Las prisas destapan el robo más ‘dulce’

Las prisas destapan el robo más ‘dulce’

Habían medido el asalto al detalle. Pertrechados con capuchas, guantes y equipos transmisores, aprovecharon el ‘impasse’ que abrían las fiestas patronales de Molina de Segura, en 2021, para asaltar uno de los buques insignia de la localidad: la sede de Golosinas Vidal. Forjados en otros muchos golpes, los miembros de esta banda, originarios de Europa del Este, actuaban con una seguridad pasmosa, pero un imprevisto se cruzó en el camino y todo se fue al traste. Los pasamontañas que abandonaron a la carrera acabaron por convertirse en la clave de una costosa investigación que mantuvo ocupados a los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional durante cerca de dos años y que acabó con la detención de los tres principales autores del sonado golpe. Las prisas, ya lo advierte el refranero popular, no son buenas consejeras.

Al vigilante de seguridad que el domingo 19 de septiembre de 2021 cubría el turno de noche en la sede que Golosinas Vidal tiene en la molinense avenida Gutiérrez Mellado le pilló por sorpresa la irrupción de cuatro encapuchados cuando realizaba su habitual ronda. Eran cerca de las dos de la madrugada y los asaltantes se adentraron sigilosos en las entrañas de esta empresa, cuya facturación supera los 200 millones de euros anuales.

Dotados con unos pinganillos que les permitían hablar entre ellos sin necesidad de utilizar móviles, obligaron al trabajador a guiarles por la zona e indicarles dónde estaba el dinero. «No son especialmente violentos», explica un responsable de la UDEV. Los ladrones se pasearon durante unos 45 minutos por las instalaciones hasta conseguir reventar dos cajas fuertes con un mazo. La cuantía del botín de la bautizada como ‘Operación Dulcis’ es un dato que la Policía Nacional prefiere no desvelar pese a que el juzgado levantó recientemente el secreto de sumario. Aunque fueron captados por las numerosas cámaras de seguridad de la empresa, las precauciones adoptadas por la banda impedían su identificación, según explica uno de los investigadores. Los cuatro encapuchados contaron con el apoyo exterior de otros dos hombres, con el rostro también cubierto, que les informaban de los posibles movimientos de vehículos policiales en la zona.

«Sospechamos que verían un coche patrulla o un control y se debieron de asustar», explica un responsable de la UDEV

Con los bolsillos llenos ya de billetes, los encapuchados huyeron a toda prisa del lugar a bordo de un Audi en el que habían llegado y de un Citroën Berlingo que robaron en la propia empresa. Ambos vehículos fueron localizados horas después en la autovía A-30, a su paso por el murciano barrio de El Carmen. «Sospechamos que verían un coche de policía o un control y se debieron de asustar», explica el responsable de la UDEV.

Los dos automóviles fueron escudriñados hasta el último rincón por los especialistas de la Policía Científica en busca de algún detalle que permitiera cercar a los miembros de la organización. La Berlingo no ofreció ninguna pista pero en el interior del Audi la Policía halló algunas herramientas utilizadas por la banda en el golpe y los pasamontañas con los que los ladrones habían ocultado su rostro. Esos cubrecaras fueron remitidos a los laboratorios que el Cuerpo tiene en Valencia y comenzó una larga espera que finalmente dio sus frutos. Los análisis habían permitido identificar el ADN de tres viejos conocidos de la Policía, tres serbios con múltiples antecedentes a sus espaldas.

La Policía considera que los sospechosos, ahora en libertad con cargos, forman parte de una banda itinerante

Integrado en Orihuela Costa

Con los nombres ya en la mano, los investigadores de la UDEV se afanaron entonces en localizar a los tres sospechosos del atraco que el ADN había logrado desvelar. Uno de ellos estaba asentado con su familia desde hacía años en Orihuela Costa. Un vecino más de la zona, plenamente integrado, con sus hijos escolarizados y una apariencia de normalidad que no dejaba entrever su particular forma de ganarse el pan. El Juzgado de Instrucción número 5 de Molina aceptó la solicitud de los investigadores para el ‘pinchazo’ de su teléfono móvil y las pesquisas permitieron, tiempo después, arrestar a dos supuestos miembros de la banda en Barcelona y Valencia. Un tercero se presentó directamente en el juzgado molinense. Todos ellos contaban con numerosos antecedentes por otros robos y a uno de ellos le constaba, incluso, una orden de busca y captura.

La Policía considera que los tres sospechosos, ahora en libertad con cargos, forman parte de una banda itinerante que se dedica a dar palos en empresas de casi todo el país. Los agentes les imputan otros cuatro asaltos a naves de Molina y la pedanía murciana de Sangonera la Verde en los días previos al robo en Golosinas Vidal. «No tienen problema en recorrer grandes distancias», remarca uno de los investigadores. «Se marchan de madrugada a robar y horas después ya están de vuelta en casa».

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