Ángeles solidarios contra la leucemia

Ángeles solidarios contra la leucemia

Belleza, ingenuidad, amor, solidaridad. Todo eso transmiten los «ángeles» de la restauradora y escultora moratallera María del Mar Blázquez, que ha creado una serie de piezas únicas, elaboradas en madera y barro, cuya venta irá destinada a la Fundación Josep Carreras para la lucha contra la leucemia. Esta asociación nació en 1988 cuando el tenor catalán, que superó la enfermedad, se fijó el objetivo de llegar algún día a que la leucemia sea curable al 100%. La muestra se encuentra en la iglesia de San Francisco y estará expuesta hasta el próximo 8 de enero.

En la propuesta colaboran el Ayuntamiento de Moratalla y la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de la ciudad del Noroeste. La idea fue una sugerencia de su hermana. Es la tercera vez que semuestran estos «ángeles». Según Blázquez, son «obras muy tiernas, que dan muy buenas sensaciones». «Es nuestra aportación para la investigación, y un apoyo para los enfermos de cáncer». La artista dispone de una treintena de ángeles. Aunque para esta ocasión ha tenido que realizar una selección porque «no hay mucho espacio para distribuir bien las piezas», cuenta la reciente ganadora del premio de la Comunidad Autónma al Mejor Nacimiento y Reyes Magos, un reconocimiento por el que se siente «agradecida». Lo considera un estímulo para seguir creando, en un oficio donde «los domingos o los descansos no existen».

«Siento que ‘Celeste’ es un alma que te acompaña en el camino. Me transmitió una ternura inexplicable»

A todas sus obras les guarda especial cariño, pero hay «un angelito que se llama ‘Celeste’, que no sé por qué me transmite algo diferente. Siento que es un alma que te acompaña en el camino. Desde que lo empecé, me transmitió una ternura inexplicable», reconoce la restauradora, que ha llegado a trabajar con retablos e imaginería del siglo XVIII.

Recuerdos de Salzillo

«Creo que nuestras obras son especiales, porque siguen una tradición sincera y respetuosa. La influencia de Salzillo también se percibe, esta escuela la estudió mi padre, y después todos nosotros. De hecho, hay una clase de pintura que hacía mucho Salzillo que es el estofado –una técnica italiana con la que se aplica en la superficie de madera el pan de oro; posteriormente se cubren esas láminas con pigmentos, y finalmente se raspan para crear dibujos– y que, desgraciadamente, se ha ido perdiendo en muchos lugares. Nosotros la seguimos manteniendo. Intentamos conservar el sabor tradicional», argumenta una de las herederas del talento de Domingo Blázquez, un escultor vocacional, que aprendió la técnica de la escultura, pintura y dibujo en Bellas Artes y en los mejores talleres murcianos de la época. «Somos siete hermanos. Yo soy escultora, mi hermana menor también lo es, y otro de mis hermanos es pintor», detalla. Todos ellos artistas y piezas del puzzle familiar, lleno de arte y sensibilidad.

«Esta es nuestra aportación para la investigación y apoyo a los enfermos de cáncer»

Desde que es capaz de recordar, esta moratallera está vinculada al arte. Salía del colegió con ansias de llegar al taller de su padre y ver cómo elaboraba con mimo todas sus obras. Aprendió dibujo, y conoció diferentes técnicas y materiales, como el barro, la madera, la piedra, las resinas o los estucos. Se especializó en decoraciones al agua, como óleos o dorados.

Maestro y esencia

María del Mar comenzó su carrera profesional en 1996, y llegó a plantearse si estudiar la carrera de Bellas Artes. Un amigo de su padre, Antonio Yelo Templado, profesor de Historia y Arte Antiguo, le dio mucho que pensar. «Teniendo el taller, el maestro y la esencia de una vida entera aquí, ¿vas a llevar a tu hija a la escuela de artes? Sinceramente no puedes permitir que pierda su tiempo con un talento de sangre superior a los alumnos más avanzados de la escuela. Ella está preparada más que de sobra porque su forma de crear la tiene y es de un gran nivel y puede comenzar a exponer y seguir trabajando por su cuenta», aseguró aquel profesor, a quién le hizo caso. Y «no me arrepiento para nada, hoy en día vienen a mi taller profesores de Bellas Artes, a que les enseñe cómo se hace un molde de goma o como se talla la madera», afirma con orgullo la restauradora moratallera, que ya tiene planes para 2024. «Tengo previsto una exposición, donde un amigo mostrará su pintura y yo mis esculturas, pero de momento faltan muchas cosas que concretar», no quiere ir más allá María del Mar, que cuenta además con tres talleres, en Caravaca, Moratalla y Murcia, con diferentes especialidades.

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