Sánchez afronta este viernes una mini crisis de Gobierno para sustituir a Calviño

Sánchez afronta este viernes una mini crisis de Gobierno para sustituir a Calviño

Pedro Sánchez acometerá este viernes una minicrisis de Gobierno para sustituir a la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, después de su nombramiento como nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), según ha confirmado hoy durante su tradicional balance de fin de año en la Moncloa. Lo previsible es que el jefe del Ejecutivo opte por un fichaje externo que solo heredaría las competencias del ministerio.

El cambio, en principio quirúrgico, dado lo recientemente que Sánchez designó a su actual equipo, podría afectar a la estructura del Ejecutivo en el que la ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, es ahora vicepresidenta cuarta. Los socialistas la ven con opciones de ocupar la vicepresidencia primera, aunque el presidente ha eludido ofrecer detalles al respecto. «Conocerán a los protagonistas el próximo viernes», se ha limitado a decir.

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El jefe del Ejecutivo también ha aprovechado su intervención para referirse al clima de polarización política que vive la política española y del que ha culpado en exclusiva a la derecha. Después referirse muy por encima a la ley de amnistía para los encausados del ‘procés’ como parte de un «proyecto de país» que busca, ha argumentado, el «diálogo y concordia», ha presentado a su partido como víctima de «descalificaciones y de insultos».

«Debería ser reprochable cuando no condenable que un líder bromee con ‘me gusta la fruta’ -ha dicho en alusión al episodio protagonizado por la presidenta de la Comunidad de Madrid durante el debate de investidura, en el que se le pudo ver murmurar un ‘hijo de puta’ referido al presidente-. Es deleznable y demuestra el bajo nivel al que se ha llegado por parte de la oposición».

En su alocución, Sánchez ha convertido en meros berrinches de mal perdedor las críticas por sus cesiones al secesionismo catalán y vasco y por su disposición a ir superando sin miramientos muchas de las líneas rojas que su propio partido tildaba de infranqueables hace pocos meses. “Ya sabemos cuál es el proyecto político de la derecha y la ultraderecha: la rabia, el insulto, la frustración por unos objetivos electorales que no se produjeron, pero nosotros vamos a responder con un proyecto de país, que se refleja en las leyes, en el real decreto que hemos aprobado hoy”, ha dicho en alusión a la prórroga del ‘escudo social’.

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