Carlos Garranzo, el cartagenero que sobrevivió al K2

Carlos Garranzo, el cartagenero que sobrevivió al K2

Transcripción


Episodio 7

Carlos Garranzo, el cartagenero que sobrevivió al K2

PODCAST | ALGUIEN MURIÓ EN LA CIMA

SONIDO VIENTO

JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: ¿Qué tal?, bienvenidas y bienvenidos a nuestras historias

JAES: Estamos en la cordillera del Karakórum, en el sistema de los Himalayas. Esta cadena montañosa contiene cinco de los catorce ochomiles: el Broad Peak, el Nanga Parbat, los dos Gasherbrum más altos… y el K2.

AUDIO DE SERGI MINGOTE: «Hola amigos, ya veis: majestuoso el K2. Aquí ahora a unos 25º bajo cero»

JAES: El K2 es la segunda montaña más alta de la Tierra. Está a 8611 metros de altitud. Pero también está en el podio del alpinismo por otra razón: es una de las dos cumbres más mortales que existen. Hasta el año 2010, una de cada cuatro personas que intentaron escalarlo perdió la vida.

CARLOS GARRANZO: Todos sabemos que hay muchas papeletas de no volver. Pero bueno, digamos que lo sabemos, no se habla, no es algo que estés ahí comentando todos los días en el campo base.

JAES: Es un pico especialmente duro, especialmente difícil e inclemente.

CG: El K2 es una pirámide casi perfecta y por encima de 8000 metros es como si tuviera otra pirámide más perfecta todavía.

JAES: En 2022, Carlos Garranzo, nuestro protagonista, intentó escalarlo.

CG: Me fui incluso antes para estar una semana, semana y media aclimatando en montañas de 5000 metros y 6000 metros por allí, por Pakistán. La ruta normal transcurre por un sitio bastante delicado.

SONIDO AMENAZANTES GRIETAS DE HIELO

JAES: No era su primer ochomil. Conocía el terreno, había estudiado el camino. Tenía presente qué tramos eran más peligrosos.

CG: Se llama el cuello de botella, que tiene un ‘serac’, un bloque de hielo inmenso encima, que de vez en cuando cae. Cuando cae, al que está por ahí lo ha pillado y se lo lleva por delante.

JAES: Carlos iba sobradamente preparado, fundamentalmente por un motivo: era ya la tercera vez que intentaba subir el K2.

CG: La verdad es que me encontraba de lujo. Iba mejor que nunca. Pero tuve la mala suerte de pillar una piedra mal, pisar una piedra… Caí ocho metros, una vertical y me rompí el tobillo.

JAES: Toda la preparación quedó frustrada: Carlos cayó en una zona inaccesible, donde ni siquiera el helicóptero de rescate podía llegar.

CG: Pues me tocó día y medio en mula, encima de una mula para salir del glaciar. Hasta que llegué a la ciudad, me llevaron al hospital, me hicieron radiografías…

JAES: Se había roto el maléolo, parte de los huesos del tobillo. Tuvo que regresar a España para la operación, y ahora está convaleciente.

CG: Y bueno, me rompí el tobillo. Yo estaba muy cabreado, digo: «Me cago en diez, con lo bien que iba ahora, joder…», y me decían: «Eso es que el K2 no quiere que vayas».

JAES: Pero quiera o no quiera el K2 que vaya, Carlos se recupera rápido, y tiene una idea fija en la mente.

CG: Por suerte la cosa ha quedado bien y he recuperado toda la movilidad en el tobillo, perfectamente. Y ahora pues dándole vueltas a la cabeza…

JAES: Sigue «organizando»: Está maquinando volver. Desde lo que pasó la primera vez que lo intentó siempre está pensando en volver.

CG: No, no, yo tengo la espina ahí y no, mi mujer dice que ya está bien de K2, que lo deje, que incluso deje los ochomiles.

JAES: Porque tiene una buena razón para seguir intentándolo.

CG: Hay otra cosa, y es que ahora mismo no tengo un compañero con quien ir porque los que tenía ya no están.

JAES: En el K2 se quedó su maestro y compañero de aventuras. En enero de 2021 intentaban ser los primeros del mundo en escalarlo en invierno. A 55 grados bajo cero.

JAES: No lo consiguieron.

CG: Siempre hay gente que pregunta: «¿Y para qué? Y llegar a la cima, darte esa paliza de días, jugarte la vida para llegar a una cumbre donde no hay nada. Y luego te bajas y ya está?».

