Jueves, 30 de noviembre 2023, 00:53
Teniendo en cuenta que las previsiones de población para 2050 son de unos 10.000 millones de habitantes en el mundo, urge buscar soluciones e iniciativas para el abastecimiento alimentario sostenible. La acuicultura, que ya representa a nivel mundial el 54% de los productos pesqueros que consumimos, juega un papel clave. El sector está en un momento crucial tanto a nivel europeo como local debido a la fuerte conciencia que hay sobre la necesidad de producir y controlar nuestros propios alimentos, mientras se garantiza la sostenibilidad y seguridad alimentaria. Para ello es preciso poner en contacto a los diferentes agentes que confoman el tejido acuícola, como se realizó este miércoles en el encuentro organizado por LA VERDAD y patrocinado por Apromar.
Allí acudieron seis expertos de los sectores público y privado que pusieron sobre la mesa la situación actual de la acuicultura desde sus diferentes parcelas de estudio. Asimismo trataron de valorar las perspectivas de mejora y los desafíos a los que se enfrenta un sector en constante evolución y cambio, que se ha visto alterado por avances tecnológicos encaminados a incrementar la producción en cantidad y calidad, con el objetivo de proveer de alimentos a todos los habitantes presentes y futuros.
En la actualidad, el consumo de productos acuícolas en España está en 21,3 kilos por persona, pero el dato ha disminuido un 20% en los últimos años. A pesar de ello, el país es uno de los primeros consumidores mundiales, pero para seguir avanzando tiene que salvar algunas dificultades como la dependencia exterior que tenemos para la provisión de alimentos en la acuicultura. Para Aurelio Cegarra, representante de la FARM y Apromar, es uno de los principales problemas: «Para equilibrar el índice de importación es necesaria una política común pesquera que garantice unos mismos parámetros para todas las comunidades para que todos trabajemos con las mismas reglas de juego».
El objetivo es que España sea soberana y pueda autoabastecerse, algo que se complica debido a las «disfunciones entre lo que marca la Unión Europea y lo que llega a los organismos que gestionan los proyectos». El experto ejemplificó este problema a la hora de adquirir gobernanza con el importe del IVA, que «no es favorable porque lo primero que dice el consumidor es que el pescado está muy caro». «Nuestra petición a la Administración General del Estado es que se rebaje ese IVA del 10% a un 4%, porque así estás favoreciendo que se consuma pescado y garantizas que ese aporte proteico que llega al consumidor te va a redundar en la factura sanitaria a largo plazo», afirma Cegarra.
Se trata de darle un empujón a la industria acuícola para conseguir ese crecimiento, porque en la actualidad «estamos estancados frente a países asiáticos», asegura Emilio Mª Dolores, jefe del Servicio de Pesca y Acuicultura de la Comunidad. Para él, el problema son las dificultades administrativas a la hora de montar una instalación en dominio público. «Intervienen muchos organismos y los trámites son muy lentos, lo que hace que puedan pasar hasta cinco años desde que se tiene una idea hasta que se puede vender el primer pescado». La principal necesidad del sector para crecer es contar con espacios, para lo que se ha abierto una nueva línea: la acuicultura ‘offshore’, «instalaciones semisumergibles que interfieren menos con otros actores de la costa».
Tecnología e investigación
Como en todas las áreas, la tecnología y la investigación han supuesto un desarrollo en acuicultura en cuanto a la manera de proceder. Antonio Morales, responsable de planta producta de una empresa acuícola española, ha notado el cambio en el sistema de alimentación y los materiales utilizados: «Una instalación de ahora no tiene nada que ver con una de hace diez años. Si tuviéramos los medios de antes, los temporales de ahora no los soportaríamos». Su principal reto es que los peces tengan la mejor vida posible mientras están bajo su custodia, «porque un pescado sano es calidad segura».
