El último vestigio en Orihuela del nitrato chileno

El último vestigio en Orihuela del nitrato chileno

Martes, 2 de enero 2024, 00:37

No era más que ‘caca’ que trataba de sobrevivir en un mundo donde los fertilizantes artificiales se abrían paso, pero su imagen publicitaria se convirtió en el siglo pasado en icono del art decó. Hubo un tiempo en el que el nitrato de Chile, el «único» y «natural», poblaba hasta los más recónditos lugares de la España rural. El jinete sobre un amarillo que simulaba el amanecer también llegó a Orihuela. Que se tenga constancia, al menos hubo dos carteles y uno de ellos, tantas décadas después, todavía sobrevive a duras penas.

En otras comunidades autónomas se han llegado a plantear seriamente la protección de estos anuncios por su valor artístico y sociológico, al igual que ya se hizo con el toro de Osborne. Tal es el caso de Extremadura y de la Región de Murcia, donde la asociación Huermur llegó a solicitar a la Consejería de Cultura del Gobierno regional precisamente eso, que estos carteles sean puestos en valor.

El único que queda en Orihuela corre, además, serio riesgo de desaparecer, al igual que el edificio que a duras penas lo sostiene. Se trata de la Casa de Bonanza. De la última alquería nobiliaria que queda en pie en la huerta oriolana se desconoce la fecha exacta de su primera construcción. Uno de los primeros testimonios de su existencia es que figuraba ya en pie sobre un mapa que reconstruía la batalla de Bonanza (1521), que, presumiblemente, se libró en las inmediaciones de esta alquería durante la revuelta que protagonizó la ciudad durante las Germanías. Incluso se sabe que la casona llegó a servir de sanatorio para aquellos que vecinos que contraían la peste. En 2021 el edificio en su conjunto, hoy subdividido y en manos de al menos tres propietarios, entraba en la Lista Roja del Patrimonio, de Hispania Nostra, por sus múltiples colapsos en muros y cubiertas.

Evidentemente el cartel del nitrato es mucho posterior en el tiempo. Los murales cerámicos que anunciaban este abono con el que se hacía fortuna en amplias minas de Chile y Perú se fabricaron en Valencia, en la empresa El Siglo, que permaneció en activo entre 1927 y 1937. El diseño, por su parte, fue ideado por un joven estudiante de arquitectura, Adolfo López-Durán Lozano, en torno al año 1929.

Desprendimientos

Desde entonces, el abandono ya le está pasando factura. Algunas de las piezas de azulejo de la parte superior de este singular anuncio ya se han desprendido. Su pérdida dejaría a Orihuela sin el último testigo de este producto tan popular en su época.

No obstante, hubo un tiempo en el que compartió en Orihuela con otro ‘hermano’. El nitrato de Chile, recuerdan los más viejos, también se anunció en un lugar mucho más concurrido. Nada menos que junto a la estampa más fotografiada de la ciudad, la del puente de Levante. Antes del encauzamiento del Segura, sobre el azud, estaba el antiguo molino de Cox. Allí hubo durante décadas otro cartel del célebre abono. «Acabó por los suelos en los años 80, cuando el promotor Antonio Pedrera derribó el antiguo molino para construir viviendas», recuerda el historiador Javier Sánchez Portas.

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