JAES: Esa razón, ese «para qué», está esperando a Carlos en la cima de esa montaña, a 7.000 kilómetros de su casa.

CABECERA. FUERA DEL RADAR. EN ESTE EPISODIO: ALGUIEN MURIÓ EN LA CIMA

JAES: Carlos Garranzo fue bombero cerca de 30 años, pero ahora vive su jubilación como uno más en Cartagena, la ciudad que le acogió hace más de tres décadas.

CG: Más cartagenero que madrileño ya.

JAES: Porque sus raíces no están en la costa de la Región de Murcia, sino en el suroeste de la capital de España.

CG: Alto de Extremadura, Barrio de Lucero. La verdad es que yo allí vivía muy bien, era entre lo que puedo decir yo de los madrileños: un privilegiado porque tenía mi trabajo a cinco minutos de casa.

JAES: Sería en Madrid donde daría comienzo su relación con el montañismo.

JAES: Y entre la sierra de Madrid y el k2, sigue contando esta historia María García Clemente.

MARÍA GARCÍA CLEMENTE: Tiene 63 años pero Carlos Garranzo luce un buen aspecto físico y sin apenas secuelas. Lleva toda la vida haciendo deporte en la naturaleza.

CG: Me apunté en un club de montaña, yo ya había salido un poco de excursión, con 14 años, 15 años había salido por ahí.

SONIDO DE MONTAÑISMO «DE SECANO»: CIGARRAS, CALOR, PÁJAROS, PASOS SOBRE ARENA

MGC: Era lo normal en aquella época. Empezar con unos consejos básicos, aprender a orientarse y hacer excursiones por la sierra. En esas primeras expediciones a Carlos le fue picando el gusanillo.

CG: De vez en cuando veía gente que se subía por las paredes escalando por allí y dije: «hostia, esto tengo yo que probarlo en algún momento». Había gente que hacía escalada en roca, pues me apunté también a un cursillo, fui aprendiendo, me gustó, empecé con el tema de la escalada…

MGC: Fue en esa época cuando su vida dio un giro. Él tenía una rutina cómoda en Madrid, no podía quejarse, pero no se sentía feliz. Había algo que no le llenaba.

CG: Tuve varios trabajos y el último que estuve que era llevando la contabilidad de una empresa y tal, pero no, no era lo que yo quería.

MGC: De repente, descubrió su verdadera vocación. Así lo contó en una entrevista en radio.

AUDIO ONDA REGIONAL: «Yo estaba en un grupo de teatro en Madrid, sufrí un accidente eléctrico, me quedé pegado a un cable y entre el público asistente había un bombero que era un vecino y él fue el que me reanimó…»

MGC: Y sin planearlo, igual que se topó con su gran afición, surgió otro futuro laboral.

CG: Hasta ese momento no había pensado en ello y dije: «Bueno, pues voy a ver».

MGC: Con 26 años, cuando buscaba oposiciones para dedicar su vida a ser bombero, salen plazas en Cartagena. Carlos descubrió aquí su hogar ideal. Los viajes a Sierra Nevada, a los Pirineos o a los Alpes siguieron aumentando esa pasión por el montañismo.

CG: Muchas veces no haces cumbre, pero todo el camino que suponen las expediciones, de que te empieces a preparar, el viaje, conocer nueva gente, conocer culturas, todo eso llena mucho y al final hace que en la balanza diga, me merece la pena seguir con esto.

MGC: También empezó a ir bastante más lejos.

SONIDO SELVA

CG: Al final de una expedición que hice a Perú ahí a los Andes y bueno, ya empecé a ver lo que eran las grandes montañas y todo lo que era el ambiente de expedición y me gustaba y vi que la altitud se me daba bien.

MGC: Tal vez fue por estar acostumbrado a tener cerca el riesgo en su trabajo como bombero, pero Carlos nunca sintió vértigo. La sensación de llegar a la cima era inigualable y siempre quiso más.

CG: Como siempre digo esto droga dura, engancha y aunque lo pasas mal y tienes malos momentos es muy muy duro pero bueno, siempre estás maquinando otro proyecto.

MGC: Había pasado de las pequeñas escaladas por España y Europa a proyectos más grandes. Uno de los más ambiciosos llegó en el año 2000. A sus 40 años, se lanzó en Pakistán a escalar el primero de sus ochomiles: el Gasherbrum II.

