Fallece el sacerdote murciano Juan Fernández Marín

Fallece el sacerdote murciano Juan Fernández Marín

El sacerdote Juan Fernández Marín, conocido por haber sido durante dos décadas capellán del desaparecido hospital de San Juan de Dios de Murcia, junto a Ángel Marí, ha fallecido.

Marín nació en la pedanía caravaqueña de Barranda el 10 de diciembre de 1930, en el seno de una familia cohesionada, con tres hermanos menores, Joaquín, Antonio y Maruja. Fue bautizado en la ermita del pueblo por Antonio Sánchez Fernández, llamado ‘el Jumillano’. Su padre, conocido como Filo, fue un herrador muy popular.

Juan Fernández Marín asistió a la escuela de Antonio Inglés Díaz y participó activamente en actividades juveniles, organizando incluso funciones de teatro. Ingresó en 1941 en el Seminario Menor de Murcia y dos años más tarde se marchó al Seminario Mayor de San Fulgencio, donde completó su bachiller y su carrera sacerdotal, siendo ordenado en 1954 por el obispo Ramón Sanhauja y Marcé, y dio su primera misa en Barranda.

Su primer destino fue como coadjutor en la Iglesia de la Purísima de Yecla, al lado de Manuel Pereira Navarro, donde permaneció durante dos años que coincidieron con la coronación canónica de la Virgen del Castillo, patrona de Yecla, el 7 de Diciembre de 1954. Desde allí se trasladó como párroco a El Moral, donde permaneció un par de años, atendiendo espiritualmente a los pueblos vecinos de la zona norte de Caravaca, a los que se desplazaba en motocicleta.

En 1958 marchó a Ecuador para realizar una intensa actividad misionera durante 14 años. En aquella tierra, mágica por su biodiversidad y su sorprendente naturaleza, ejerció de consiliario diocesano de la Juventud Cristiana, de Jefe de Redacción de la Revista Catolicismo y al frente de una sección llamada ´Ver y pensar´ en el periódico El Mercurio. Capellán en Guayaquil de varios colegios, para después ir a la parroquia de los Pascuales de Nobol, allí su integración social fue total, hasta el punto de ser nombrado comandante del cuerpo de bomberos. Posteriormente fue nombrado rector del Seminario de Cuenca del Ecuador, donde impartió clases de Literatura y de Filosofía, al tiempo que ejerció de párroco en la iglesia de San Francisco. Fue fundador en Cuenca del movimiento Carlos Foucault de gran contenido pastoral, datos varios que pueden dar idea de su total integración en el país, donde se le concedió la Medalla de la ciudad de Cuenca.

En 1972 regresó a España cuando Miguel Roca era obispo de la Diócesis de Cartagena, quien le encargó la Delegación General de Emigrantes. Dirigió la Pastoral de los Gitanos, ejerciendo un apostolado familiar y cercano, con gran participación en su vida social y familiar. Desempeñó los cargos de delegado diocesano de Medios de Comunicación Social y Vicario Episcopal de Zona. Con Angel Marí compartió durante 20 años la capellanía del hospital de San Juan de Dios de Murcia.

En Santomera acompañó a su hermano Antonio, párroco de la iglesia del municipio, durante 8 años. Allí fundó la Escuela de Padres y realizó una intensa labor formativa, dirigió la revista ‘La Calle’ y llegó a ser nombrado hijo adoptivo de Santomera, con el apoyo unánime de todos los grupos municipales.

Participó en diferentes medios de comunicación de la Región de Murcia. En la radio Cope desarrolló durante 20 años un espacio dominical y fue articulista en LA VERDAD y en La Opinión. Escribió dos libros, uno de poemas en 2005, titulado ´Réquiem. Visiones y Revelaciones´, y en 2012 ‘Todos nómadas. Las páginas del cura’, donde narró más de un centenar de historias vividas personalmente en su peregrinar diario.

Juan Fernández Marín derramó por doquier los dones de su inmenso corazón, volcándose con los emigrantes, con los pobres y con los enfermos. Un objetivo que siguió fielmente a lo largo de su vida: aliviar el sufrimiento humano. Fue un padre espiritual para muchos, que siempre recordaremos con devoción.

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