Arte moderno para un catafalco de la Sardina rupturista

Arte moderno para un catafalco de la Sardina rupturista

Una apuesta totalmente rupturista. Eso es lo que ha supuesto el diseño del catafalco del próximo Entierro de la Sardina. La Agrupación Sardinera ha cambiado este año la estética fallera que se había convertido casi en norma, por una composición que bebe de planteamientos más propios del arte moderno.

De hecho, el encargo ha corrido esta año a cargo del artista plástico ceheginero, Nicolás de Maya, que ya se hizo cargo del cartel del 170 aniversario del entierro. «A pesar de que tenía una sucesión de compromisos locos en Toledo, Madrid y México y contaba apenas con dos meses con su realización, no pude decir que no», señaló el artista, que asegura haber «estudiado la historia de los catafalcos para no caer en los tópicos.

No buscará en esta ocasión la sardina el cielo, dentro de la carrera que se había emprendido por hacerlo cada año más alto, sino que la Sardina reposará de manera horizontal, siendo más ancha -12 metros- que alta, con 8 metros.

Por otra parte, su diseño, asemejado en cierto modo al empleado en la cestería, permitirá ver a una Sardina ardiendo en su totalidad, «de dentro a fuera». «Esta fiesta, y el ser humano en sí, siempre ha girado en torno al fuego y eso es lo que he querido plasmar», apuntaba De Maya.

También subrayaba el artista que se ha optado por confeccionar la Sardina con color madera, dejando los colores para la estructura de la base y para 23 grupos sardineros, que son los que colorean y sustentan la fiesta. «Responde este catafalco a la tradición artesana, sobre todo a través de sus materiales naturales», apostillaba el autor.

«Hemos decidido abrir una línea distinta en la Agrupación que mire a los grandes artistas murcianos, en busca de una apuesta fuerte para ensalzar la fiesta y los símbolos», señalaba el presidente de los Sardineros, Pablo Ruiz Palacios, para explicar la decisión. No obstante, no todos los asistentes al acto, donde estuvieron numerosos representantes de los grupos y patrocinadores, salieron convencidos de la propuesta. Es lo que tiene el arte moderno, que no deja indiferente a nadie.

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