CG: Técnicamente no es difícil y entonces pensamos que como un primer objetivo hacia un 8000 era una buena elección. Tuvimos mala suerte con la climatología. Estuvimos 40 días allí y nos hizo muy mal tiempo.

MGC: En el alpinismo es tan importante hacer cumbre como recorrer el camino, incluso saber retirarse a tiempo. A veces no todo depende de uno mismo.

CG: Hay que tener la mente muy fría en determinadas situaciones. Cuando están muy cerquita de la cumbre y te tienes que dar la vuelta. Es difícil.

MGC: Pero entre montaña y montaña, también aparecen las culturas que conoces y las personas que van quedándose en tu vida. Aquel viaje le regaló a Carlos uno de sus socios más próximos, Sergi Mingote.

CG: Coincidimos en Campo, bueno, en el trekking, en el campo base, porque él iba con otro amigo suyo y nos conocimos allí.

MGC: Sergi, 11 años más joven que Carlos, alcanzaba en esa época sus primeros logros antes de ser uno de los alpinistas más reconocidos de España. La compañía que se hacían el uno al otro sobre la montaña se amplió también a su vida personal.

CG: Habíamos hecho muy buena amistad, las familias estábamos siempre, íbamos a pasar días allí, a su casa.

MGC: Aunque no siempre hacían expediciones juntos, nunca perdían el contacto.

CG: Sabía que había ido a una determinada montaña, a la cual por dos o tres años después iba yo. Le llamaba para pedirle información…

MGC: Hay un detalle que ilustra esa unión. Ocurrió en 2006, cuando Carlos Garranzo se preparaba para ser el primer ciudadano de la Región de Murcia en subir al pico más alto de la tierra.

CG: Cuando yo fui al Everest. Necesitaba un mono de pluma y como él ya tenía varias, le compré el suyo de segunda mano. Y ese mono con el que él ya había hecho cumbre en el Everest, luego hice yo cumbre en el Everest también.

MGC: Nadie más se unió a aquel viaje pionero. Carlos marchó solo y alcanzó su cima hasta entonces como alpinista.

CG: Allí conocí a otros amigos, a otra gente. Luego hemos seguido teniendo amistad. Tuve suerte y pude llegar a la cumbre.

MGC: Pero hacer cumbre no lo es todo. Es solo la mitad de la misión.

CG: Luego, bajando la cosa se complicó bastante. A mí se me acabó el oxígeno, con lo cual ya el cuerpo empezó a sufrir las consecuencias y a sentirme muy mal.

MGC: En un instante pasó de la euforia al momento más crítico.

CG: Ha sido de las veces en las que he visto que me quedaba allí. Tuve situaciones bastante difíciles pues al final yo salí de allí más por la cabeza que por el físico.

MGC: Más allá del éxtasis al conseguir subir a la cima y los peligros afrontados, hay mucho esfuerzo detrás. No solo el físico, también el económico. Él llevaba seis años esperando y ahorrando para subir el Everest. Aunque a veces ha contado con apoyos puntuales, no es un profesional con patrocinadores.

CG: Hoy en día el Everest de 30 a 40.000€ no lo haces

MGC: Pero pese a todo, los viajes planeados durante años se materializan. En 2019, Sergi y Carlos se preparan para coronar su primer 8.000 juntos: el Lhotse.

CG: Estuvimos también aclimatando por las montañas de alrededor, nos habíamos ido unas semanas antes a Chile, para subir el ‘Ojo del Salado’, que es la segunda cumbre más alta de Sudamérica.

MGC: El Lhotse es la cuarta montaña más alta del mundo. Está ubicada en la cordillera del Himalaya, muy cerca del Everest y la ascensión es parecida. Esta vez todo va rodado. Ya les une algo más que aquel abrigo de plumas.

CG: Hombre, es duro porque al final se hace duro. La subida. Pero bien, fue una expedición que me salió mejor de lo que en principio podía pensar.

LLAMADA DE CARLOS A SU MUJER VICTORIA: «Te llamo desde la cima del Lhotse, estoy con Sergi y con mi sherpa…»

MGC: Desde la cumbre, a 8.500 metros, Carlos coge el teléfono y llama a su mujer.

VICTORIA: – ¿Cómo te encuentras?

CG: – Cansado, hecho mierda.

