El Real Madrid consuma el traspaso de poderes

El Real Madrid consuma el traspaso de poderes

El año 2023 presentó dos vertientes muy distintas para el Real Madrid. Por un lado, los blancos experimentaron la amargura de quedarse sin la Liga y la Champions, los dos títulos que separan la gloria del fracaso en Chamartín. Por el otro, culminaron una transición dulce entre dos generaciones: la que da sus últimos coletazos con Modric, Kroos, Carvajal y Nacho erigidos en últimos supervivientes del equipo que conquistó cinco ‘orejonas’ en nueve temporadas, y la que ya acapara todos los focos de la mano de Bellingham, Vinicius y Rodrygo, los jóvenes aunque sobradamente preparados que se han convertido por derecho propio en la nueva Santísima Trinidad del madridismo.

Consumar el traspaso de poderes fue uno de los mandatos que Florentino Pérez impuso a Carlo Ancelotti cuando decidió recuperar al transalpino para cicatrizar la herida que dejó la salida de Zinedine Zidane en el verano de 2021. El de Reggiolo, siguiendo la línea del marsellés, se mantuvo fiel a los clásicos en las dos primeras campañas de su segunda etapa al frente del Real Madrid, aunque fue otorgando cada vez más protagonismo a la prometedora camada que había ido reuniendo la entidad para competir con los clubes-estado.

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El papel de Rodrygo, Valverde, Vinicius y Camavinga resultó clave en el doblete del curso 2021-2022, y sin su energía y talento no podría explicarse el épico periplo que culminó en la Decimocuarta, abrochada en París con un tanto del extremo fluminense a pase del centrocampista uruguayo. Pero es la campaña en vigor la que ha permitido a Florentino Pérez ver definitivamente cumplido su deseo de revestir de galones a la ‘next generation’.

El punto de inflexión fue la marcha de Benzema al fútbol saudí y el aterrizaje en el Santiago Bernabéu de Jude Bellingham. El ‘9’, segundo máximo goleador histórico del Real Madrid y el futbolista más laureado del club de Chamartín junto a Marcelo, dijo adiós el 6 de junio en un emotivo acto en el que Florentino Pérez, el hombre que en 2009 fue a su casa de Lyon para convencerle de que debía ingresar en la familia blanca, le elogió como «uno de los futbolistas más increíbles» que han desfilado por el Santiago Bernabéu. Nueve días después de aquella despedida, daba la bienvenida a su nueva estrella, a la que ungía como máximo referente y le asignaba el ‘5’ de Zinedine Zidane, el artista al que Bellingham idolatraba en su infancia. «Soy un todocampista, tengo un abanico de cualidades que espero mostrar», manifestó el británico aquel día «de ilusión» para el madridismo, en palabras de Florentino.

A rey muerto, rey puesto

A rey muerto, rey puesto. Bellingham ha conquistado el corazón de su nueva hinchada en tiempo récord. Su impacto ha sido mucho mayor del esperado incluso por quienes fraguaron su fichaje a cambio de 103 millones de euros fijos más otros 30 en variables para el Borussia Dortmund. Su clase, despliegue, pegada y un dominio del escenario impropio de un recién aterrizado de 20 años le han convertido en el líder de un vestuario en el que la voz cantante la llevan ya Vinicius, Rodrygo, Camavinga, Tchouaméni, Valverde o Militao. Que el póker de capitanes conformado por Nacho, Modric, Carvajal y Kroos haya asumido sin problemas el nuevo estatus es otra prueba más del excelente ambiente que impera en la caseta y ofrece otra razón más para aplaudir la soberbia gestión de Carletto, así como un poderoso argumento para que Florentino mantenga al hombre de la ceja al frente al de la nave más allá del 30 de junio de 2024.

Ancelotti ha seguido al pie de la letra la encomienda de su jefe, que empleó los últimos años en perfilar el Real Madrid del futuro con la faraónica remodelación del Santiago Bernabéu y el ensamblaje de una plantilla cuya base puede perdurar, con los lógicos retoques, durante una década. Courtois tiene 31 años y contrato hasta 2026, pero el resto de la columna vertebral blanca posee la juventud suficiente y un blindaje a prueba de jeques destinada a garantizarle a la entidad tranquilidad durante mucho tiempo.

Vinicius (renovado hasta 2027), Rodrygo (2028), Tchouaméni (2028), Camavinga (2029), Valverde (2029), Bellingham (2029) o Arda Güler (2029) son los legatarios de la edad dorada que pergeñaron Cristiano Ronaldo, Bale, Benzema, Sergio Ramos, Modric o Kroos. Estos dos últimos siguen vigentes mientras se remacha el proceso sucesorio, ejerciendo no de ‘pater familias’, sino de consejeros de la chavalada que se ha puesto el club por montera con un aplomo y un descaro asombroso para orgullo de Florentino, el artífice del proceso que le ha cambiado la cara al Real Madrid conservando su esencia ganadora.

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