El Kremlin aísla a Navalni en un centro penintenciario del Círculo Polar Ártico

El Kremlin aísla a Navalni en un centro penintenciario del Círculo Polar Ártico

Desde el pasado 6 de diciembre, hace casi tres semanas, el principal opositor al Kremlin, Alexéi Navalni, según su entorno y abogados, estaba en paradero desconocido. Desapareció de la cárcel en donde estaba confinado en Meléjovo, en la región cercana a Moscú de Vladímir, y oficialmente no se dijo a dónde fue transferido, lo que causó inquietud sobre su integridad física y estado de salud incluso en la ONU. Estados Unidos y otros países occidentales condenaron esta situación.

Hasta que, este lunes, la portavoz del destacado disidente ruso, Kira Yarmish, escribió en Twitter que «hemos encontrado a Navalni. Se encuentra en la Colonia Penitenciaria número 3, en el poblado de Jarp, en el Distrito Autónomo Yamalo-Nenetski. Hoy lo ha visto su abogado. Alexéi está bien». La localidad de Jarp está a 60 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, y al noroeste de la ciudad de Salejard, tristemente famosa en la época de Stalin por ser la puerta de acceso a los GULAG (campos de prisioneros) de la zona. Desde allí arrancaba el tren denominado «la vía de la muerte» hasta la ciudad de Nadim.

En Rusia hay una treintena de prisiones de régimen especial en donde cumplen condena personas sentenciadas a cadena perpetua o reincidentes especialmente peligrosos. En estos centros los presos están sometidos a un estricto control. Fuera de la celda deben moverse en posición de «cisne», con el tronco doblado hacia adelante y las manos en la espalda y levantadas hacia arriba, asemejando las alas del ave. La correspondencia y visitas están significativamente limitadas.

En Jarp, cuya población es de unos 5.000 habitantes, existen dos colonias de «régimen severo», una de ellas, la número 3, llamada «lobo polar», es en donde, según Yarmish, ha sido encarcelado Navalni. Una línea de ferrocarril que pasa por Vorkutá conecta Jarp con Moscú. Allí estuvieron recluidos uno de los copropietarios de la petrolera YUKOS, Platón Lébedev, así como el director y activista ucraniano Oleg Sentsov.

En el mismo pueblo hay otra cárcel llamada «lechuza polar» para reos con cadena perpetua. En toda la región, además del frío intenso, en esta época no sale el sol en todo el día, es lo que se conoce como «noche polar» del invierno. El pasado 15 de diciembre, el Servicio Federal Penitenciario de Rusia (FSIN) informó por primera vez de forma oficial que Navalni no estaba ya en la región de Vladímir, al haber sido enviado a otra prisión.

Largo traslado

Este largo traslado y supuestos «fallos técnicos» con el equipo electrónico le impidieron tomar parte de forma telemática en las audiencias judiciales relacionadas con su denuncia por mal trato. Los jueces han suspendido las vistas hasta el mes enero, hasta que se esclarezca con certeza en dónde está Navalni. De momento, no hay confirmación oficial de su llegada al nuevo penal.

Iván Zhdánov, colaborador del opositor ruso y actual director del Fondo de Lucha contra Corrupción (FBK en sus siglas en ruso), sostiene que «las condiciones allí son duras. Es un régimen especial carcelario en un entorno remoto, congelado permanentemente y de difícil acceso» (permafrost). Según sus palabras, «desde el principio, se vio claramente que las autoridades querían aislar a Alexéi, sobre todo antes del comienzo de la campaña electoral» de las presidenciales del próximo mes de marzo. «Se ocultó su ubicación, se bloqueó por completo toda información sobre él. Incluso hoy, el Tribunal Supremo dice que no sabe donde está», afirmó Zhdánov en declaraciones a los medios. Considera que «la situación de Alexéi es un claro ejemplo de cómo el sistema trata a los presos políticos, intentando aislarlos y reprimirlos».

El pasado mes de agosto, el Tribunal Municipal de Moscú declaró a Navalni, de 47 años de edad, culpable de crear un grupo extremista, de incitar y financiar el extremismo, y le sentenció a 19 años de prisión en régimen severo, condena que se unía a otras ya falladas contra él. En marzo de 2022 fue condenado por «estafa y desacato» a una pena de 9 años de cárcel y al pago de una multa de 1,2 millones de rublos, entonces unos 20.000 euros).

Con anterioridad, en 2014, Navalni y su hermano fueron reconocidos culpables de «estafa y blanqueo de capitales» en un caso relacionado con la firma francesa Yves Rocher. Fueron condenados a tres años y medio de cárcel. Aquella pena quedó en suspenso, pero, en febrero de 2021 un juzgado de Moscú decidió levantar la suspensión y enviar a prisión a Navalni, que siempre se ha declarado inocente y asegurado que las acciones judiciales contra él están «amañadas» porque la verdadera motivación es política.

Navalni, además de la condena a 19 años de agosto, por «extremismo», tiene otras causas pendientes, la última por «vandalismo», lo que podría aumentar todavía más el periodo de estancia en la cárcel. A finales de noviembre, el Comité de Instrucción de Rusia abrió esa nueva causa penal por «vandalismo motivado por odio político». El líder opositor sostiene que hay también en preparación una acusación contra él por «terrorismo». Tras recuperarse en Alemania del envenenamiento sufrido en agosto de 2020 en Omsk (Siberia), Navalni regresó a Moscú el 17 de enero de 2021 y fue detenido nada más poner el pie en el aeropuerto. Desde entonces no ha pisado la calle.

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