V: – Vale, pues para abajo cuando puedas. Tira unas fotos y a descansar. ¡Ay, cariño, enhorabuena!

CG: Tengo la suerte de que a mi mujer le encanta esto, le encanta la montaña. Y cuando me voy de expedición me sigue día a día donde estoy, cómo voy. Estamos en contacto telefónico…

MGC: La gran oportunidad de la carrera alpinista de Carlos Garranzo llega en diciembre de 2020. Después de varios viajes suspendidos por la pandemia, le ofrecen una expedición irrechazable, de esas que hacen historia:

CG: Llamaron a Sergi, se lo propusieron. Sergi me llamó a mi, yo le dije que era una locura.

MGC: Sergi le propone a Carlos dejar el suave invierno de Cartagena para iniciar una ruta desde Islamabad, la capital de Pakistán. El objetivo es escalar el K2 en invierno por primera vez en la historia. Así lo resumía el propio Sergi antes de embarcarse en la expedición.

SERGI MINGOTE: «Sé que la situación que nos encontraremos será extrema. Ahora está habiendo en cumbre vientos muchas veces superiores a 90, 110 kilómetros por hora, sensaciones térmicas por debajo de 65, 70 grados… Bueno, una auténtica animalada»

CG: Me convenció que yo tampoco soy muy difícil para convencer en estas cosas y salimos para allá.

MGC: Los dos amigos son conscientes de que, si nadie lo ha hecho antes, es que no es nada fácil.

CG: Se habían subido todas las montañas de más de 8000 metros en invierno, excepto el K2. Era la única que faltaba.

SONIDO MOTOR DE JEEP

CG: Íbamos con ilusiones, íbamos con la idea de que posiblemente no lo íbamos a conseguir porque sabíamos la dificultad que tenía.

JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: Los italianos Lino Lacedelli y Achile Compagnoni fueron los primeros en ascender el K2. Fue en julio de 1954 y desde entonces, nadie había podido hacer cima durante los meses de invierno.

CG: Pero bueno, ahí íbamos.

JAES: Carlos y Sergi se unen a un grupo de otros siete montañistas.

CG: La verdad es que fue una expedición que desde el minuto uno ya no iba bien la cosa.

SONIDO DE VIENTO Y PASOS SOBRE NIEVE

AUDIO DE CG: «Llevamos aquí tres días en campo base. Viento, viento, hoy más viento todavía, ráfagas muy fuertes».

JAES: En la escalada la suerte es determinante y en este ascenso… justamente eso, la suerte, brilla por su ausencia.

CG: Yo empecé a sentirme mal ya en el trekking de aproximación al campo base. Estuve ahí varios días recuperándome.

JAES: Consigue remontar un poco e intenta ponerse al nivel de sus compañeros, pero no logra ponerse a la par.

CG: Y yo como no me encontraba bien no podía seguir su ritmo, tenía que ir siempre descabalado, cuando ellos iban para arriba yo iba para abajo.

JAES: En la víspera de subir al campo tres, antes de iniciar el ataque definitivo, el sufrimiento se le hace insoportable. Los vómitos y los dolores le hacen polvo en medio de unas condiciones extremas de frío y altitud.

AUDIO DE SERGI MINGOTE: «Bueno, estoy aquí con Arnold. que vamos a mirar si encontramos medicinas para Carlos»

CG: Esa noche en el campo base fue fatal, unos dolores horribles en la zona lumbar, yo pensaba que era un cólico nefrítico, y pensé esto no me puede dar por aquí, que me quedo aquí y no salgo.

JAES: Carlos tiene que tomar una decisión. Una pausa y volvemos.

PAUSA

AUDIO DE CG: «Ha sido una noche muy mala. Me acosté con toda la ilusión del mundo porque hoy iba a subir. No me dolía nada, pero a la 1 de la mañana empezó ahí un dolor…»

JAES: Carlos simplemente no puede seguir ascendiendo. No le quedan fuerzas para continuar. El motivo, como sabría después, es una parasitosis intestinal, causada probablemente por algún alimento en mal estado. Carlos tiene que ser evacuado en helicóptero para ser tratado en un hospital de inmediato. Es el primero en abandonar esta expedición extrema. Ya solo quedan ocho.

CG: Es difícil porque ha sido mucho tiempo de preparación, mucho dinero invertido y cuesta decir me doy la vuelta…

SONIDO DE HELICÓPTERO

JAES: Carlos intentó resistir hasta el final, pero, como dice, a veces no queda otra que darse la vuelta. Así que fue trasladado hasta Skardu, la ciudad pakistaní que es la puerta de entrada al Karakórum.

