Música y pólvora como colofón a las fiestas de La Purísima en Torrevieja

Con los tradicionales cantos de la salve marinera y el himno de la Inmaculada, que hacen aflorar las emociones de todo sentido torrevejense, se dio ayer por finalizado el grueso de las fiestas patronales de Torrevieja. La masiva procesión en torno a la venerada imagen de La Purísima puso el colofón a los festejos en una noche que discurrió tranquila, aunque especialmente ventosa.

El día grande comenzó pronto, como es costumbre, sobre las siete de la mañana, cuando centenares de personas se concentraron en la plaza de la Constitución para participar en la tradicional diana, que se celebra incluida en la programación de la Concejalía de Fiestas a pesar de los años que hace que desapareció la peña Diana, impulsora de esta costumbre. La banda de Los Salerosos fue la que puso la nota festiva de este desfile por las calles del centro, atacando pasodobles y sobre todo piezas populares que hicieron cantar y bailar a los asistentes. El recorrido, salpicado por el disparo de los madrugadores cohetes, tuvo un momento especial a las puertas de la sede del Grupo de Amigos Ex-adictos (Gaex), que desde siempre se ha volcado en la celebración de las fiestas patronales. Desde el principio a la comitiva festiva se unió la comparsa de cabezudos al completo, que realizó de esta forma el último de los recorridos de este año.

La combinación entre la charamita, la banda de Los Salerosos y la gente con ganas de pasarlo bien, a pesar de lo temprano de la hora, dio un gran resultado y puede decirse que esta actividad que pasó por algunos años de gran declive, prácticamente se ha recuperado.

La mayor parte de la jornada estuvo marcada por el acento religioso del día y por eso el templo arciprestal y sus alrededores fueron un ir y venir de personas, muchas de ellas desplazadas expresamente para la ocasión. Uno de los oficios principales fue el de las doce de la mañana, presidido por el párroco y deán de la Catedral de Orihuela, José Antonio Gea, al que este año, tras su traslado le ha tocado imbuirse de la fiesta y ha vivido de primera mano desde la ofrenda de flores o la bendición del nuevo belén municipal. La música corrió cargo de la coral Francisco Vallejos.

Con el obispo al frente

Ya por la tarde, la celebración religiosa previa a la procesión fue oficiada por primera vez por el obispo José Ignacio Munilla, y la misa fue cantada por coral Ricardo Lafuente, bajo la batuta de Aurelio Martínez.

A continuación, el cortejo, arropado por miles de fieles, se echó a la calle después para acompañar a la imagen de La Purísima. La talla fue ornamentada con hasta 2.000 orquídeas traídas expresamente desde Holanda, y lucía su nueva cruz pectoral hecha a partir de las ofrendas en forma de joyas de sus devotos.

Emotivo, como siempre, fue el momento en el que la Virgen fue recibida a las puertas de la biblioteca municipal y la coral José Hódar le brindó la habanera ‘A mi añoranza’. El momento cúlmen, sin embargo, llegó cuando la imagen fue girada cara al mar por los costaleros, bendiciendo las aguas en las que reside gran parte de la historia de Torrevieja. Entonces la pólvora impregnó el ambiente con gran castillo de fuegos artificiales que dibujaron el cielo de la bahía salinera en un estallido de colores. Perfecto remate para el regreso de la Patrona de la sal a su templo, donde permanecerá hasta la Semana Santa.

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