Retrato del escritor frente a su espejo

Retrato del escritor frente a su espejo

Curtido entre futbolistas del Real Madrid, peleadores de Ultimate Fighting, grafiteros de trenes y modelos con piel de tatuaje, el fotógrafo Jeosm comenzó a retratar a escritores y otros cronistas por cuestiones del azar. Su amistad con Arturo Pérez-Reverte, al que conoció cuando investigaba para su novela ‘El francotirador paciente’, le llevó hasta los autores de libros cuando el best-seller creó el portal cultural ‘Zenda’. Comenzó entonces una labor de rebuscar la personalidad de los intelectuales a través de su lente, para hallar sus semblantes más íntimos, y logró que miraran a cámara como si jugaran frente al espejo.

En casi una década, su archivo ha crecido con figuras de renombre o escritores de mala racha. Almudena Grandes, Enrique Vilas-Matas, Javier Marías, Fernando Aramburu, Carmen Posadas o María José Solano, por decir algunos nombres de todas las estirpes e ideologías. Ahora selecciona 120 de esas fotografías para el libro ‘No soy uno de los vuestros’ (editorial Círculo de Tiza). «Me guie por un criterio fotográfico, en el que mostrara diferentes encuadres y tipos de fotografía», explica Jeosm, que ha publicado siete libros anteriores. «Si el retratado es famoso o importante, no es relevante. La persona que hoy es muy famosa mañana puede dejar de serlo o al revés, no me gusta que su estatus condicione mi trabajo. Me gusta ir limpio de prejuicios al realizar las sesiones».

Más allá del momento de las entrevistas, logra que posen en sus rincones de casa, en los almacenes de sus traducciones, delante de sus bibliotecas o con sus mascotas. «Me gusta ver el vínculo que crean juntos y esa relación con sus animales cuenta mucho de cómo son como personas, en alguna foto son incluso más protagonistas que el propio retratado, de manera espontánea». En este compendio de escritores de novelas, ensayos, crónicas y poesía de la España actual, «no están todos los que son, porque he retratado a muchas personas que no ha sido posible incluir en el libro por la limitación del soporte», sostiene Jeosm, que se define como «trabajador, constante, leal y fiel a mis principios».


Ana iris Simón, Juan Gómez Jurado y Espido Freire, retratados en el libro ‘No soy uno de los vuestros’.


Jeosm

Imagen principal - Ana iris Simón, Juan Gómez Jurado y Espido Freire, retratados en el libro 'No soy uno de los vuestros'.

Imagen secundaria 1 - Ana iris Simón, Juan Gómez Jurado y Espido Freire, retratados en el libro 'No soy uno de los vuestros'.

Imagen secundaria 2 - Ana iris Simón, Juan Gómez Jurado y Espido Freire, retratados en el libro 'No soy uno de los vuestros'.

Este «tío de un barrio del sur de Madrid que hace fotos» no cree en el «posado promocional» y trata de establecer un vínculo con su personaje, «de afecto, amistad o respeto, para que colaboren autores y autoras de estilos, miradas, ideas y generaciones muy diferentes», asegura el fotógrafo, que también trabaja para marcas como Adidas, Universal o Netflix. «Pienso más en la persona que tengo delante que en mí. Necesito que se sienta cómoda, esté tranquila y generemos ese momento de confianza mutua para que la foto sea especial y sincera».

Sin arredrarlo, frente a él estuvieron personalidades como Mario Vargas Llosa, en un primer plano sin temor al rastro de la edad; Luis Alberto de Cuenca, en su piso-biblioteca del centro de Madrid; Juan Luis Arsuaga y Juan José Millás, compartiendo cama; Espido Freire con su gato negro casi sobre su cabeza; Javier Cercas con reluciente chaqueta de cuero negro; Luna Miguel contra una farola; o Andrés Calamaro con una AK-47 de juguete.

Lucidez y dureza

La edición empieza con una fotografía del propio Jeosm, protagonista implícito de la obra, del que se reúnen comentarios de sus fotografiados. «Duro», «lúcido», «generoso», que «busca la verdad», dicen de él plumas reconocidas. La edición se sostiene, sin embargo, en el diálogo de la imagen y el texto. Cada retrato está acompañado de un perfil breve del retratado, como un poema que Luis García Montero dedica a Almudena Grandes. «Un texto siempre es un gran complemento para acompañar una fotografía», explica. «En este caso más, porque sus autores conocen al retratado, aportan anécdotas, su firma y estilo. Se crea una simbiosis muy bonita en cada página, una radiografía para conocer más a esa persona que leemos, hemos leído o quizás leamos y forma parte de la cultura literaria».

Como método, el fotógrafo inicia su acercamiento antes de la sesión. «En muchísimas ocasiones no conozco a la persona que tengo que retratar y trato de ver en internet cómo es físicamente, qué tipo de fotos le han hecho, qué poses, cómo mira a la cámara. Esto me ayuda para conocer más su lenguaje corporal y así poder afrontar el retrato y generar ese clima de confianza necesario para poder hacer un buen trabajo».

En blanco y negro de marcados contrastes, trata de encontrar los cauces en la piel de sus personajes o representar a través de lo que le rodea. «Me gusta jugar con el espacio, si aporta a la foto o cuenta algo más sobre la persona. Pero, siempre que puedo, prefiero acercarme». En su línea de ediciones temáticas –breakdance, grafiti, lucha–, Jeosm hace ahora un balance por los rostros y ambientes de los escritores de esta época.

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