Carlitos se divierte en Riad y lanza un mensaje

Esta exhibición lleva disputándose varios años, concretamente desde 2017. En su primera edición se iban a medir Rafa Nadal y Novak Djokovic, pero se suspendió por una lesión del balear. Así, cada última semana de diciembre ha habido tenis en la capital de Arabia Saudí. Pero nunca se había llegado al nivel al que el príncipe heredero Mohamed bin Salmán quería llegar. Él pidió a los mejores y ayer, por vez primera, los mejores estuvieron en Riad.

Esto hizo que todos los ojos se posaran sobre el Kingdom Arena, un lujoso pabellón con capacidad para 26.000 espectadores que se llenó. En el centro del palco de autoridades se sentó el presidente del Almería Turki Al-Sheikh, con gafas de sol y escoltado por varios ministros de la Corte Real del Reino de Arabia Saudí. Turki Al-Sheikh, quien lleva meses sin aparecer por Almería ni referise a su proyecto en el equipo indálico, es el presidente de la Autoridad General de Entretenimiento de Arabia Saudí. Posó con Djokovic y Alcaraz antes del encuentro y es el encargado de liderar todos los proyectos deportivos con los que el régimen saudí pretende blanquear su imagen.

Con unas gradas entregadas a los dos jugadores y en las que se veían pocas mujeres, el partido empezó a un ritmo lento, sin continuidad por parte de ninguno de los tenistas. Era una pachanga, en toda regla. Y el buen rollo entre el serbio y el murciano era constante. Se aplaudían cuando hacían un buen punto e intercambiaban risas y gestos de complicidad con bastante asiduidad. Poco a poco fueron entrando en calor y en la primera manga dominó el jugador de Belgrado. Novak cedió el primer servicio del choque, pero luego jugó con una intensidad mayor y se adjudicó el primer set (4-6). El último punto de esta primera manga fue una doble falta de Alcaraz.

Mejoría de Alcaraz

Dio un paso adelante Alcaraz en el segundo parcial, en el que logró liberarse y empezó a hacer puntos con la derecha. Además, cada vez que subía a la red acertaba un entonado Carlitos, acompañado en este viaje relámpago a Riad por su agente, Albert Molina; su padre, Carlos Alcaraz González; y su fisioterapeuta, Juanjo Moreno.

Djokovic fue salvando los muebles como pudo entre intercambios cortos. Pero Carlitos demostró su seguridad en pista y sus ganas de llevarse el primer cara a cara con Djokovic de la temporada, a pesar de que no había nada en juego. Se animó incluso con sus efectivas dejadas y fue reduciendo a un Djokovic inferior en ese segundo set (6-4).

El partido fue subiendo de nivel cada vez más. En las dos primeras mangas no hubo tensión, pero cuando llegó el momento del desenlace ambos demostraron que no querían perder. Irse de Riad con una derrota no era una opción para ninguno de los dos. Son dos animales competitivos y no entienden de relajación ni de exhibiciones amistosas.

Carlitos jugaba cada vez mejor y firmó uno de los grandes puntos del partido en carrera, metiendo un golpe ganador a la línea. Aplausos de Djokovic y locura en la grada. Sin embargo, el serbio le dio más emoción al encuentro al recuperar el break perdido gracias a la presión ejercida sobre el saque del número dos del mundo. Pero el tenista murciano se repuso y apenas notó esa presión que otras veces le ha atenazado en momentos decisivos de los partidos, sobre todo a la hora de cerrarlos.

Carlitos acabó rompiendo otra vez el servicio a un Djokovic que ya no pudo reconducir el tercer set y terminó entregando la cuchara. Así, Alcaraz se lleva una victoria que le dará mucha confianza de cara al Open de Australia. Djokovic ni se inmutó por una derrota que no tiene consecuencias, pero ya sabe que Alcaraz está en forma y que será su gran rival durante la segunda quincena de enero en Melbourne.