Ese bienestar animal, que preocupa a todo el sector pesquero en su búsqueda de productos seguros y saludables, requiere de investigación en asuntos como la adaptación al cambio climático. Según la catedrática de la UMU y bióloga marina María Ángeles Esteban, «están cambiando los patrones de las enfermedades y van a aparecer nuevas patologías, por lo que se deben realizar esfuerzos en bienestar». En este sentido considera que se debe trabajar en prevención, tratando de anticiparse a los efectos y perseguir la sostenibilidad, «que es lo que la sociedad está demandando».
Emilio Mª Dolores. Jefe del Servicio de Pesca y Acuicultura de la Comunidad Autónoma
«La Región tuvo 20.000 toneladas de producción en 2022»
En nombre de las instituciones de la Región de Murcia, Emilio Dolores destacó las actuaciones e iniciativas que está llevando a cabo el gobierno regional en busca del desarrollo de la acuicultura, para seguir incrementando las «20.000 toneladas de producción que la Comunidad tuvo durante 2022». Una de las más destacadas es la construcción de siete naves en la zona de San Pedro del Pinatar, creadas como «área de trabajo de abastecimiento logístico», así como inversiones en todas las instalaciones de acuicultura a petición de los empresarios dentro del marco que establece el Fondo Europeo y nuevos polígonos acuícolas en Puntas de Calnegre. Además, han diseñado un programa operativo del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca, «que nos va a permitir más actuaciones a partir del 1 de enero».
Aurelio Cegarra. Representante de las Empresas de Acuicultura (Farm) y de la Asociación Empresarial de Acuicultura Española (Apromar)
«Dos de cada tres lubinas que comemos son de fuera del país»
«La acuicultura es clave para proveer a la población de un alimento con garantías, seguridad alimentaria y sostenibilidad», aseguró Aurelio Cegarra, quien alabó la posición del sector de la Región de Murcia, que en los últimos 30 años se ha demostrado maduro y resiliente: «Hemos sabido hacer frente a la problemática del cambio climático con temporales que jamás hemos visto, se ha conseguido sobrepasar una pandemia». El objetivo de su asociación es doble: dotar a la acuicultura de nuevas herramientas para garantizar el crecimiento de la producción y hacer que la demanda de productos aumente, porque «a día de hoy seguimos siendo muy deficitarios a nivel nacional, tanto que dos de cada tres lubinas que comemos en España vienen de fuera del país».
Manuel Nicolás. Representante de las Empresas de Acuicultura (Farm) y de la Asociación Empresarial de Acuicultura Española (Apromar)
«Queremos que el consumidor conozca y valore el sector»
A pesar de que todo el mundo conoce la agricultura y ganadería en tierra, la acuicultura es una actividad desconocida para el público general. Es por eso que las empresas se integran en Apromar, según detalla Manuel Nicolás, y realizan actividades de comunicación para que el consumidor conozca y valore el sector. «No basta con hacer las cosas, hay que comunicarlas», considera, enumerando las actuaciones que llevan a cabo, como la generación de contenido digital por parte de un comité de expertos, colaboración con medios de comunicación, presencia en redes sociales o encuentros con autoridades. La meta es «llegar al consumidor, pero también a las ONG y las instituciones», para lo que se sirven de una comunicación transparente, humana y clara, sin llegar a ser demasiado complicada».
Antonio Morales. Responsable de planta productiva de empresa acuícola
«Los peces nunca están solos, se trabaja con ellos los 365 días»
Todos los días del año, lo primero que se hace en las instalaciones de una empresa acuícola es «ver cómo están los peces, comprobar que todo está bien y alimentarlos», explica Antonio Morales. En sus granjas nunca están solos, porque siempre hay alguien controlando y vigilando, para detectar cuando algo falle: «El comportamiento de los peces te indica mucho y también hay que prestar atención a las circunstancias ambientales». Su experiencia en el sector le ha enseñado que los detalles son importantes, porque «trabajo con unas especies que no tienen un comportamiento predecible». «Cada día aprendes cosas nuevas, porque lo que vemos hoy no tienen nada que ver con lo que había cuando empecé y seguramente tampoco con la situación de dentro de 20 años». Además, a esa dificultad se suma la diversidad de especies, pues cada una es totalmente independiente y «la experiencia de una no te vale para otra».
