El Getafe acaba con la racha del Metropolitano y desluce el récord de Griezmann

Y es que los dos tantos del galo y el gol de Morata permitían aventurar la victoria atlética con el duelo en su ocaso, pero el Getafe, siempre rocoso e incómodo para cualquier rival, siempre competitivo, igualó en el descuento. Le ayudaron la superioridad numérica durante gran parte del partido por la doble amarilla a Savic en la primera parte y la pólvora de Borja Mayoral, que compite de tú a tú con los mejores realizadores del campeonato.

Ese emocionante epílogo impidió al Atlético la reacción tras el naufragio de San Mamés. Simeone no quería prolongar el bache y remodeló su equipo con Llorente y Savic en lugar de los señalados Nahuel Molina y Soyuncu, la entrada de Riquelme como carrilero izquierdo, con Lino ejerciendo de interior, y la apuesta por Memphis como referencia ofensiva en sustitución de Morata. Con sangre fresca y al amparo del Metropolitano, donde solo acumulaba triunfos esta temporada, el Atlético se puso manos a la obra en el afán de superar la asfixiante presión del Getafe.

Sus mejores armas para tratar de desarbolar el complejo entramado planteado por Bordalás fueron la profundidad por las bandas y un activo Riquelme, que de hecho inició las hostilidades con un disparo al larguero. Enfrente mucho juego aéreo azulón, una de las mejores virtudes de un equipo poderoso por arriba.

Transcurría el duelo en medio de la disputa táctica, cocido a fuego lento, cuando Griezmann encontró a Memphis en el área. El neerlandés, que no obstante estaba en fuera de juego, se giró con rapidez y armó el disparo, detenido por David Soria. Faltaba algo más de chispa y llegó de la peor manera, con la expulsión de Savic por doble amarilla, la primera rigurosa y la segunda de justicia por un codazo temerario del montenegrino.

El Cholo intentó solucionar el problema prescindiendo del delantero específico, Memphis, para dar entrada a Azpilicueta, y aunque por momentos el Getafe se vino arriba, entre Riquelme y el de casi siempre, Griezmann, enderezaron la situación. El canterano puso un gran pase desde el flanco derecho y el francés se puso a un solo gol de Aragonés con la rojiblanca para enfilar el camino de los vestuarios en ventaja.

Pese al alivio atlético con el gol, la reanudación confirmó que sostener el 1-0 iba a costar sangre, sudor y lágrimas al conjunto colchonero. Un cabezazo desviado de Latasa con todo a favor sirvió de aviso y otro testarazo de Borja Mayoral, éste más preciso, supuso la igualada y el jarro de agua fría para los valientes que desafiaron las bajas temperaturas de la noche madrileña en las gradas del Metropolitano. Otra vez con equilibrio en el marcador y aupado por la superioridad numérica, el Getafe cercó al área local de la mano de un Greenwood estelar, a la altura del jugador que tanto prometía en sus inicios en el Manchester United, antes de perderse en el camino por cuestiones extradeportivas.

Traca final

Estaba sufriendo el Atlético, pero Marcos Llorente tiró de pulmones en banda derecha y puso un buen centro, que el recién entrado en el terreno de juego Morata no desperdició de cabeza. Providencial irrupción del punta madrileño para desatascar un duelo complicado, que se puso muy a favor del conjunto rojiblanco con una acción absurda de Damián Suárez. El uruguayo, en su área, golpeó a Mario Hermoso en la cara y le dio a Griezmann la opción de alcanzar al inolvidable y genuino Luis Aragonés como máximo goleador en la historia colchonera, pues 173 tantos con la rojiblanca contemplan a ambos mitos del club. 

Por si había alguna duda sobre la condición de mito del hombre que regresó al club rojiblanco para expiar el pecado de su marcha al Barça, donde descubrió que su lugar en el mundo era rojiblanco, los números también refrendan su ascenso al olimpo colchonero. Y es que el francés alcanzó la cumbre que hasta ahora solo había pisado Luis Aragonés y reclamó su lugar junto al añorado Sabio de Hortaleza.

La fiesta parecía servida en el Metropolitano pero el Getafe no acostumbra a ser convidado de piedra. Tiró de coraje el equipo azulón y recortó distancias a través de Óscar Rodríguez, cuyo disparo impactó en un rival y se envenenó irremediablemente para Oblak. Paradojas del fútbol, Riquelme, que tan buen partido había completado hasta ese momento, cometió su único error ya en el descuento, sacando la mano a pasear en el área rojiblanca. Provocó así la pena máxima con la que Borja Mayoral rubricó la definitiva igualada y le amargó el récord a Griezmann.