El City de Guardiola vive una pesadilla

El City de Guardiola vive una pesadilla

El Manchester City vive una auténtica pesadilla. El equipo que dirige Pep Guardiola ha dejado de ser una máquina perfectamente engrasada y se ha convertido en muy poco tiempo en un conjunto vulnerable, incapaz de generar ocasiones de gol y que acumula pinchazos en la Premier League, uno detrás de otro. Hasta cuatro partidos consecutivos lleva sin ganar un grupo de futbolistas mermado por las bajas que ha pasado de ser líder a ocupar la cuarta posición y ver cómo abren brecha en la clasificación rivales directos en la pelea por el título, como el Arsenal o el Liverpool. Son las horas más bajas del campeón del triplete, un equipo poco acostumbrado a este tipo de crisis.

«Fueron mejores que nosotros y no conseguimos crearles peligro. Es mi trabajo encontrar la manera de darle la vuelta a esta situación. Durante todos estos años siempre encontramos la manera de ganar partidos, pero ahora estamos sufriendo», reconoció Guardiola tras la derrota de los suyos en Birmingham frente al Aston Villa. El técnico catalán puso palabras a una realidad tozuda que se reflejó sobre el césped de Villa Park. Su equipo fue incapaz de sobreponerse a un encuentro en el que en ningún momento tuvo el control del choque. El equipo de Unai Emery fue tan superior que generó hasta 22 ocasiones contra la portería de Ederson, mientras que los ‘citizens’ apenas efectuaron dos remates, ninguno de ellos entre palos. Nunca un equipo de Guardiola había recibido tantos disparos.

Fue el día más gris de un campeón de Europa que ha perdido punch en el último mes y lo ha hecho, nada más y nada menos, que ante rivales de gran entidad, de los que por presupuesto y tradición deberían estar en la pelea por el título. Empató tres partidos seguidos ante Chelsea (4-4), Liverpool (1-1) y Tottenham (3-3) en tres encuentros en los que a menudo los de Guardiola se subieron a una montaña rusa que pudo caer para cualquiera de los dos lados, una rara avis para un equipo caracterizado por tener el dominio de los partidos y condicionar a un rival a menudo atosigado por las interminables posesiones de balón. En esos duelos ya se pudo ver un equipo vulnerable, con dificultades para defender en transición y con un fondo de armario menos poblado de lo habitual. Guardiola mira al banquillo y, ahora, ya no hay soluciones para intervenir en los partidos. Kovacic, Rico Lewis y compañía todavía no son los cracks que antes poblaban la medular del equipo.

Es así porque el Manchester City ha perdido a los jugadores que le hacían tener el ADN de Pep Guardiola. El extécnico de Barça y Bayern contaba el curso pasado con una medular compuesta por Gündogan, De Bruyne, Rodri y, a menudo, Bernardo Silva, que se sumaba desde el perfil diestro para generar superioridades. En esa parcela ahora se han ido cayendo piezas. El primero se marchó al Barça, el segundo sigue arrastrando problemas físicos desde el principio de la temporada y sobre el tercero hay una dependencia cada vez más preocupante.

El City gana con Rodri el 73,3% de los partidos y, sin él, el 53%. Recibe más ocasiones de gol cuando él no está, genera menos y ha hecho que hasta Guardiola trate su ausencia como un tema capital. «Es fantástico, el mejor de Europa, pero tenemos que aprender a ganar sin él», reconoció el martes tras la última ausencia del ’16’. El City atraviesa su peor bache, pero que volverá, tal y como asegura Guardiola. «Vamos a ganar la Premier», asegura el de Sampedor.

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