María Ángeles Esteban. Catedrática de la UMU e investigadora en el Dpto. de Biología Celular e Histología
«Trabajamos en técnicas para evaluar el sistema inmunitario de los peces»
En los 70 grupos de investigación presentes en la UMUse abordan numerosos ámbitos alrededor de la acuicultura, como la reproducción cuando se quiere introducir una especie nueva, la nutrición, la inmunidad y bienestar de los peces o el ambiente, prestando atención a las corrientes y contaminación provocadas por el cambio climático. En todos estos bloques se hace especialmente patente la digitalización y la biotecnología, como sucede en el grupo de María Ángeles Esteban, centrado en la inmunobiología de la acuicultura. Su eje de acción se basa en poner en marcha nuevas técnicas «para saber cómo está el sistema inmunitario de los peces», explica la catedrática, que considera que «podemos obtener información a nivel controlado que sería muy complicada de conseguir en las granjas». Así son capaces de desarrollar vacunas y micropartículas para cuidar las especies marinas.
Inma Torres. Gerente del Grupo de Acción Local de Pesca de la Región de Murcia (Galpemur)
«Somos una gran familia que gestiona los fondos europeos»
Inma Torres quiso remarcar el papel de Galpemur y su colaboración con otros agentes del sector, ya que ellos son «una herramienta configurada desde la Unión Europea para la gestión de una parte del fondo». La asociación, que nace impulsada por la administración regional siguiendo la metodología de los grupos de desarrollo rural, cuenta con 33 socios y un ámbito de actuación que corresponde con todo el litoral de la Región de Murcia. En el grupo colaboran ayuntamientos, cofradías, asociaciones y otras entidades públicas y privadas, lo que la transforma en «una gran familia que trabaja para la gestión de los fondos». Así, su trabajo diario desde su nacimiento en 2017 pasa por «implantar políticas de desarrollo y diversificación del sector pesquero y acuícola» en apoyo a líneas diferentes, así como llevar a cabo proyectos en materia de difusión y divulgación.
En estrecha relación se encuentra el cuidado ambiental, pues otro de los retos de la acuicultura es cuidar la huella de carbono que emite. «Es hasta diez veces inferior que en ganadería terrestre, pero seguirmos avanzando para reducirla todavía más», asegura Manuel Nicolás, representante de FARM y Apromar. «Nuestra solución es mejorar la eficiencia de nuestros motores y tener claro que si el día no está bueno no se sale al mar». Para ello resultan útiles recursos como las boyas oceanográficas que el Grupo Fuentes, al que pertenece Aurelio Cegarra, aporta a sus instalaciones: «Nos permiten monitorizar en tiempo real el entorno de la granja y si un día se detecta un problema determinado, no salimos al mar y evitamos el consumo de combustible de las embarcaciones, disminuyendo la huella de carbono».
En busca de la vocación
A los desafíos mencionados se suman otros más personales, como la falta de relevo generacional. Inma Torres, gerente de Galpemur, lo ha encontrado en su asociación: «Tanto el sector pesquero como el acuícola necesitan mano de obra. No tenemos patrones, los marineros también escasean y necesitamos trabajar en esa formación». Se trata de despertar la vocación juvenil para que apuesten por trabajar en el mar y se convierta en una salida laboral más. Para ello entra en juego el papel de la comunicación y la divulgación, que Torres trabaja mucho acercando el sector a todos los colectivos, por ejemplos las pescaderías: «Es el eslabón entre productor y consumidor y se puede convertir en asesor de nuestros productos de proximidad».
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Enlace de origen : Los desafíos de la acuicultura para un futuro sostenible
