Protegen de enfermedades y aportan nutrientes: son las ‘microverduras’ que deberías agregar a tu plato

Protegen de enfermedades y aportan nutrientes: son las ‘microverduras’ que deberías agregar a tu plato

Los médicos y especialistas en nutrición son como Cassandra, la princesa de Troya que predecía el futuro siempre con acierto pero a la que nadie creía. Llevan años insistiendo en que adoptemos hábitos saludables para mejorar nuestra salud. Entre esos hábitos está una alimentación sana, indispensable para mantenernos en nuestro peso y evitar -en lo posible- un sinfín de enfermedades, desde el cáncer al alzhéimer. Pero no hay manera. Y las consecuencias están ahí.

La epidemia de obesidad es una realidad. En 2035, 4.000 millones de personas, la mitad de la población mundial, podrían sufrir obesidad o sobrepeso. Entre los más pequeños la situación es igualmente preocupante. Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), el número de niños y adolescentes que viven con obesidad ha aumentado más de 10 veces, de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016. Y desde ese año hasta la actualidad la situación no ha mejorado.

Uno de esos mensajes que tanto repiten los expertos es tomar cinco raciones de fruta y verdura al día. Son unos 400 gramos. ¿Mucho? No si pensamos que una ración de fruta es media manzana, una mandarina o una pera. Si hablamos de verduras, bastarían cuatro espárragos o media zanahoria para llegar a la ración. Aun así, no lo hacemos. Una forma de ayudarnos a conseguirlo son las microverduras. Confinadas hace un tiempo a tiendas especializadas o comercios online, están cada vez más presentes en los supermercados.

La investigadora de la facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco Laura Arellano explica qué son, sus propiedades y sus numerosas ventajas. Las semillas más utilizadas son las de albahaca, amaranto, brócoli, col, cilantro, colinabo, espinaca, guisantes, mostaza, pak choi, perejil, rábano, remolacha, rúcula, semillas de girasol, shisho (perilla), trébol rojo y trigo sarraceno.

¿Qué son?

Como su propio nombre indica, son verduras de pequeño tamaño. «Miden entre 3 y 10 centímetros y únicamente presentan una porción de tallo, los cotiledones (hojas embrionarias) y las primeras hojas verdaderas de la planta», cuenta la experta. Se obtienen de las hortalizas y los cereales y su recolección se realiza entre los días 7 y 21 tras la germinación de la semilla.

¿Qué aportan a nuestra salud?

Llega aquí la parte más importante. Estas pequeñas plantas son muy ricas en micronutrientes tan fundamentales como el hierro, el zinc, el potasio, el calcio, el manganeso y el selenio. Además tienen fitoquímicos -compuestos químicos producidos por las plantas- como el ácido ascórbico, las filoquinonas, carotenoides, antocianinas y glucosinolatos. Todas estas sustancias se encuentran también en las plantas que comemos habitualmente, pero en las microverduras están presentes en mayor cantidad. «Por ejemplo, la lombarda en versión ‘micro’ presenta 260 veces más betacaroteno y 6 veces más ácido ascórbico que la planta madura por 100 gramos de alimento», destaca la especialista de la UPV/EHU.

No son estos sus únicas propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Destacan también por su elevado contenido en antioxidantes fenólicos. Según Arellano, «estos metabolitos secundarios se han relacionado con una mejora de la actividad metabólica -normalmente alterada en casos de malnutrición-, ya que previenen el desencadenamiento de reacciones de oxidación a partir de radicales libres y reducen la inflamación». El campeón en esta competición sería el brócoli. Muchas veces vilipendiado por su sabor -todo depende de cómo se cocine-, resulta que que multiplica por diez la cantidad de antioxidantes fenólicos presentes en otras verduras.

Contra enfermedades

Estos pequeños vegetales no solo ayudan a mantener un buen estado de salud, sino que una vez enfermos, son un impulso para nuestros cuerpos. Varios estudios con algunas de sus variedades han mostrado que tienen efectos beneficiosos en personas obesas, con problemas cardiovasculares o diabetes.

Aliadas del medio ambiente

Por si todo esto no fuera suficiente, su valor es igualmente elevado si tenemos en cuenta el aspecto medioambiental. No es una cuestión secundaria dado el estado en el que se encuentra el planeta. Su cultivo requiere un periodo de crecimiento muy corto y un menor mantenimiento. Esto hace que necesiten menos agua -entre 158 y 236 veces menos, en el caso del ya elogiado brócoli-, no necesitan ni fertilizantes, ni pesticidas ni grandes medios de transporte para su distribución. Además, se pueden cultivar en muchos lugares porque tantos sus necesidades de iluminación como de sus sustratos son flexibles.

¿Y su sabor?

Queda un último aspecto. Dado que es una evidencia que nos cuesta cumplir con los consejos médicos, no está de más que el sabor de las microverduras sea atractivo, que nos facilite la tarea. Es así, según la investigadora. «Son pequeñas delicias que aportan un gran sabor y una textura interesante, además de aromas y colores exóticos». Suelen emplearse para dar alegría a las ensaladas o en sofritos.

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