No es un juego de niños

Tener acceso a una vivienda es algo indispensable para ella, después de muchos años viviendo en habitaciones alquiladas, las limitaciones que eso supone al tener un hijo son motivos más que suficientes para marcarlo como objetivo prioritario. Solo el alquiler le supone pagar 700€ mensuales, que consigue asumir, siendo ella la que ahora alquila una habitación a otra persona. Pero ahora tienen un salón y una pequeña terraza donde el pequeño puede hacer los deberes, jugar o ver la televisión a ratos.

Uno de cada cuatro niños residentes en España está en riesgo de pobreza o exclusión social, pero nuestra sociedad sigue con la mentalidad de asociar la pobreza y la desnutrición, a la mendicidad en la calle. Hay otra pobreza de la que no se habla; la falta de oportunidades y recursos, y el impacto que tiene en los niños y adolescentes, tanto en el presente como en su futuro.

Las previsiones resultan poco alentadoras e indican que el 80% de los niños que hoy viven bajo pobreza infantil van a seguir siendo pobres cuando sean adultos. De alguna forma, la pobreza se hereda. Para vencer esa endiablada dinámica, España se ha propuesto rebajar la tasa de pobreza infantil del actual 28% al 20% de aquí a 2030 para homologarse a la media europea. Gobiernos, empresas y ONGs han puesto en marcha programas para superar esta lacra. Uno de ellos es el impulsado por la Fundación ”la Caixa” bajo el nombre CaixaProinfancia, que desde 2007 atiende anualmente a más de 62.000 niños y niñas con la ayuda de más de 400 entidades sociales, entre ellas Redes Cooperativa. El programa trata de romper el círculo de la pobreza hereditaria en las familias con pocos recursos mediante un apoyo integral que abarca desde la atención alimentaria, el refuerzo escolar, la asistencia médica y psicológica o el tiempo de ocio de los menores.