JAES: Sigue contando María García Clemente…

SONIDO HOSPITAL

MARÍA GARCÍA CLEMENTE: En cuanto llega al hospital, los médicos le hacen un reconocimiento a Carlos y le ponen en tratamiento.

CG: Me dieron un puñado de pastillas, me metieron dos o tres inyecciones y al día siguiente estaba sin problema.

MGC: Pero ya no hay opción de reincorporarse. Sus ocho compañeros están a miles de metros sobre el nivel del mar, en algún punto del ascenso al K2. La única salida que tiene es digerir el abandono.

CG: Pensé en hacer un trekking para estar unos cuantos días, esperar a ver si a ellos les daba tiempo a terminar la expedición.

SONIDO TELÉFONO

MGC: Justo cuando empezaba a mentalizarse, suena su teléfono. Es su mujer: le dice que su amigo Sergi ha tenido un accidente grave.

CG: Que no tienen claro lo que ha pasado, parece que se ha roto las piernas… que no saben, que llame yo al campo base y hable.

MGC: Al principio hay mucha confusión sobre lo ocurrido. El campo base tampoco tiene toda la información. Pero al final lo confirman:

CG: Me puse en contacto con el campo base y me dicen que no, que había fallecido.

MGC: Sergi Mingote, su íntimo amigo, de quien más apoyo ha recibido para la escalada, ha muerto en el K2.

CG: Lo que le pasó a Sergi está dentro de lo catalogado de la mala suerte.

MGC: Carlos supo después que Sergi estaba volviendo del campo 3 al campo base, a 5.000 metros de altura, para descansar y esperar una ventana de buen tiempo para atacar la cumbre. En ese momento iba con Juan Pablo Mohr, otro de los escaladores del grupo, pero se quedó atrás para ir sin prisa.

CG: Y yo creo que él aprovechó, que iba tranquilo y que había tiempo de sobra para tomar una serie de planos y grabar.

MGC: Sergi se dedicaba a grabar documentales cuando viajaba y escalaba, pero esa vez la mala fortuna se cruzó en su camino.

CG: Hubo una caída de piedras. Yo me imagino que él al oír el ruido miraría y tuvo la mala suerte de, aún llevando casco, le dio entre los dos ojos una piedra y lo mató en el acto.

MGC: Sergi cayó casi 700 metros por un tobogán de hielo. En el campo base, Carlos no tuvo mucho tiempo para vivir el duelo. En esa situación, tenía que actuar.

CG: Bueno, primero tuve que decirle a la mujer la noticia que no fue nada fácil y luego pues me puse en contacto con ellos para decirles: «Oye, ¿queréis que me lo lleve a España?»

MGC: A Carlos, convaleciente y hecho polvo por la noticia, le tocaba ocuparse de todo.

CG: No quedaba otra. Yo era la persona de confianza. Llevábamos varias expediciones juntos. Quizás ha sido la experiencia más dura que he tenido yo en montaña.

MGC: El proceso es más rápido de lo normal en estos casos. En una semana consiguen volver a España, pero las heridas siguen abiertas. Porque en esa expedición maldita, no solo Sergi pierde la vida.

CG: Unos días después, otro amigo que venía con nosotros, Juan Pablo Mohr, chileno, con el que habíamos estado en Chile pues también en el ataque a cumbre que hizo, pues desapareció.

MGC: Además de Sergi, cuatro alpinistas más mueren en el K2. Atanas Skatov, que sufrió una caída, y John Snorri y Ali Sadpara, que desaparecieron junto al chileno cuando descendían. Sus cuerpos fueron encontrados el verano siguiente. Nadie sabe lo que les pasó.

MGC: Esa expedición que iba a hacer historia, la de intentar ascender los 8.611 metros del K2 en invierno, termina abruptamente con cinco fallecidos en la montaña. Solo Carlos, dos italianos y un rumano sobreviven de su grupo.

CG: Naturalmente es un golpe duro, te hace que te pienses las cosas.

MGC: A pesar de ser un invierno trágico y muy duro, otra expedición de diez alpinistas nepalíes consigue superar el mal tiempo y las dificultades y se lleva la gloria al escalar el K2 en invierno por primera vez.

