoain, directora de Inteligencia Artificial y Big Data en Telefónica Tech.

Esto se puede ver muy bien en redes sociales como Facebook e Instagram, en las que, gracias a la gran cantidad de información que maneja Meta de sus usuarios, es posible dirigir la publicidad turística a internautas en función de sus gustos y de su historial de navegación. Precisamente, esta es la razón por la que la empresa dirigida por Mark Zuckerberg consigue miles de millones de dólares en beneficios cada trimestre. Pero, evidentemente, para que la campaña publicitaria tenga éxito la firma turística de turno tiene que hacer su trabajo y tener claro qué es lo que quiere. Y para eso el empleo de IA es capital. Lo contrario sería como matar moscas a cañonazos.

Las herramientas de IA generativa, como ChatGPT, también prometen cambiar el proceso de selección de destinos turísticos por parte del usuario. A día de hoy, cualquiera puede coger el ordenador, o el ‘smartphone’, y pedirle al robot conversacional de OpenAI que le sugiera el usuario. Por ejemplo, imagine que quiere buscar algún destino cálido para las vacaciones de Navidad y dispone de un presupuesto algo ajustado. Solo tiene que pedirle a la máquina que comparta sus sugerencias y las tendrá en la pantalla del ordenador en cuestión de segundos. Lo mismo vale si ya se ha escogido el sitio al que se quiere viajar y simplemente, lo que se quiere, es organizar bien el viaje para sacar el máximo provecho al tiempo.

Las empresas de viajes ya están explotando la tecnología para que los usuarios puedan hacer este tipo de cosas de forma más sencilla. Por ejemplo, la pasada primavera Expedia lanzó, precisamente, una herramienta basada en ChatGPT para que los usuarios puedan preparar sus viajes. Booking hizo lo mismo en junio. Y todo indica que no serán las únicas, ya que otras importantes firmas del sector, como AirBnB, ya tienen decidido adaptar la tecnología a sus plataformas.

«Yo, de todos modos, seguiría recomendando que se usase una guía de viajes para estas cosas», apuntaba hace unos meses a este periódico Inma Martínez-Rubio, asesora del Gobierno de España en materia de IA. Y es que aunque la inteligencia artificial generativa es capaz de hacer cosas sorprendentes, no está libre de fallos. Por lo tanto, lo más recomendable es que el usuario que la emplee para organizar unas vacaciones recurra a otros recursos, como webs de viajes, para no tener problemas de última hora.

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