MGC: Un alpinista siempre vive con la certeza de que bordea el riesgo, de que es como un funambulista sobre el cable.

CG: Lo tienes ahí interior, pero piensas que nunca te va a pasar. Le pasará a otro, pero no a ti.

MGC: Pero ni el dolor físico, las pérdidas, o el sufrimiento sobre la montaña son un impedimento.

CG: No, dejarlo no. Son sensaciones muy fuertes y que enganchan bastante, entonces bueno, la adrenalina está ahí…

MGC: Así lo definía Sergi antes de iniciar su viaje de no retorno hacia el K2.

AUDIO DE SERGI MINGOTE: «Estos retos son los que muchas veces también le dan sentido a la vida».

MGC: Con esa filosofía, Carlos intenta mantener vivo el legado de Sergi Mingote, que puso en marcha una fundación para ayudar a los habitantes del Karakorum, una zona muy pobre.

CG: Entonces pensamos que una de las maneras podría ser, a parte de ayudar cada X tiempo mandando ropa y tal, pues hacer una especie de albergue, de refugio, donde la gente que vaya para allá pueda hospedarse.

MGC: Una forma de potenciar la zona y darle a su población un trabajo y perspectivas de futuro. También apoya la escuela local.

CG: Todos los años tienen problemas en abrirla porque necesitan un presupuesto mínimo para pagar profesorado, los uniformes de los niños, los libros. Hemos logrado que durante unos años eso tenga fondo suficiente para seguir funcionando.

JOSÉ ÁNGEL ESTEBAN: Carlos sigue muy unido a los pueblos y las montañas del Karakórum. En 2021, el verano siguiente a la tragedia, volvió para rendir un homenaje a sus amigos en el Memorial de los fallecidos en el K2.

CG: Nos juntamos varios de los que estuvimos en invierno para colocar las placas de Sergi, la de Alí Sadpara, la de Atanás, la de Juan Pablo Mohr, todos en el mismo día, para que fueran como más emotivo.

JAES: También quería intentar subir el K2 por segunda vez.

CG: Lo que pasa es que yendo camino del Campo dos no me encontré, no físicamente… quizá era que mentalmente todavía no estaba yo muy por la labor y en un momento dado me di la vuelta.

JAES: Y al año siguiente lo intentó una vez más, sufriendo la caída que le tiene convaleciente. Ya está prácticamente recuperado, pero el K2 se ha convertido en su espina clavada. Un ascenso incompleto que le corroe por dentro. Aun así, su espíritu sigue intacto.

CG: Yo tengo claro que esto es lo que me gusta y no se me da mal y mientras que la salud aguante y me lo permita, pues intentaré seguir con esto.

JAES: Pero ahora falta Sergi. Hay proyectos, planes de futuro, pero ningún camino claro. Carlos siempre se apaña para conocer a nueva gente en las expediciones, pero no es lo mismo.

CG: Hombre siempre mola más ir con algún amigo, un buen amigo con el que hacer cumbre y compartir experiencias, ¿no?. Pero bueno, no lo sé. Ya veremos. Si no sale algo antes, seguramente en primavera me vaya para Nepal.

JAES: Su carrera como alpinista todavía no ha llegado a su fin. Pero aún no sabe hacia qué montaña le llevará la siguiente ruta. Su corazón y su mente siguen a medio camino de la cima del K2. Este pico es tan remoto que se quedó sin nombre, apenas con esa denominación topográfica, como decía el escalador italiano Fosco Maraini: «K2: el esqueleto de un nombre, todo roca, hielo, tormenta y abismo.»

JAES: Gracias a Carlos Garranzo, por contarnos su historia, y gracias a María García Clemente por narrarla, Antonio Gil por la redacción y a Iván Rosique por la producción. Esta ha sido una más de las historias de Fuera del Radar. Soy José Ángel Esteban, gracias por escuchar.

JAES: Fuera del Radar es un podcast narrativo producido por los periodistas de las cabeceras regionales del grupo Vocento. La coordinación general es de Andrea Morán Ferrés. Carlos G. Fernandez y Luis Gómez Cerezo han hecho la edición, la producción técnica es de Iñigo Martin Ciordia, el diseño sonoro y la mezcla es de Rodrigo Ortiz de Zárate y la dirección y producción ejecutiva de José Ángel Esteban.

Enlace de origen : Carlos Garranzo, el cartagenero que sobrevivió al K2